XV

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Tessa

La noche estaba casi oscura pues no había luna pero no del todo por las miles de estrellas que decoraban el firmamento. Como esperaba, ni un alma rondaba por la cubierta y lo único que se escuchaba era el mar ahora en movimiento por el paso del barco. Yo iba avanzando por la popa cuando encontré un banco en el que más tarde me senté a observar el paisaje que se me presentaba ante mis ojos.

No podía parar de pensar en todas las locuras que me habían pasado y en lo que haría cuando llegara a Nueva York, no tengo casa ni a conocidos con los que quedarme, por lo cual buscaría un piso lo más barato posible para poder llegar a subsistir con mis ahorros mientras busco trabajo, vale si, una mujer viviendo sola y manteniéndose gracias a su propio trabajo no es que fuera muy habitual así que no sabía si conseguiría trabajo y tampoco sabía si podría realizar mi plan B, que es abrir mi propio negocio, tal vez una librería pero el impedimento era que no sabía con certeza sin algún banco me daría un préstamo para empezar de cero, esa era una idea demasiado revolucionaria para mucha gente.

Y de repente una ráfaga de viento me golpeo e hizo que se me pusiera la piel de gallina, así que fui aún dirección a mi camarote en busca de algo de abrigo, pero entonces escuche un sonido, no la sirena del barco ni el chillido de una gaviota, era algo más escalofriante.

Era un grito humano.

Provenía de la parte delantera del barco, y a continuación, según me acercaba se oía mas claramente la voz de un hombre hablando en un tono ronco que era casi indescifrable.

-No tienes que tenerme miedo, pequeña mundana.

Cuando ya estaba cerca de la esquina, me asome y vi a un hombre de unos treinta años, de tez blanca como la leche y pelo marrón como las castañas en otoño, este era ancho de hombros pero me daba la sensación de que era bastante bajo. Aunque no estaba solo, una chica no mayor de quince años, de pelo rubio tan claro como los rayos del sol y sus ojos grises como el rio Támesis en un día lluvia rebosaban terror, el hombre comenzó a caminar y con cada pisada que daba, la chica se arrastraba un poco más para alejarse de él.

-Si te portas bien todo pasara rápido, pero un grito de auxilio o un intento de huida y pagaras las consecuencias-la situación era desesperada, no iba a permitir que ese malnacido hiciera daño a la joven.

Con un movimiento de dedos eleve unas caja que se hallaban cerca del hombre, y con todas mis fuerzas la arroje contra el desconocido, este cayó al suelo pero pego un salto y volvió a su posición inicial solo que ahora en vez de mirar a la chica, me miraba a mí.

-Bruja impertinente como te atreves a atacar a un hijo de la noche- en ese instante mostro su sonrisa y en ella lucia unos grandes colmillos que aterrarían a cualquiera y su mirada era hambrienta, pero algo era evidente.

Nosotras saciaríamos su hambre.

Hola, ya estoy aquí con la siguiente parte de esta historia, que espero que os haya encantado y si fue así dale a la estrellita o comenta.

La verdad creo que dentro de poco incluiré una idea que se me ha ocurrido y no he visto en los fanfics de Wessa (al menos que yo haya leído).

Un kiss ;)

Anikuki20

Will y TessaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora