Habían pasado semanas, nada mejoraba, Kathy lejos de perdonar a Alexander parecía que le evitaba cada vez más. Alexander cansado de que Kathy no respondiese sus llamadas decidió ir a buscarla. Para su buena suerte al llegar Kathy iba de camino a la empresa de su padre.
-¡Kathy! Espera por favor.
-¿Qué quieres?
-Hablar, dame un minuto.
-No tengo tiempo, tengo que trabajar.
-¿Tú? Tú no trabajas.
-Ahora si, soy directora creativa de la empresa de papá. Así que dame permiso.
-Vamos, dame una chance para hablar.
-Voy tarde a una junta.
-Por favor -dijo Alexander tomándola de la mano -, dame unos minutos solamente.
-¡Ash! Esta bien, solo tres minutos.
-Kathy, perdóname. Sé que fui un idiota pero no quiero que lo nuestro se termine.
-Alexander me mentiste, faltaste a nuestras citas y mientras por teléfono me decías que me amabas te besabas o te revolcabas con esa.
-Solo escúchame. Solo espero, que regreses y no llegas. Llamo y no escuchas, ya nadie me escucha.
-No quería hacerlo, no quería ni verte -dijo Kathy insegura.
-El café me sabe a penas, y es tu ausencia la que me envenena.
-Alexander no sigas.
-Me dejaste a la mitad del camino a la felicidad.
-Tu lo quisiste así Alexander.
-Tengo en pausa el corazón, y ahora abrazo la nada, me aferro a la nada, ya no hay mañana. No lo veo si me falta tu mirada. No queda nada de eso a lo que llamábamos amor.
-Alexander, para mí es muy difícil, no perdimos ningún momento tú me besabas y yo te creía.
-Cometí un error, todos lo hacemos, dame la oportunidad de remediarlo.
-Es que en menos de un segundo se cayó al vacío el mundo. Tú me decías que no me mentirías.
-Kathy, por favor perdóname. No me dejes así, no a la mitad del camino a la felicidad.
Alexander tomó a Kathy de las manos y con fuerza la abrazo intentando besarla. Kathy quien casi cedía y le besaba se detuvo y le soltó.
-¡No! No Alexander, no es correcto.
-Pero Kathy. Yo te quiero, y no cometeré el mismo error de nuevo.
-No eres tú, soy yo. Esta vez aunque te quiero no puedo.
-Pero, ¿por qué?
-Me voy, iré a estudiar a España en un par de meses. No quiero que nos hagamos una ilusión tan grande si después me marcharé.
-Pero, ¿cómo que te vas?
-Mira papá abrirá una sucursal de la empresa en España y yo me iré a trabajar ahí y a estudiar una carrera. Así que es mejor que no continuemos con nuestra relación. Solo nos haríamos más daño.
-Kathy por favor. Perdóname -dijo Alexander con tristeza.
-Me voy Alex, te perdono. Pero me voy -dijo Kathy mientras se subía a su auto.
Alexander le llamo a Diego y fue a buscarlo.
-Buenas tardes Joven Lafontaine.
-Buenos días Sharon, por favor llamas a Diego.
-El joven Diego está en la alberca, si gusta puede pasar.
-Gracias Sharon, yo lo busco.
Alexander fue a la alberca y Diego estaba con Maggi.
-Diego podemos hablar.
-Alex, ¿qué haces aquí?
-Alexander, ¿cómo te va? -dijo Maggi.
-Un poco mal.
-Bueno, dame unos minutos para secarme y charlamos.
-Yo me retiro, iré a tu habitación Diego, te veo más tarde - dijo Maggi mientras salía de la alberca y se fue.
-Bueno, ¿qué pasa?
-La he perdido, se marchara.
-¿Quién? ¿A dónde?
-Kathy, se va a España en un tiempo.
-Ostia, lo siento hermano.
-Esto es por mi culpa Diego, ella estaba bien conmigo. Fui el peor de los idiotas.
-Lamento decirlo pero si fuiste un tonto.
-Es que no sé que me pasó, sabía que mi aventura con Gemma arruinaría lo mío con Kathy pero cada vez que intentaba parar algo me hacía quedarme y besarla.
-Te entiendo. Gemma es muy guapa. Y además tiene fama de que besa increíble pero si estabas tan bien con Kathy no se por que cambiaste.
-Yo solo fui a disculparme con ella por lo que le dije la noche del baile.
-¿Y?
-Bueno pues comenzó a llover, me invitó a pasar, una vez ahí me besó y yo, bueno no pude detenerme la bese y una cosa llevó a la otra y cada vez que nos veíamos terminábamos perdiéndonos en nuestros besos.
-Suenas como escritor de novelas para niñas.
-Es la verdad, eso fue lo que pasó, me siento muy mal por lo que hice.
-Ya lo hiciste, no importa cuánto lo desees ya pasó, ahora solo queda aceptar que cometiste un error.
-Lo sé, uno muy grande. Voy a casa, tengo mucho que pensar Diego.
-Claro, ve con cuidado. Nos vemos después.
Alexander salió de casa de Diego y subió a su moto cuando de pronto sonó su celular.
-Hola.
-Alexander. Puedes venir a mi casa.
-No dijiste que no querías volverme a ver.
-Es que es importante.
-No lo sé Gemma, debo descansar han pasado tantas cosas.
-Ven lo antes posible. Si quieres mañana.
-No lo sé, lo pensare. Adiós .
Alexander colgó y siguió su camino.
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¿Amigos?
RomanceLos Lafontaine son una de las familias más poderosas de la ciudad, Alexander el hijo menor de esta familia es el soltero más codiciado, tiene mujeres por montones, pero, ¿qué pasa cuando una de ellas decide hacerlo sufrir?. Acompaña a Alexander en e...