6.La montaña

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Ella se dirigió al coche que tenía aparcado al lado de casa: era un Seat Ibiza de color gris. El coche era pequeño pero muy manejable y desde fuera, su acabado era bastante bonito, aunque parecía que tenía algunas rayas bastante grandes en los laterales. Cuando llegaron al coche, Mary abrió la puerta con la llave y entraron en él. Por dentro aun parecía más pequeño que desde fuera. En los asientos de atrás apenas parecía que se podían sentar tres personas. Cuando se sentaron Mary colocó los retrovisores a su gusto y puso el coche en marcha.

-¿Lo sueles usar mucho? -observaba Eric el coche desde dentro.

-La verdad es que no lo uso demasiado. Es una pena porque conducir me gusta -le respondió Mary.

-¿Porque no lo has cogido esta mañana para ir a comprar? –se curioseó Eric.

-Por el pueblo apenas lo uso, ni yo ni Alice -le respondió Mary que empezó a conducir alejándose un poco del pueblo con destino a la montaña.

-No entiendo por qué tienes coche y no lo usas… -dijo Eric que no entendía por qué no querían usarlo por el pueblo.

-La gente no nos quiere mucho en el pueblo, y al principio sí que lo usábamos pero siempre aparecían rayas en los laterales producidas por llaves. Decidimos no usarlo por el pueblo porque la gente se las gasta con nosotras -le dijo Mary mientras conducía.

-Entonces no lo usaras nada, si no te mueves prácticamente de casa… -le dijo Eric con la vista al frente.

-Lo uso cuando vengo a la montaña, o cuando vamos a ver a los familiares -dijo Mary.

-¿Alice lo usa más que tú? -seguía Eric con las preguntas refiriéndose al coche.

-Ella sí. Cuando va a la ciudad a ver sus amigas de toda la vida, o para ir algún sitio siempre lo coge, pero nunca por el pueblo -le contestó Mary.

-La gente también puede rayarte el coche estando aparcado en tu casa - volvió Eric su mirada hacia ella.

-Nadie viene a mi casa, a no ser que sea para contactar. Está un poco alejada del pueblo y los chavales se piensan que soy una especie de bruja. Me hace gracia que piensen eso, la verdad -dijo Mary entristeciéndose un poco.

-Las brujas tienen la nariz grande y con grandes sombreros; encima solo salen en películas o series que vosotros veis –se rio Eric.

-También pensaba yo que la muerte salía solo en las películas y mira, está conmigo ahora -dijo Mary riéndose y dando humor a su situación.

Estaban llegando a la montaña. Mary tomó un camino que era muy estrecho y rocoso y el coche parecía que iba de lado a lado. Ella se bajó la ventanilla porque empezaba a tener calor, y vio que Eric estaba inquieto, así que también le bajó la ventanilla que ocupaba a su derecha.

-¿Me da a mí la sensación o estas nervioso? Creo que estás sintiendo ahora mismo el nerviosismo -le dijo Mary que de vez en cuando giraba la cabeza para mirarle.

-¿Esto es estar nervioso? He escuchado infinidad de veces esa palabra. Es que nunca he subido a un coche, es extraño ir encima de él. -decía Eric que estaba poniéndose nervioso por la travesía en el coche.

Mary se rio y le dijo:

-Tranquilo, ya estamos llegando.

Mary siguió conduciendo hasta llegar a una especie de acampado muy grande. Allí aparcó el coche y se bajó. Eric, acto seguido, hizo lo mismo y bajó. El descampado era grandísimo. Habían muchos árboles y una especie de casa vieja y abandonaba. Al lado de la casa había un camino que subía hacia arriba de la montaña.

Amor del mas alláDonde viven las historias. Descúbrelo ahora