That's art, you're art | l.s |

Quatre

Había instantes en los que me parecía estar soñando. La conexión que lográbamos era tal que parecía anormal, teniendo en cuenta que nos conocimos ayer, si es que a nuestro encuentro se le podía catalogar así.

Louis era un joven de veintitrés años, lo cual me sorprendió ya que le había echado un par de años más. Apasionado de Vincent Van Gogh, de la literatura de Bécquer, de las canciones de Ed Sheeran, y totalmente fanático del Tottenham fútbol club, lo que me llamó la atención ya que desentonaba con sus gustos.

Pero lo que más me asombró, más bien pasmó y casi aterró, fue la naturalidad con la que pronunció aquellas dos palabras.

''Soy huérfano''

Huérfano.

Huérfano.

Era huérfano.

Un escalofrío me recorrió la espina dorsal al ver la pequeña sonrisa que se esbozó en su rostro tras mi reacción. En aquellos momentos parecía una persona totalmente opuesta a ese chico cohibido y tímido, al que me había permitido el lujo de invadir su tiempo y espacio personal. Podía ver en aquellos dos océanos atlánticos tormentosos, un brillo fuera de lo común. Mentiría si no dijera que por un momento me asustó. Aunque la explicación que vino después logró relajarme un poco, pero tan solo eso, un poco.

''No me gusta contar esto, pero esto es lo que es. Ellos murieron en un ajuste de cuentas. Y lo irónico fue que resultó dentro de nuestra familia, si es que así la podemos catalogar. Después de que asesinaran a mis padres todos los lazos se disolvieron, absolutamente todos. Yo tenía cinco años cuando ocurrió. Por supuesto que estaba confuso y lloré durante días cuando mi abuelo me confesó sin delicadeza alguna, que los cuerpos de mis padres estaban flotando a la deriva en el agua, vete tú a saber dónde. Tras aquello, mi abuela y él me dejaron en un caro internado y desde entonces no les he vuelto a ver. He de reconocer que ha sido difícil crecer sin... algo a lo que seguir, algo que me inspirase, pero eso también me ha dado la opción de no recibir influencias. Hasta la bien entrada adolescencia.-rió.- aquella fue una época alocada de mi vida. Tanto que me echaron de aquel edificio de niños abandonados, porque eso era lo que éramos, descendencias de familias poderosas que no tenían tiempo ni cariño que dedicar. Después de aquello, es decir, de que me echaran, yo tenía dieciséis. Cuando salí del edificio había un coche que me llevó directamente a un apartamento y me indico que viviría allí, solo. Tengo que decir que aquello me asustó, a pesar de haberlo estado toda la vida, por lo menos había tenido no sé, a mis compañeros de clase. Sin embargo esta vez estaba solo, completamente solo.

Una vez a la semana una de las criadas de mis abuelos venía a reponer comida y limpiar la casa, incluyendo hacer la colada y ese tipo de cosas, con lo cual yo no tenía ni podía quejarme de absolutamente nada. Estaba viviendo a cuerpo de rey, casi mejor que él, me atrevo a decir. Pero me sentía vacío, por una vez en mi vida sentía un algo dentro de mí que dejaba de palpitar por momentos, y entonces me preguntaba que qué era ese frío que sentía por las noches, por qué mis ojos se aguaban cuando veía a alguien sonreírme sinceramente y por qué no podía pasar un mísero minuto sin escuchar las palabras reconfortantes de Ed. Entonces me di cuenta, de que aquello que estaba experimentando no era ni más ni menos que la soledad. ¿Triste, eh?''

Entonces procedió a contar como un chico, Zayn, se adentró en su vida de la misma manera que sigue en ella, sin preguntar por qué. Louis hablaba de él con orgullo, podía decir que percibí como sus ojos se iluminaban un tanto mientras me contaba sobre su persona. Al parecer, gracias a él, Louis aun seguía vivo. Y en aquel momento agradecí internamente la existencia de ese joven que no conocía.

Y todo esto había salido por que yo le había preguntado si era hijo único. Qué de historias y cosas se esconden tras solo una pregunta, suspiré.

Ahora entendía por qué Louis era a veces tan, frío, porque no era que lo fuera intencionalmente, sino que le salía por instinto, por naturaleza.

Aquella noche al despedirle en el portón de su piso, con un leve y tímido beso en su mejilla helada por la humedad escarchada y relente en la oscuridad, entendí todo. Entendí por que los artistas están locos, entendí por que nadie les comprende al intentar reflejar en lienzos, el torrente de emociones que llevan dentro. Entendí por que nos conmueven hasta hacernos llorar. Porque eran fríos, el arte es frío, y él lo era, arte.

Fue entonces cuando lo decidí. Decidí que calentaría el corazón de aquel pequeño artista, aun sin quererlo.

* * *

Vivo enamorada de este a.u chau.

Ya veis que es cortito, pero como bien dije, serán así, excepto las escenas claves, obviamente.

COMPARTANLO SI LES GUSTA AHRE, HAGAN A ESTE CORAZONCITO LARRIE FELIZ.

PD: si quieres una dedicación tan solo comenta y estaré encantada de hacértela (u.u como sonó eso, enfin , bref, como diría mi profesora de francés)

All the love as always, María del Mar x