—¿Selena? ¿Has visto la aplicación que voy a coser en tu velo?
Selena estaba arrodillada frente a su armario buscando una de las zapatillas que se iba a poner. Se volvió suspirando.
—No, mamá. Pero yo no me preocuparía por eso. El velo está precioso como está. Su madre entró en la habitación y hurgó entre la ropa esparcida.
—Quizás lo habré puesto por equivocación entre todas estas cosas —murmuró y con un suspiro contestó a su pregunta—. No, aquí sólo está tu ropa —miró a su hija—. ¿Todavía no has terminado de hacer las maletas? La boda es mañana y tenéis que estar en el aeropuerto a las cinco como muy tarde.
—Hay tiempo suficiente, mamá. Terminaré esta noche cuando vuelva del ensayo — frunció el ceño—. No puedo encontrar la otra zapatilla por ninguna parte.
—Aquí está —le dijo su madre dándole la otra zapatilla. Miró la habitación y sonrió al ver las maletas y armarios abiertos—. Voy a echar de menos todo esto —dijo con dulzura.
Selena sonrió mientras se ponía los zapatos.
—¿Echar de menos todo este lio? Vamos, mamá. Sé que estás deseando limpiar esta habitación.
—Sabes a lo que me refiero, cariño —sonrió su madre—. Añoraré tu presencia siempre que abra esta puerta —miró a su hija que se estaba observando fijamente en el espejo—. Es difícil imaginar que mañana a esta hora serás la mujer de Liam Styles.
Durante un instante la expresión de Selena se ensombreció, pero se volvió sonriente hacia su madre.
—Míralo por el lado bueno, mamá. Ahora esta habitación podrá volver a ser para las visitas.
—Ésta siempre ha sido tu habitación, Selena —sonrió Mandy—. Y lo seguirá siendo aunque vivas en Nueva York —al salir, se volvió para mirar a su hija y le pregunté—: ¿Te encuentras bien?
Selena asintió. Sintió un nudo en la garganta y no pudo pensar en nada qué contestar. En vez de eso, besó a su madre y se volvió para seguir haciendo las maletas. Cuando levantó la vista, su madre se había marchado.
Dejó de sonreír y se sentó en la cama de la habitación que era suya desde la niñez. Se secó las lágrimas y pensó que en los últimos días había llorado lo suficiente para toda la vida. Todas las novias se ponían así, al menos eso decían todos, pero sólo Dios sabía lo que pensaba de ella la familia de Liam desde la otra noche.
—¿Estás bien? —le preguntó Liam cuando llegaron a casa de ella.
Selena sonrió y le aseguró que estaba perfectamente.
—Sólo estoy cansada —añadió bruscamente—. Eso es todo.
¿Qué otra cosa podía decir? ¿Cómo podría decirle que había estado a punto de entregarse a un extraño en la playa? Siguió pensando en ese hombre incluso cuando sonreía a los familiares de Liam, preguntándose si él sufriría por ella. ¿Estaría pensando en la fatalidad del destino que los unía para volverlos a separar? ¿Habría, por el contrario, salido del club para buscar otra mujer más dispuesta a pasar la noche a su lado, una mujer a quien acariciar, una mujer a quien hacer el amor como casi se lo había hecho a ella?
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Mi perdición |h.s • s.g| #TERMINADA
FanfictionConocer a Harry Styles, el hermano de su prometido, había transformado completamente la vida de Selena. La llama abrasadora que él encendió en ella la dejó confusa acerca de su inminente matrimonio con Liam. Pero entonces Harry hizo su ofensiva juga...