¿Amigos?

Capitulo 11; Reyes del baile

El curso estaba por concluir, casi todo el colegio esperaba con ansias a que la noche cayera pues el día del baile había llegado, para muchos significaba avanzar a un siguiente año, pero para otros muchos solo significaba una cosa; "Despedida".
Alexander estaba feliz, por última vez sería el rey del baile, por última vez estaría en la preparatoria y estaba listo para ir a la universidad, ya era tarde y faltaba poco para ir al baile.

-Alexander, ¿podemos hablar hijo?
-Claro papi pasa, debo apurarme para llegar al baile.
-Tienes razón, es tu baile lo que te diré puede esperar un día más.
-¿Seguro?
-Si hijo no te preocupes.
-Bueno papi debo irme, Veré a Diego en su casa.
-Diviértete hijo, y por cierto no me has dicho con quien iras.
-Lo había olvidado, su nombre es Kathy Ferr -¿Ferreira?-interrumpió el padre de Alexander.
-Si, pero ¿cómo lo sabes?
-Es hija de Andrés Ferreira. No puedes salir con ella.
-Padre de que hablas, es muy linda y está en nuestro nivel social, siempre me dijiste que buscará a una chica así.
-Pero ella no -Padre, iré con ella al baile y ya es tarde después hablamos de esto- interrumpió Alexander mientras salía algo desconcertado.

Más tarde Alexander se encontró con Diego en su casa.
-¿Ya estás listo hermano?
-Ya casi, solo me peinare, pero pasa Alex, pídele a la sirvienta que te sirva algo.
-No, no es necesario solo te espero y nos vamos porque debo recoger a Kathy y tú a Maggi.
-Bien dame 10 minutos.
-Bueno apresúrate.

Alexander y Diego partieron en la limusina de Alexander rumbo a casa de Kathy.
*Ring* *Ring*
-Buenas noches caballero a quien busca.
-Déjalo pasar Alfonso, es la cita de Kathy.
-Buenas noches señor, efectivamente vengo a recoger a Kathy, iremos al baile.
-Lo sé, yo soy el padre de Kathy. Ferreira, Andrés Ferreira a tus órdenes.
-Mucho gusto mi nombre es Alexander Lafontaine Mancini.
*Al escuchar los apellidos de Alexander el padre de Kathy se ruborizó tremendamente como si conociera a la perfección a aquel joven parado frente a el*
-¿Lafontaine? ¿Mancini? Acaso eres hijo de –Mathias Lafontaine, es mi padre - interrumpió Alexander - ¿Usted lo conoce?
Antes de que pudiera contestar apareció Kathy con un hermoso vestido blanco.
-Alexander, veo que ya conoces a mi padre. Papi el es Alexander.
-Lo sé hija, lo acabo de conocer.
-Bueno papi nos vamos, ya es algo tarde y debemos llegar a tiempo.
-Mucho gusto Sr. Ferreira, un placer conocerle.
-El gusto es mío joven, regresa a mi hija temprano.
-Claro señor estaremos aquí antes de media noche -dijo Alexander mientras caminaban hacia la salida.

Ambos subieron a la limusina y partieron a casa de Maggi. Y una vez recogida se dirigieron al baile.
Ambas parejas deslumbraban entre todas las demás, Diego y Alexander tenían el Smoking más elegante que nadie había portado jamás en un baile, Kathy portaba un hermoso vestido blanco que Hacía brillar lo blanco de su piel, era como si un ángel caminase entre la gente, Maggi por su parte portaba un vestido rojo que combinaba a la perfección con el negro del Smoking de Diego.
Alexander se sentía desconcertado pues por ningún lado veía a Gemma, y por otro lado veía a la supuesta pareja de Gemma con otra chica. Al cabo de un rato se olvido de ella y bailo por gran parte de la noche con Kathy. El baile estaba por finalizar y estaban por anunciar a los reyes del baile, era evidente que Alexander y Kathy serían los ganadores, la votación estaba por cerrar cuando de pronto le llegó un mensaje a Alexander. Era Gemma.
-Alexander leyó el mensaje y sorprendido salió corriendo.

-¡Gemma! ¿Qué pasa? ¿Qué sucede?
-Nada
-¿Nada? Gemma que te pasa tu mensaje decía que era urgente.

*Gemma no permitió a Alexander terminar y sin dudarlo se lanzó sutilmente sobre el. Lentamente unió sus labios a los de Alexander. Alexander sin saber qué hacer por un segundo olvido que estaba con Kathy, un segundo que duro horas, un segundo en el que no solo unieron sus labios, sino sus almas. Por un segundo se olvidaron de sus realidades, por un segundo el mundo se apago y lo único que sentían era el ardor de la pasión con la que se besaban. Un segundo que de pronto termino.

-Alexander no puedes estar con Kathy. Debes quererme a mí. Debes seguir detrás de mí.
*Alexander seguía desconcertado pues no esperaba aquel beso que aunque le encanto solo lo confundió de pronto*
-Gemma que significa esto.
-¿De qué hablas? Yo sé que aún te gusto así que olvídate de esa tipa. Y sigamos como antes.
-¿Y como es eso? Yo detrás de ti y tú detrás de toda clase de idiotas. Yo siendo lindo contigo y tu tratándome como si fuera uno más de tus novios idiotas.
-Bueno si básicamente.
-¡No! Gemma ¡No! Esta vez no. O sea tú no m quieres a tu lado, pero no quieres que tampoco este con alguien más.
-¿Algo así?
- ¿Qué tanto debo sufrir yo? ¿Qué tan infeliz debo ser para que tu sonrías?
-No eres infeliz,- No Gemma no digas nada, Kathy no es un premio de consolación, yo te quise, te adore y ya no te quiero ver -interrumpió Alexander.
-Alexander pero que dices. Ella no es nadie. Ella no es más linda que yo.
-Ella es hermosa. Ella no me trata como un idiota y sobre todo ella me quiere.

*Su discusión se extendía y mientras tanto dentro del salón estaban por anunciar al rey y Reyna del baile*
-Diego ¿sabes dónde está Alexander?
-Salió, no sé a qué.
-Voy a buscarlo.
-No, no te preocupes Kathy yo voy -dijo Diego mientras caminada a la entrada.

*Alexander y Gemma seguían discutiendo*
-¿Gemma? ¿Qué haces aquí?
-Diego, ¿Qué pasa? -Kathy te busca, están por anunciar al rey -dijo Diego.

*Alexander estaba por entrar*
-Alexander Lafontaine no me puedes dejar así.
-Ya no te necesito más, contigo me he dado por vencido en eso a lo que llaman amor -dijo Alexander y se dio la vuelta.

*Gemma derramó una lágrima y se fue*
Al entrar al salón solo se pudo escuchar al anfitrión decir; "Y los reyes del baile son Alexander Lafontaine y Kathy Ferreira"

La pareja tomó su corona y terminaron la noche bailando una pieza lenta, Alexander tomó a Kathy por la cintura y bailaron el más lento de los bailes, mirándose a los ojos se besaron, un beso dulce, un beso tierno, un beso que acabó en una tierna risa.