Yo viví con el ser oscuro y sobreviví

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Elphaba no estaba muy cómoda con lo de la cena de Navidad. Su madre y su hermana insistían en que debía vestir de otra manera.

-¡Eres muy joven para usar tanto negro! Usa más color, que parece que vas siempre de luto.

Decía su madre.

-Elphaba, pareces una maldita monja, ponte algo con más escote.

Decía Nessarose. Y para colmo Morgana sonreía misteriosamente y decía que se pusiese guapa para deslumbrar.

¿Qué demonios estaba pasando en aquella casa?

Por conseguir que la dejasen tranquila había estado buscando un vestido bonito para la cena de navidad, pero nada, que no había nada que fuese de su estilo.

Jesús, ni en sus tiempos de estudiante se había preocupado demasiado por su aspecto. El negro le era cómodo, y más si sus ropas no revelaban nada de su cuerpo. Solo la cara y los dedos. No entendía a que venía ahora el "cambio radical" al que la querían someter.

Pero sabía que Nessa estaba ilusionadísima con la cena de Navidad. Y por eso ella intentaría cambiar...

Pero es que no había nada que le convenciese.

¿Y si ella probaba a hacerse un vestido?

No sería complicado, ya había hecho zapatos y demás ropa a Nessa y a Morgana. Buscó por la casa alguna máquina de coser y cogió una tela azul eléctrico.

-Bien... vamos a ello.

Comenzó a cortar y coser. Y desconectó la mente, se olvidó de todo. Era curioso, pero el manipular los objetos, el hacer algo con las manos tenía el mismo efecto en ella que atiborrarse a calmantes. Con la ventaja de que no daba la imagen de yonki de calmantes.

Morgana estaba abajo probándose su vestido para la cena, sufriendo los comentarios de su tía Nessarose y Belle.

-¿Eh, que es ese ruido?

Dijo Belle de repente. Morgana se calló, escuchando. Zas, zas, zas...

Nessarose rodó los ojos.

-¿Qué tripa se le ha roto a esta para ponerse ahora a coser a toda leche? ¡Que se va a coser los dedos!

Zas, zas, zas, zas.

Crik crik crik crik.

-¿Eh, ese ruido que es?

Dijo Nessarose al ver que ahora no sólo se escuchaba la máquina de coser de Elphaba, es que había ahora otro ruido. Y se estaban sincronizando ambos como si estuviesen dialogando.

-Tu padre, que va a tirar la rueca por la ventana.

Dijo Belle.

Crik, Zas zas, crik crik, zas zas.

Morgana negó con la cabeza y levantó los ojos al cielo como si rezase.

-¡¡Vivo con dos genios!! Y dios que complicado es a veces.

-¿Elphaba un genio? A ti te ciega el amor, Morgana.

-Y a ti la envidia cochina.

ZASDSSSSSSS CRICCK!!!!

-¡¡MIERDA!!!

Dijeron dos voces a la vez. Se escucharon entonces como ruidos de reparaciones y al cabo de un momento otra vez los ruidos sincronizados.

-¿No os da miedo que estén tan sincronizados?

Dijo Belle nerviosa. Nessarose asintió.

-Un poco acojonante es...

-Vuestro problema es que no les entendeís...

-¿Y tú si?

Dijo Belle con los brazos en jarras. Morgana sonrió triunfalmente.

-Claro, yo tengo un master en cuanto a convivencia con el Ser oscuro. Y sobreviví... tal vez os escriba una guía a ambas, que se ve que andais más perdidas que una gamba en un quirófano.

-¡Chiquilla insolente, mi hermana no te ha enseñado modales?

-menos humos, tía Nessa... que estoy en misión secreta.

-Mamá... está niña está zumbada.

-Morganaaaaa sube por favor, que te necesito.

-¡¡Voy mamá!!!

Dijo la niña mientras subía disparada por la escalera. Le podía la curiosidad. Y sabía que las otras dos que estaban allí abajo estaban igual de intrigadas que ella. Llamó a la puerta y cuando escuchó un "pasa" entró.

Vale de todas las cosas que esperaba el encontrar a su madre probándose un vestido azul no estaba entre ellas.

-¿Qué tal?

-¿Lo has hecho tú?

-Si... ¿ha quedado muy desastre? ¿Doy miedo? ¿asco...?

-Eres sin lugar a dudas, mamá, la más hermosa del reino.

-Me siento rara...

-Mamá estás preciosa. ¿Que digo? Eres preciosa. ¿Qué... que no me crees? ¿Llamamos al abuelo y que nos de su opinión?

-¿Qué dices, renacuaja? Sabes que no es imparcial.

-Vas a deslumbrar mami... lo profetizo. ¿Sabes lo que le quedaría genial en la falda? Detalles de hilo de oro... y tenemos un adicto a hacerlos a un par de habitaciones de distancia.

-No se si el querrá prestarnos...

-¡¡Vengo en seguida!!

-Morgana... Morgana quieta, Morgaanaaaaa.

Morgana se había marchado corriendo como una liebre. Elphaba resopló, desde luego que su pequeña era un torbellino.

-¡¡Abuelooooo dejame hilo de oro, que mamá lo necesita!!

-¡¡¡QUE NO ME LLAMES ABUELOOOO!!!

-¿Qué haces...? ¿No me irás a tirar la rueca a la cabeza?! ¡¡MAMAAAAA SOCORROOOO ME PERSIGUE UNA RUECA GIGANTE!!!!

Desde el salón, Belle y Nessarose que habían visto la carrera de Morgana a la ida vieron entre sorprendidas y divertidas como la niña volvía sobre sus pasos huyendo de una rueca flotante que intentaba pegarla. Y detrás de esta Rumpelstinskin vociferando y lanzándole rayos de magia que por ahora, no daban en el blanco.

Elphaba abrió la puerta de un golpe, emergiendo verde y con el vestido aún puesto.

-¡¡¡DEJA A MI HIJA YA MISMO!!

-Con mucho gusto, pero antes le daré una lección.

-¡¡¡Mamiiiii la rueca me persigue!!!

Belle cerró los ojos con fuerza, sabía lo que venía ahora, lo sabía... lo presentía. Ruidos de golpe, de caida, un par de alaridos de dolor y sorpresa. Cuando ya se atrevió abrir los ojos vio una maraña de brazos, cabezas, rueca en el suelo.

Que estos locos se habían caido por las escaleras.

-¡¡Sacarme que me ahogo!!

-Ayyyy mi piernaaaa.

-Mamá... sácanos de aquí por favor.

-Vivo rodeada de locos...

-Ay papá, no sabes como lo lamento.

-Déjate de disculpas y sal de encima mio, que me estás matando.

Una vez todos logfaron salirse de la maraña humana. Rumpelstinstin miró a a su hija.

-Te queda bien.

-Morgana quería ponerle hilos de oro... sorry por el problema.

-Hija te los voy a dar... pero la próxima vez... ven tu a pedirlos. Y así evitamos todo esto.

-¿Que te dije tía Nessa? Yo soy maestra en esto de sobrevivir con los seres oscuros.

Dijo Morgana riendo.


Ouat: No one mourns the WickedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora