Capítulo 23

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Cuando Bess despierta y revisa su móvil, para verificar el paradero de Evan salta de la cama. En un momento se ve tomando la ducha más rápida de su vida, para una peor situación le ha llegado la menstruación y las sabanas de la cama tienen una pequeña mancha roja. En el momento de rapidez, mientras se colocaba su vestido flojo, veía que su camisa de mangas cortas estaba mal puesta, tomaba zumo de naranja y metía su cepillo de dientes en su boca.

Vomitó.

Se colocó su camisa de mangas cortas y su vestido de tirantes azul, luego encima su gabardina, los zapatos y su bolso. No tuvo tiempo de hacer algo con su cabello, así que sólo ató la mitad y se puso algo de brillo labial para correr fuera de la habitación.

Entró a los pocos segundos, para tomar su móvil y para su mal suerte, no encontró las llaves del auto. Casi tuvo ganas de llorar.

Cuando llega a la entrada del hotel, Kim hace una seña a la misma y ella sube de inmediato, sin pensarlo dos veces. Su cuerpo golpea a Leeah, haciendo que la misma deje caer su móvil y se quede completamente rígida. Sus mejillas enrojecidas, Leeah la observa y Harry finalmente levanta la vista de un par de papeles que revisaba a tempranas horas de la mañana.

—Lo siento —dice a Leeah. La mujer que porta un conjunto demasiado caro y sofisticado, la observa con neutralidad.

—No es nada —su tono de voz no demuestra nada, pero Bess no puede evitar sentirse algo incomoda.

Harry la observa, parece completamente desaliñada, incluso no comprende cuándo o en qué momento de su vida optó por una moda tan graciosa y tierna como aquella que parece tener ahora. El hombre de traje Gucci le brinda una leve sonrisa a Bess, Leeah puede verlo y se le hiela la sangre completa, porque Harry nunca sonreía mucho.

—Parece demasiado apurada —Kim suelta, el coreano no tarda en explotar... o mejor dicho, el coreano no tarda en interrumpir el inicio de una propia burbuja imaginaria que iniciaba a crear Harry con Bess.

La de cabello corto observa al de lentes circulares y asiente. Aún siente un asco en la boca, aún se siente incomoda debido a que ha tenido a grandiosa idea de salir sin un par de shorts debajo del vestido, con la menstruación y sin llaves del auto. Además, Evan no había llegado a dormir la noche anterior.

—Lo estoy. De todas formas, gracias por llevarme.

Kim Min Go es un hombre joven, de piel pálida y tercia, con una mirada algo seria y burlista, parecía aburrido y seguro al mismo tiempo, además de que sorprendentemente su mirada parecía curvarse hacia arriba al final, casi como una mirada felina, casi como si maquillara su ojo, y se ocultaba bajo un par de lentes circulares. Es alto, medía lo mismo que Harry, era un completo demonio encarnado, fiel, pero detrás de todo eso algo infantil, y le gusta ver algo de drama en otras vidas ya que la suya la considera recta.

—Escuché que hay un evento exclusivo de V. Inició hace una hora aproximadamente —Kim sabe que Bess ha llegado tarde sólo por la desdicha de haberse quedado hablando con Harry hasta la madrugada. El recuerdo de las palabras que Leeah soltó hacia una de las amigas de Bess, lo hacen curvar sus labios, un poco—. Revisé algunas cosas, en verdad que es prometedor.

—Él es el mejor —Bess murmura, algo avergonzada de no haber estado ahí hace ya una hora—, destaca en donde quiera que vaya.

—Supongo que ha de ser de Downell's ese rasgo.

Bess asiente sin pensarlo, lo hace con seguridad.

—Harry, hoy tenemos una reservación en el spa —Leeah teclea en su móvil—, cinco de la tarde.

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