Tres meses después…
Mary estaba viviendo una nueva vida. Después de las palabras de Eric aconsejándola de que se alejara del mundo paralelo, ella le hizo caso en todo momento y se mudó a vivir a la gran ciudad. Allí todo era diferente a su pueblo: había muchísimo más ruido y la gente prácticamente no se conocía, no existían los mismos cotilleos que por ejemplo habían en Climberto, que al ser mucho más grande, habían pocos conocidos y casi nadie sabía que existías. Mary empezó a vivir, habían pasado tres meses después de los acontecimientos que vivió con Eric, aun después de tanto tiempo, siempre tenía tiempo para recordar, pero todo muy fugazmente como le dijo Eric. Cuando se le venía a la cabeza, rápidamente intentaba olvidarlo para así simplemente recordar poco. Le era muy difícil, pues su amor hacia Eric continuaba visible en su corazón, pero como siempre hizo, lo llevaba de la mejor manera posible.
Desde la última vez que contactó consigo misma no lo volvió a hacer. Dejó de inmediato su don, dejando atrás todo lo que hacía desde niña. Alice se sorprendió bastante pero aceptó la decisión de Mary, la apoyó en todo momento y le brindó su ayuda para siempre. La despedida entre las dos fue muy dolorosa, tanto tiempo juntas hizo que el amor entre las dos se implementara muchísimo. Alice le quiso ayudar en el tema económico, pero Mary nunca quiso, simplemente aceptó su ayuda cuando se mudó al piso en el que vivía ahora, pero con su trabajo y esfuerzo, poco a poco saldó sus cuentas con ella. Alice nunca quiso recibir el dinero de Mary pero ante la cabezonería de ella tuvo que aceptarlo. Ella quería ser independiente y sus gastos quería pagarlos ella con su trabajo. Mary apenas veía a Alice, alguna vez tuvo visita de ella cuando tenían cada mes la cena entre amigas, que Alice aprovechaba para visitar y ver a su hija. Siempre le decía que continuaba presentándose mucha gente en casa buscándola, y ella siempre tenía que decir que Mary ya no atendía por problemas personales, así que el boca a boca entre la gente diciendo que Mary ya no contactaba se amplió de tal manera que prácticamente la gente ya no se presentaba allí. Siempre le decía que la Sra. Holmes preguntaba mucho por ella, la quería mucho y era la única persona del pueblo que aun se interesaba por ella.
Cuando Mary llegó a la gran ciudad se alquiló el piso en el que estaba viviendo, que estaba bastante cerca de la universidad donde estudiaba ella. El piso era pequeño pero Mary no necesitaba mucho mas, tenía su comedor pequeño con la tele al lado del sofá, una pequeña cocina que estaba en muy buen estado, el cuarto de baño sin bañera porque había plato de ducha y el dormitorio que también era pequeño y le recordaba al de su casa. El alquiler no era muy caro, algo que Mary agradecía mucho porque estudiaba y trabajaba. Le costaba bastante ganar el dinero, acababa la jornada muy cansada siempre. Sus estudios estaban siendo muy satisfactorios, todo le iba bien y sus notas eran bastante altas. Era una chica muy comprometida en todo, y gracias a la universidad conoció mucha gente joven y de su edad, por fin tenía amigos y era algo que agradecía mucho. Siempre solía estar con dos chicas que se hicieron muy amigas. Mary nunca habló de su don y de lo que anteriormente hacía en su casa, por mucha confianza que podría tener sabia que eso era algo que no estaba bien visto, ya que la podrían tratar de loca. Eran las tres de la tarde y después de una mañana de estudio, las tres amigas quedaron en la cafetería que frecuentaban bastante. Era una cafetería bastante grande y muy moderna, por dentro había un pasillo largo con mesas y sillas para sentarse y al fondo se ampliaba más, casi siempre estaba lleno. Ellas estaban sentadas en la especie de terraza que tenía fuera la cafetería, en una mesa para cuatro y con la sombrilla que tapaba la calurosa luz del sol. Lucy era alta y flaquita, su cabello era moreno y resplandecía aun más por su color blanco de piel, su cara era de forma bastante cuadrada y sus ojos de color marrón claro. Lucy era una de las amigas que más unión tenía con Mary, siempre le confesaba todo tipo de locuras que tenía con chicos y Mary sin ser muy experta intentaba dar sus mejores consejos. La otra amiga se llamaba Alisa y era también alta pero más regordeta, su pelo de color rubio intenso compaginaba bastante bien con sus ojos azules claros, su cara era más amplia. Al contrario que Lucy, sus ligues con chicos eran mucho más escasos.
ESTÁS LEYENDO
Amor del mas allá
РомантикаEsta historia trata de una joven llamada Mary, que posee un don especial. Puede contactar con el más allá. Esta, practica su don con gente que quiere conocer de la existencia del mundo paralelo, y así poder contactar con sus seres queridos que han f...