Esa noche Oakley durmió como un ángel imaginando a su nuevo amor, en cambio Tella había decidido ir a la sala a ver televisión, estaba arrepentida de lo que había hecho pero no podía retroceder el reloj, mismo objeto que la torturaba desde hacía hora y media.
No podía negar que algo primitivo y casi inexistente se había despertado en ella desde que conoció al muchacho pero de allí a terminar bajo sus sabanas, en definitiva debía estar loca.
La culpa es algo palpable en los seres humanos, tan tenebrosa y oscura como una pesadilla a media noche, su cuerpo temblaba y las lágrimas caían desde que encendió aquel objeto cuadrado para distraerse y no pensar en aquello, cosa que no funciono. Pasaban un programa de mascota, estas hacían cosas graciosas y sus dueños la grababan para luego subirla a esos medios de entretenimiento. Dio un vistazo a Hachi, su cachorro color caramelo y lo único que le venía a la mente era su niño Oakley acostado sobre la alfombra ocre jugando con el perrito, sus rulos rubios y abundantes siendo motivo de juguete del animalito, y su risa inundando su sala, la cual había permanecido sola por mucho tiempo. Oakley cambio su aburrida y monótona vida, haciéndola divertida y animada, trayéndole vida a su casi perdida felicidad.
Por primera vez subió sus piernas al mueble y se deleitó con sus dedos, toco lo suave del tapiz y a pesar de estar deprimida sonrió, jamás había hecho aquello preocupándose por el valor del mismo, por la limpieza de su color blanco y realmente se disfrutaba sentir la superficie. Se había perdido de aquello y ahora entendía por qué su hermano hacia aquello. Tener los pies dentro del mueble no hace daño a nadie, en cambio lograba regalarle una cesación de protección y confort.
Como podía ser que a sus treinta y tantos años ella actuara como una misma niña adolescente. No le hacía mal a nadie pero su yo consciente de lo que hacia la culpaba de tan inmadura actuación.
Observo distraída el contenedor de tan grande responsabilidad y nuevamente lloro a mares. Emilio le pedía un compromiso para toda la vida, algo en lo cual ella soñó desde que lo conoció y que ahora le producía repulsión. Estaba en un gran dilema, debía aclararse para no lastimar a ninguno pero era tarde y estaba consciente de ello.
La imagen de un decepcionado hombre vino a su mente, sus ojos cristalinos y opacos por las lágrimas, sus puños cerrados tratando de contener el fuego que quemaba su interior e incluso sus pulmones con cada respiración que daba, la tristeza con la que se marchó, ella recordaba todo lo ocurrido como si estuviese ocurriendo una y otra vez, Emilio no merecía presenciar aquello. Y de igual manera le ocurría con el rubio muchacho que le sonreía siempre en las mañanas al marcharse a trabajar y al llegar, sus ojos llenos de vitalidad y picardía, la promesa de la más dulce aventura, sus labios recorriéndola por completo, sus manos acariciándola como frágil rosa, él que suspiro su nombre minutos atrás.
¿Qué diablos le había ocurrido para ceder a aquellos deseos? ¿A quién amaba en realidad?
Nuevamente sollozo de dolor, había sido injusta consigo misma, Emilio estaba entregándole la mejor oportunidad de su vida y con buenas intenciones, pero ella... Simplemente lo olvido para dejarse infectar por la presencia de aquel niño rubio, aquel principito, porque quisiera o no, eso era Oakley, un actor.
Y así fueron pasando los minutos, convirtiéndose en horas, no tenía ganas de cocinar, tampoco de trabajar, pero ella no era una infante que podía darse el lujo de no ir a clases, no podía faltar a su consultas, se dio un baño con todo el pesar del mundo, y por más que aplico jabón por todo su cuerpo no podía arrancarse de su piel el hecho de haber sido de él. Se vistió con su uniforme lo más rápido que pudo, ese día decidió por utilizar el negro. Estaba de luto con su alma, así se sentía.
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Cuidando Sus Huellas
RomanceOakley es un estudiante de artes escénicas que escapa de su hogar para poder cumplir sus ambiciosos sueños. Es entonces que el joven actor conoce a Donatella, una doctora reconocida por sus habilidades y que además posee grandes negocios, los cuales...