Capítulo 5

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Si me tiene que regañar que lo haga ahora para que prolongo mi agonía y le doy más motivos para que se enoje. Camine o mejor dicho cojeé al escritorio con la mirada hacia bajo, aun me dolía el tobillo, se hincho y por mis experiencias pasadas no dudo de que durara mínimo tres días para que empiece a volver a la normalidad.

Camine a paso lento hasta su escritorio, me sudaban las manos como puerco.

«Tranquila Deniss, tranquila» ¿Qué puede pasar?

Justo cuando llegue delante de él tomó su lugar. Sentía ñañaras en el estómago al estar otra vez tan cerca de él, recordé su cuerpo pegado al mío sin duda hacia ejercicio, a simple vista se veía ejercitado, pero de cerca, era lo mejor del mundo. 

Empecé a levantar la vista recorriendo su ancho torso, siguiendo por sus brazos que se tensaban dentro de su perfecto saco negro hecho a la medida, seguí subiendo hasta toparme con su boca ¡Dios! Tenía unos labios perfectos...

¡Pero que estoy haciendo! por favor Deniss despierta. Entra en razón. Calma tus hormonas.

—A-aquí estoy— así o más tonta, trate de controlarme pero mi voz sonó más a desesperación que nada.

—Sí, ya la vi señorita...

—Siento lo de hace rato, cuando choque con usted, no fue mi intención

—Eso ya me lo dijo también.

Su tono de voz era impasible, cosa que me desencajaba más. Su semblante era serio e intimidante, nunca había estado tan nerviosa en mi vida, ni cuando tenía que exponer mis proyectos ante los maestro.

— ¿Entonces para que me llamo?— lo pensé pero no active mi filtro mental y salió de mis labios, se levantó y me dirigió una mirada divertida, vi cómo se controlaba para no sonreír, sus labios no expresaron ninguna sonrisa pero sus ojos parecían divertidos. Sí, definitivamente soy demasiado patética para él.

Puso las manos sobre el escritorio y se inclinó para que nuestros ojos quedaran a la misma altura, pero guardando la distancia, su traje se tensó y sus hombros eran anchos y perfectos. Su mirada paso de mis ojos a mis piernas y se posaron en mi tobillo izquierdo justo el que me había lastimado. Cosa que hizo que me sonrojara, ya que sentí el rostro cliente de vergüenza.

— ¿Se encuentra bien su tobillo?

Pregunto aun con la mirada en mis pies. Su voz ya no era severa ni tan lejana como hace unos momentos.

Pero ¿En serio me pregunto eso? No me lo estoy imaginando otra vez ¿o sí?

Pensé que me llamaría la atención por haber actuado un poco mal con él, sé que a veces no suelo disimular bien mis reacciones, y en definitiva, él me había irritado demasiado.

— ¿Y bien?—ahora me estaba mirando directamente a los ojos. Me dará un infarto si me sigue mirando de esa manera, clavándome los ojos en la cara queriendo ver más allá de lo que soy.

—Hee- am... —empecé a tartamudear, muestra de mi nerviosismo— S-si estoy bien, solo fue una leve torcedura

—Viendo esos tacones apuesto a que no venía así de su casa ¿o me equivoco?

—Oh no, no, se me torció el tobillo cuando choque con usted por accidente al entrar —sin querer volví a hacer énfasis en la palabra 'accidente'

—Sé que fue por accidente, señorita Miller y me disculpo también ya que por mi culpa usted se lastimo el tobillo.

—No fue su culpa fue un accidente, yo venía corriendo y no vi cuando usted iba saliendo del salón. Pero estoy bien el dolor pasara.

—No dudo de que ha tenido golpes más fuertes si practica taekwondo y futbol —sonrió de medio lado, de una manera muy débil que creo que lo imagine nuevamente, pero ¿es en serio? estábamos teniendo esta conversación pacífica y casual después de cómo me hablo antes y al finalizar la clase, es demasiado raro, estar cerca de él me afecta demasiado, sin agregarle su repentino cambio de humor.

Debería estar enojada por cómo me hablo pero todo eso se me olvido tan solo al escuchar preguntarme si estaba bien. Debo tomar el control de la situación y de mis pensamientos.

—Estoy bien. Si eso es todo me retirare— dije seria, genial, había recuperado la compostura

—Es todo, pero ya que me siento culpable por lo de su tobillo, la acercare a donde usted me diga, para que no se dañe más

¿Él dijo eso? ¿El sexy maestro me dijo eso a mí? Paso de ser un día de paz a uno malo y remato siento uno extremadamente extraño, todo en menos de dos horas.

—No-No es ne-necesario mi... un- un amigo vendrá por mí —nuevamente hacía que mis nervios se exaltaran en segundos; su semblante volvió a ser serio en cuestión de segundos

—Sólo lo dije porque me sentí un poco culpable por la situación en la que me vi involucrado, no me gusta faltar a mi código moral, pero en vista de que usted tiene la situación resuelta. Nos vemos el lunes, con permiso.

Tomo su portafolio y salió del salón dejándome como una tonta, una tonta en shock y adolorida con el tobillo hinchado. ¿Que le pasa a ese maestro? me habla casualmente después de hablarme frió, quiere prácticamente llevarme a casa y ahora me dejo sola, hablando de un tonto "código moral", la gente hoy amaneció loca y me incluyo en ello.

Sólo él ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora