Capitulo 20

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Selena gritó al sentir que la habitación giraba a su alrededor y Harry la abrazaba con fuerza y la acariciaba mientras le apartaba el pelo de la cara, murmurándole palabras de ternura.

—¿Me deseas, Julieta? Dímelo.

—Sí —le contestó ella, sin dudarlo un momento— sí. Te deseo...- Quiso decirle que siempre lo había deseado, no sólo desde la noche en que se conocieron, sino desde el principio del tiempo, pero no pudo, porque Harry la hizo callar con un beso y con una caricia que le recorrió todo el cuerpo. Selena gritó su nombre con pasión.

Las estrellas que brillaban en las silenciosas calles de Londres estaban ahora al alcance de sus manos.

—Mi Julieta —murmuró Harry—. Mi mujer.

Selena sintió el corazón rebosante de alegría, y mientras volvía de nuevo a la realidad, a salvo entre los brazos de Harry, comprendió el significado de la magia del amor.

Cuando se despertó, Selena oyó el golpear de la lluvia en la ventana, y empezó a evocar imágenes fantásticas. Harry. Su corazón latió con violencia. No se trataba sólo de un sueño; aquella noche larga y maravillosa había sido una realidad.

Antes de abrir los ojos se dio cuenta de que estaba sola en la cama.

Si Harry siguiera a su lado, la tendría abrazada, tal como la había tenido toda la noche; y no sólo cuando hicieron el amor, sino también cuando durmieron. Era como si el hubiera querido recuperar todas las semanas desperdiciadas de su matrimonio.

Al recordar lo que había pasado unas horas antes, empezó a ruborizarse. Sonrió y se pasó una mano por el pelo. ¿Qué había sido de la mujer que se congelaba ante un beso? Puso a un lado las mantas y caminó descalza por la habitación. Al pasar delante del espejo, se detuvo. 

¿Era realmente ella la que aparecía reflejada allí? Se acercó un poco más y tocó su boca, afectada todavía por los besos de Harry. Además, tenía la marca de sus dientes en el cuello.

Sonrió con suavidad al ver su reflejo. Toda su piel brillaba con un nuevo esplendor.

El rubí ya no estaba entre sus pechos, pues la delicada cadena se rompió mientras hacían el amor, y el anillo se encontraba en la mesita de noche. Todo era diferente, pero lo que más importaba era lo que sentía su corazón. Se abrazó y bailó descalza por la habitación.

Lo quiero. Respiró profundamente y murmuró en la silenciosa habitación:
—Lo quiero. Lo querré siempre con todo mi corazón.
Se vistió deprisa, pues sabía que Harry la estaría esperando. Harry.
Su marido. Se mareo un poco al pensarlo. Recordó que no hacía mucho tiempo que había estado en esa misma habitación pensando lo mismo... pero qué mañanas tan diferentes. Entonces lo odiaba.

Mi perdición |h.s • s.g| #TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora