Juegos de adolescentes

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Emilio estaba observando el reloj con un poco de aburrimiento, fue tanto su desesperación que no vio motivos para quedarse, tomo su chaqueta de cuero marrón y salió decidido a sorprender a su amada. Subió a su auto deportivo y enrumbo a la residencia de la rubia.

En el camino cada vez que podía observaba el teléfono pero ella no parecía escribirle. Suspiraba algo decepcionado pero no estaría mal pasar un día, o una noche con ella y pedirle matrimonio. Estaba decidido y nada le quitaría esa idea.

Al llegar observo con recelo la cajita negra que sostenía en su mano, la abrió para descubrir un fino anillo con un diamante en el centro. El sueño de toda mujer, por supuesto, una que no fuese Tella, ella era distinta y era lo que lo ponía nervioso. Camino hasta la puerta de su casa y pudo escuchar como la radio estaba encendida a mucho volumen. Toco en dos ocasiones la puerta pero con aquel ruido dudaba que lo escuchara y para su sorpresa cuando jalo la manilla esta cedió. La puerta estaba abierta.

En la cocina Tella sonreía mientras bailaba y cocinaba con Oakley, se sentía como una adolescente de nuevo y él le regalaba la confianza que necesitaba.

-Tenía mucho sin moverme así –Decía muerta de la risa.

-¿Si? No pareciera, lo hace muy bien ama –Tella exploto en risa por aquella frase, al parecer el muchacho se había empeñado en llamarle así para molestarla, pero en ese instante no lo lograría, entonces dejo que sus manos se sostuvieran en el cuello de él mientras se mecía al son de la melodía de "I Don't Care" de Apocalyptica, para el joven era extraño ver a una diva de la moda y graduada en medicina escuchando tales música, y le agradaba – Quien la viera en este momento no la reconocería - Ella le susurro a su oído unas palabras que le hicieron apretarla a su cuerpo. Aquello iba más allá de un juego inocente. Él realmente se estaba enamorado de ella.

-I swear I do not care –La miro por unos segundos y ella a él, nada le impedía besarla, ella no se estaba oponiendo, a pesar de que al inicio ella era un tempano con él, ahora se mostraba cálida y afectiva. Volvieron a besarse mientras aquel rock amenazaba con tirar todo al suelo.

Emi, camino solo unos pasos para notar la presencia de alguien en la cocina, camino a ella con una sonrisa pero ver a aquel chico con rulos dorados besar a Tella le hizo borrar la expresión en segundos.

No podía creerlo, sentía como si algo dentro de él se hubiera perdido en aquella escena.

Tella se separó de Oakley para abrazarlo con firmeza, en ese instante el más joven inclino su rostro a un lado y miro al doctor. Ambos se reconocieron de inmediato y como si de una explosión se tratara empujo a la doctora a un lado, está al inicio se sintió extraña, quiso reclamar pero de inmediato noto la presencia del mayor, el cual estaba cruzado de brazos a unos metros de ellos.

Los miro a los dos por intervalos de tiempo corto, Oakley sonreía como aquel niño malvado que había conseguido lograr una travesura sin ser castigado y él... No quería saber lo que estaba pensando de ella.

-Emi.... –Susurro sin ser oída, pero el hombre pudo imaginar lo que dijo.

Oakley camino con pausa hasta la radio parando el escándalo. Luego los miro y se sintió culpable, Tella estaba temblando y todo era por su culpa, no debió ser tan impulsivo, acababa de aceptar su enamoramiento por ella, pero... No era más que un niño a su lado.

¿Qué podría ofrecerle el a ella?

Aquella idea derrumbo su sonrisa y evito cambiar su actitud arrogante, paso por su lado y antes de irse a su habitación observo por última vez a la mujer. Estaba mirando el piso sin intención de levantar la vista.

Cuidando Sus HuellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora