Capitulo 10

3.2K 170 14
                                    

Selena se estremeció al oír las palabras de Harry, y cuando lo miró a los ojos volvió a pensar en un animal de presa. La mano que la sujetaba por la muñeca, la expresión de su cara, la posesividad con la que le hablaba... todo le recordaba que era su dueño.

—No olvidaré nada —dijo con amargura—. Créeme, Harry, recordaré muy bien todo lo que me estás haciendo.

—Ya lo creo que lo recordarás, dulce Julieta —le dijo él con insolencia.

Selena captó la intención de sus palabras y se sonrojó. Reprimió las palabras que estuvo a punto de decirle, porque además no tenía sentido contestarle. Todo lo que ella dijera él lo volvería en su contra, así que su mejor defensa, su única defensa, era el silencio.

Pero según se iba acercando la hora de partir, le era más difícil guardar silencio. Harry no le había hablado de Londres, de su casa, o de lo que esperaba de ella. Tenía muchas preguntas que hacerle, pero prefirió callarse. Sabía que si preguntaba algo, Harry adivinaría lo asustada que estaba... y no le quería dar esa ventaja.

En la oscuridad del Avion, miró a Harry y sintió una extraña emoción. ¿Y si las cosas no hubieran ocurrido así? ¿Si realmente se hubiera enamorado de ella y le hubiera pedido que huyera con él?

Ojala hubiera conocido a Harry antes que a Liam...

Harry la miró y ella se volvió enseguida. Pero no importaba el momento en que se conocieron. No fue amor lo que sintió en los brazos de Harry, y él le dijo que quería hacerle el amor, no que quería casarse con ella. Todo era una ironía, sobre todo que se hubiera casado con ella porque la consideraba una cualquiera.

Se puso nerviosa al pensar en lo que la esperaba en Londres. Sabía que él tenía negocios allí, pero... ¿viviría en la suite de un hotel? Le parecía el tipo de persona que prefiere ese tipo de vida. O quizás viviera en un apartamento.

Cuando aterrizaron, Londres estaba sumido en la oscuridad. Por fin, el taxi se paró delante de una casa de piedra gris. Harry salió y le ofreció la mano para ayudarla.
—Tu nuevo hogar, Selena —la miró con una mezcla de ironía y frialdad—. Espero que sea de tu agrado.

Selena no aceptó su mano y pasó a su lado intentando encontrar la manera de ocultar el terror que sentía. No pudo hablar porque sentía la boca seca. Harry la llamó y luego la cogió en brazos.

—Me encuentro bien —murmuró ella, pero ya fue demasiado tarde.
—Por supuesto que no te encuentras bien —le dijo él, subiendo por la escalera de entrada.
La puerta se abrió y el ama de llaves se quedó mirándoles.
—Saluda a mi mujer, Nora —murmuró Harry cuando pasó a su lado.
La mujer los siguió muy sorprendida, preguntándoles si querían tomar café o té o algo más a tono para celebrarlo, pero Harry fue directo a la escalera de caracol que llevaba a la parte superior de la casa.
—Gracias, Nora, pero la señora Styles está muy cansada. Creo que lo único que quiere es dormir.
Selena quiso protestar y decir que era capaz de caminar, pero los brazos de Harry eran tan confortables que le fue más fácil cogerle del cuello y apoyar la cabeza en su pecho. Cuando llegaron a la puerta de la habitación, estaba casi dormida.
—Eso es —dijo Harry con suavidad y Selena se encontró en una cama enorme.
Sintió el suave tacto de los dedos de Harry en su cuello, mientras él le quitaba la chaqueta y le desabrochaba la blusa. Este murmuró algo y metió la mano para acariciarla

Mi perdición |h.s • s.g| #TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora