Capítulo 11

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Narrador Omnisciente:

La noche era tan fría, por ello, todos habían decidido quedarse en casa con sus puertas cerradas. Aún así, los pobladores de Boston no lograban comprender el por qué del repentino cambio climático. En la mañana el clima era tan cálido y suave, pero en las noches era una tortura y habían más posibilidades de congelarse que de disfrutarlo.

Aun así el frío no es lo que hace que los vellos de la nuca de los tres adolescentes, que están en un leve enfrentamiento, se ericen en las calles del lugar. Se sentían tan descubiertos y enfadados, sin embargo. Tanto Harry como Bess, se sentían tan intimidados por la mirada fija y llena de celos que Leeah les brindaba. Ella no trataba de hacerlo pasar desapercibido.

"¿Ustedes ya se conocen?" Suelta Leeah, con inocencia fingida. No iba a reprocharle nada a Bess mientras Harry estuviera en frente de ella. No es tan tonta como para hacerlo.

Justo esa noche Leeah había notado la ausencia de Bess, Harry y los otros, fue demasiada coincidencia como para ser verdad. Decidió darse un paseo en la casa de su chico, pero al enterarse de que no estaba, la madre del mismo la dejó quedarse un rato a cenar y charlar. En la cena, se había excusado con el baño para ir a la habitación de Harry, una vez ahí saltó del ventanal al balcón de Bess. No lo pensó ni un segundo, es más impulsiva que nadie.

Había dejado su habitación hecha un asco. Había roto todo, había quemado su ropa y había tirado pinturas por todas las paredes. Había pintado con aerosol la palabra "Puta" en la pared izquierda y había dejado un mensaje: "Atrapada, zorra". A todo eso, no le hizo malo para su salud terminar con los lienzos que la menor consideraba como una joya de su propio arte.

Aun así, su amor por Harry es tan grande que le perdonará eternamente sus infidelidades. Ella lo ama, y para estar con él iba a tener que deshacerse de todas esas cosas apestosas que lo distraían de ella. Él iba a ser su esposo, el padre de sus hijos y juntos formarían una pareja feliz y perfecta. Tomaría tiempo moldear todo el futuro, pero no sería imposible. Ella no se daría por vencida con él.

"No realmente. Estamos en ese proceso" Harry habla naturalmente y una lagrima se escapa del rostro sonriente de Leeah. Ella lo ama, no importa lo que haga. Ella siempre lo va a amar y es presa de la angustia cuando él no parece comprender.

"Pensé que no nos agradaba, me refiero a lo que sucedió aquel día en el campus. Ella me insultó" pronuncia un poco herida, pero manteniendo su compostura como chica respetable y hermosa. Ella es hermosa y Harry también, son tan perfectos "¿Qué te hizo cambiar de opinión?"

"Yo- ella realmente- me sentí un poco mal" responde titubeando y Bess respira sin aliento alguno "Además es mi vecina"

"¿Y eso qué?" pregunta ella con una sonrisa tan exagerada que empezaba a doler "¿Qué tiene eso que ver? ¡Dime la verdad!" pide, gritando.

Harry y Bess estaban tan atrapados y no sabían cómo salir de ese aprieto, estaban en bblqnco. Sin embargo, esto no podía ser el final, ya que su historia aún no acababa y no lo haría tan simple. Bess mordió su labio en un intento de pensar, pero fue tachado cuando Harry en un rápido y estratégico movimiento tomó su mano por detrás de sus cuerpos cuando Leeah miraba el cielo en busca de paz y tranquilidad. Eso le brindó un vuelco en el corazón, se sintió extrañamente bien y reconfortada.

Un suave "Te amo" salió de su boca, deteniendo tan fuertemente el corazón de Bess que probablemente así se sintiera morir.

Le había dicho "Te amo" por primera vez en todos estos meses.

Te amo.

Ellos se amaban.

¿Por qué Bess sentía que esto era la aproximación al final?

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