AUTORA: Sarahy / @SarahyReader
Era una noche fría, la luna menguante estaba en su punto más alto y había una densa niebla al nivel del piso, por lo que no podía verlo. Y yo por alguna razón que aún no comprendía me encontraba en un bosque. No había rastro de nada ni nadie que no fueran árboles, al menos hasta donde alcanzaba mi vista. Un extraño escalofrió recorrió mi cuerpo. No supe distinguir que lo había provocado, pero de alguna manera, sabía que tenía que correr. Pero, cuando intente correr casi tropecé, no fue hasta entonces que lo note, estaba enterrada en la tierra hasta los tobillos. Luche desesperadamente contra lo que sea que me tenía presa, minutos después me resigne, era inútil. Cerré los ojos y solo comencé a gritar tan fuerte como pude, ansiosa por salir de aquí. Cuando los volví a abrí una extraña luz color verde neón se movía directo hacia mí. Se acercaba ágilmente, sorteando los árboles sin ningún problema. Cuando había una distancia de apenas unos 50 metros entre nosotros comenzó a tomar forma, específicamente la silueta de un humano. Suspire aliviada, al fin iba a salir de que, por fin. Sin embargo conforme se acercaba note algo que me hizo estremecerme. No era humano. Tenía una pie apergaminada y putrefacta, su rostro apenas se notaba y, para mi horror, me di cuenta de que estaba parcialmente descompuesto, en lugar de ojos poseía unas cuencas vacías que irradiaban una extraña luz verde fosforescente, parecía como si sus brazos estuvieran a punto de caerse. Era parecido a un "Zombie" la única diferencia que notaba desde donde me encontraba era que irradiaba esa antinatural Luz neón. Cuando estaba a tan solo unos metros de mi sentí que la Tierra me liberaba, no sabía cómo, ni por qué, pero no me importaba, necesitaba ahora más que nunca salir de aquí, y más me valía que fuera rápido. Comencé a correr. Corrí tan rápido como pude, sin siquiera fijarme en la dirección que tomaba, tratando de no caerme o golpearme con las ramas de los árboles, que aparecían de repente frente de mí, salidas de las tinieblas. Después de algunos momentos, que me parecieron eternos, tropecé con algo, ni siquiera supe decir que era, solo sabía que ahora me encontraba en el piso y la luz estaba peligrosamente cerca. Intente levantarme, pero fue en vano, el "Zombie" o lo que fuera esa monstruosa cosa, me sujetaba ya por un tobillo y me arrastro por unos segundos hasta que me golpee con una piedra en la cabeza, quede inconsciente o al menos eso imagine, desperté en mi cuarto gritando horrorizada, sin rasguño alguno, me sentía dolorida, pero estaba bien.
Había tenido la misma pesadilla de siempre. Esa pesadilla no dejaba de abrumarme desde el gran rito de otoño.
El gran rito de otoño no es celebrado en otras ciudades, pero aquí es muy importante. Cada año los chicos que recién cumplieron 17 deben afrontarse a un reto: Cazar al animal más grande del bosque, matarlo y darlo como ofrenda, después el o la persona más vieja debe extraer toda su sangre para ser regada en los cementerios y dar salvación a los muertos...
Este año cumplí 17 y participe junto con otros 7 chicos en la cacería, salimos victorioso, pero había algo que no estaba bien ese día, los ojos del oso que cazamos eran de lo más extraños: verdes, pero no un verde humano, algo mas allá, sus ojos eran totalmente indescriptibles, cuencas vacías como las del Zombie de mi sueño. Creo que existe una relación entre ese día y mi sueño.
A los pocos segundos tenia a mi madre en la puerta, su rostro no mostraba alguna expresión
-¿De nuevo la misma pesadilla?-dijo fríamente
-Asentí con la cabeza
-Es hora del desayuno- cuando dijo eso su tono de voz se alegró
Desayunamos todos juntos como de costumbre, después salí a de casa con dirección al cementerio.
ESTÁS LEYENDO
Concurso Halloween 2015
Ficción GeneralEn Octubre, la pared que separa nuestro mundo del de los horrores inenarrables se fisura y deja la puerta abierta a toda clase de espantos hacia nuestro plano, siendo el 31 del mismo mes el punto en el que la brecha se hace mas delgada. ¿Qué mejor a...