El Amor No Guarda Rencor

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Las horas pasaron y Donatella se sentía más tranquila, lo único que la incomodaba era la falta de noticia de su amado niño rubio.

Las chicas decidieron quedarse en la cafetería y ella se excuso que iba para el baño. Cuando salió del sitio corrió hacia el área de laboratorio encontrándose con Raquel muy molesta.

Cuando llego a ese área escucho los rumores de cómo el doctor Blue la había sacado de cirugía por no contribuir en nada. Tella se sintió molesta, pero no quería avivar una estúpida riña con la tipa.

En esos momentos solo podía imaginarse la vida sin Oakley y sintió el dolor que seguramente Raquel sentía al no ser aceptada por Emilio. Desde que llego allí supo del amor que ella tenía por el doctor solo que él no tenía ojos para alguien como ella. Avariciosa, presumida y muy estirada. Si, esa frase que usaba Oakley para las personas de ese tipo era la correcta.

Hablo un rato con su amiga de laboratorio. Ella era la encargada de esa área. Cuando al fin estuvieron solas Tella le pregunto.

-¿Pudiste hacerme el favor Iradermis? –La mujer de piel oscura y trenzas largas y hermosas le sonrió.

-Claro que si mi niña. No le dije yo que lo lograría –Tella sonrió pero aun así se veía en su cara la tristeza- Entonces es verdad lo que dicen. ¿El chico que está en cirugía es el afortunado dueño de su corazón?

Aquella mujer tenía un acento algo gracioso, era hija de una familia cubana que había logrado emigrar hasta ese país. Pero aun naciendo en Londres seguía conservando una pequeña muestra del exterior. Ella era una grandiosa mujer que logro alcanzar sus sueños dándole a sus padres una vida mejor.

-Sí. Es él y no sabes cómo me duele no saber de él –La morena asintió y extendió un sobre blanco a su mano.

-Es mejor que salgas a tomar aire –Le sonrió y Tella comprendió.

Aquel no era un lugar donde leer aquella información.

Cuando salió de la sala pasó frente de la oficina de Raquel. Ambas se dieron una mirada amarga y continuaron con lo que tenían en mente. Al menos Tella que salió sin mucho ánimos de la clínica, respiro profundo y observo hacia la emergencia donde estaban Emilio, Roció y Rafael. Se veían que estaban hablando con seriedad pero no sabía de que, solo pudo notar la cercanía de Emilio con Rafael y como el chico parecía nervioso por eso. Emilio siempre había sido así de directo y cuando quería algo se lo hacía saber.

-¿Crees que después de esto te irá bien? –Donatella se giro para encontrarse con Raquel frente de ella.

Se veía muy molesta pero ella seguía sin comprender el porqué de su rivalidad.

-Raquel no quiero discutir contigo. Enserio –Casi suplico, quería evitarse un disgusto en ese momento.

-Emilio nunca supo la clase de persona que eras... –Tella le miro atentamente, dejaría que se liberara con ella, tal vez así dejaría el estrés de odiarla- Pero me alegro que ahora lo sepa. Mereces su odio.

-Si bueno, el y yo somos grandes amigos. Lo nuestro nunca funciono y no quisimos aceptarlo pero ya... Es parte de nuestro crecimiento personal.

-Que sabias palabras, dime doctora Michehell ¿Eso te lo enseño ese niño? –Se burlaba de sus palabras pero ella no se quedaría con esa.

-Sí. Él me mostro un mundo con colores vivos y radiantes donde no hay tiempo para el odio –Raquel abrió levemente sus labios- Podrá ser un niño en edad pero no teme decir lo que siente, no teme ser él mismo, Oakley siempre será Oakley por más que pasen los años y ni tú ni nadie impedirá que estemos juntos porque no me importa perderlo todo para estar con él.

-Por supuesto, solo si sobrevive –Agrego de forma sarcástica.

La doctora soltó un leve gemido ante aquello y no pudo más, toda imagen de mujer dura, de mujer sabia, de mujer intocable desapareció, el rostro de la doctora Donatella se quebró en una expresión dolida y cayó al suelo arrodillada. Se inclino al frente y sollozo liberando aquellas lágrimas que contenía con toda su fuerza. La imagen era desbastadora, incluso Raquel espero mucho por ver a esa mujer debajo de su grandeza pero... No era lo que imagino.

Sintió su dolor, sintió compasión y se acerco a ella inclinándose para darle consuelo. Nadie merecía ese tipo de dolor.

-Michehell... –Las lagrimas de Raquel descendían sin su permiso y Tella también dejo que las suyas fluyeras.

-Cuando llegue aquí... -Susurro entre el llanto- El único que me brindo su apoyo fue Emilio. Y me permitió ser su amiga –Tella observo los azules ojos de la chica- No lo comprendes Raquel, jamás quise hacerte sufrir. Solo... Solo... -Se abrazo a la rubia y escondió su rostro en el pecho de ella, jamás en su vida pensó que haría eso y menos con la que siempre la había odiado- Él y Oakley se parecen mucho. Solo que Oakley es más insistente y sobre todo sabe lo que quiere y no teme sacrificarlo todo por lo que quiere. Yo lo amo.

-Lo siento Michehell pero no sabes lo duro que ha sido para mí ver como Emilio me ignoraba por estar encima de ti –Le dijo Raquel abrazándola con fuerza- Quería dejar morir a ese niño para verte sufrir y si no fuera por el doctor Blue lo abría logrado. Yo... -Tella se separo de ella y le miro con horror- Perdí la ética por esta estúpida rivalidad que ni siquiera tiene cabeza o pies. Lo lamento.

-¿Cómo está Oakley?

-Estable –Susurro la doctora Raquel con vergüenza- El doctor Blue posee ese magnífico don, todo lo que toca con sus manos se recupera de manera milagrosa –Tella abrazo a Raquel y con esas palabras dieron por muerta la discusión- Espero algún día me perdones.

-Ya lo hice Raquel. Espero que tú me perdones a mi –La rubia asintió y se estrujo un pocos las manos antes de mirar hacia sus hermanos.

-Creo que al fin deje ir todo eso que me tenia mal. Siento un alivio de verdad –Pudo ver como su hermana seguía seria en una esquina de la sala mientras Emilio y Rafael conversaban, por primera vez veía sonreír al muchacho y se sintió tan mal por como lo trataba. Era hora de olvidar a aquel hombre y ser alguien mejor- Les he hecho daño a mis hermanos. Rafael teme de sí mismo y Roció es una copia viva de mi.

-Lo solucionaras. Ahora ve con ellos –Raquel le miro y asintió caminado al interior de la sala.

Tella se quedo en silencio procesando todo aquello hasta que por fin se levanto. No podía creer que hacia falta de un fatídico accidente para que todas aquellas cosas que no estaban en su lugar se moldearan y encajaran completamente. Por supuesto aun no sabía cómo Oakley había caído por las dichosas escaleras.

Cuando al fin todo se calmo y él doctor finalizo la operación Tella estuvo tranquila con las noticias. Había olvidado por completo el sobre que le habían entregado, pero con semejante situación ¿Quién no lo haría?

Claudia se mostro feliz por la noticia y Patricia la abrazo con fuerza dándole de aquel apoyo que solo ellas podían ofrecerle. Raquel la miro y le regalo una sonrisa mientras que Emilio y Rafael...

¿Dónde estaban esos dos?

Tella tenía una idea y se divirtió con ella.

Ahora era posible que todo estuviese mejor, solo necesitaba que el chico de rulos dorados despertara y mejorara.


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Cuidando Sus HuellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora