Treize

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- ¿Listo?-cuestionó

- No, aun sigo oyendo las llamadas de mi cama para que me quede, por el amor de dios Harry, ¡Es domingo! ¿sabes acaso lo que ello significa?

- Significa que tú y yo vamos a ir a buscarte un abrigo adecuado porque me indigno a que sigas temblequeando de frío cuando salimos del museo y entre castañeos me confiesas que ''solo hace algo de humedad, no es para tanto''.-terminó intentando imitarme, lo que solo me hizo reír levemente ante tan mala actuación

- Está bien, vamos.-resoplé

Abandonamos mi casa y pusimos rumbo en el coche de Harry hacia uno de los centros comerciales de la ciudad. Cuando el susodicho me despertó hace una hora yo realmente quería asesinarlo, pero aquello sería un gran crimen contra el séptimo arte. Así que malhumorado por abandonar mi cama un maldito domingo de Enero, donde toda y cada una de las cosas que mostraba el tiempo te invitaban a encerrarte en casa como si fuera un búnker, bajo una buena manta y viendo temporadas enteras de Friends, algo que ciertamente Harry y yo ya habíamos hecho, tomamos la avenida principal. Poco después nos encontrábamos en el parking dejando el calentito vehículo del cual reconozco que me cuesta salir, pues el olor a cuero y Harry, más la calidez de nuestros cuerpos bastaba para que se convirtiera en uno de mis lugares favoritos a pesar de haber montado tan solo un par de veces. Veces en las que Harry se negaba a que caminásemos mientras yo titiritaba, o en las que me llevaba a cenar. Porque sí, acostumbrábamos a salir por lo menos a cenar una vez a la semana. Entonces yo llegaba mareado a casa, aun con mis sentidos impregnados de harryharryharryharry, y me preguntaba qué demonios éramos, ¿conocidos? ¿Amigos? ¿Amigos con derecho a más? ¿Pareja?

Aun no lo sabía, y sinceramente, no me apetecía saberlo, con estar con Harry, bastaba.

***

- ¿Qué te parece este? Es elegante.-pronunció mostrándome un abrigo negro que aseguraba hacerme desaparecer una vez que me lo hubiera puesto

- Harry, ¿acaso no ves que ese trozo de tela es más grande que yo?-dije algo irritado, pues llevábamos más de dos horas buscando y yo no era muy fanático de las compras

- Bueno, realmente eso no es algo muy difícil.-se sonrió dejando el abrigo en la percha mientras intentaba contener la risa

- Hombre, no todos somos gigantes de tres metros

- ¡Eh!.-me miró molesto más con la sonrisa acompañada por su hoyuelo impregnada en sus labios

- Has empezado tú.-levanté las manos en gesto de defensa mientras daba un paso hacia atrás

El rizado siguió sonriendo con los labios en una línea mientras negaba y continuaba mirando por los estantes. Pronto volvió con otro abrigo azul marino que no terminaba de gustarme

- ¿Y este? Te llegará por las rodillas, a pesar de no ser una gabardina

- No sé tendría que vérmelo puesto.-dije dubitativo

- Vamos entonces.-pronunció tomando mi mano

O si, se me olvidaba mencionar que casi rogaba por que tomase mi mano siempre, puesto que las suyas eran una estufa contra mis cubitos de hielo, además de que las envolvía por completo. Así que después de que tuviera que decírselo abochornado las primeras veces, y se riera de mi vergüenza, tomo el hecho por su propia cuenta y me tomaba de la mano sin decir palabra, algo que para nada me incomodaba, adoraba estar en contacto con Harry, sobre todo en el sentido literal de la palabra.

Nos encaminamos a los probadores individuales, tomé el abrigo de sus manos y me encerré tras la espera cortina gris. Me despojé de mi cazadora negra, quedándome en un jersey color champagne que hacía que mi piel resultase más morena a la vista. Deslicé la prenda por mis brazos ajustándomela una vez colocada y viendo mi reflejo. Si, definitivamente el chico tenía buen ojo. El abrigo me quedaba como un guante y siendo sinceros resaltaba el color de mis orbes, era ancho y cómodo y muy, muy calentito y reconfortante, así que estaba realmente satisfecho con la elección.

- ¿Qué te parece?-cuestionó tras la cortina

- Dímelo tú.- contesté invitándole a pasar al probador

Harry corrió levente la cortina para volver a cerrarla y situarse tras de mí. Nuestros ojos conectaron en el espejo a la vez que depositaba su cabeza en mi hombro y sonreía satisfecho.

- Tal y como imaginé.-susurró, el aliento cálido reconfortando a mis heladas orejas, rosadas del helor. Y ahora mismo, ellas no eran lo único que estaba rosado en mí.

- Supongo que es el ideal, ¿no?-pregunté alzando una ceja, aun ambos en la misma posición. Harry asintió, dejando un tibio beso en mi sensible cuello, bajando hasta mis clavículas.-Hazz, aquí no.-le regañé como a un niño pequeño mientras me separaba de su cuerpo y me sonreía con aquella cara clasificada como la del gato de Cheshire

- Tan solo es que realmente te ves bien.-admitió algo sonrojado encogiéndose de hombros mientras miraba mi reflejo en el espejo

- Lo que digas adolescente hormonado, vamos a pagar esto y deja de mirarme el culo, que no estoy ciego.-pronuncié depositando un beso en sus carmesíes labios, a lo que el rió

- No es mi culpa que el arte sea tan atrayente

Así, por vez incontable desde que nos conocimos, Harry confesaba que era el arte al que llamaban sus sentidos.

***

La canción que les puse es de la Banda Sonora Original de Vick Cristina Barcelona, dirigida por Woody Allen y la cual considero una gran película, y una maravillosa bandsa sonora, además de que me gusta mucho ya que siento como que se adapta a este a.u 

Siento no haber actualizado en todo este tiempo, espero que hayan tenido unas buenas vacaciones y que hayan tenido también una buena entrada de año

All the love x


That's art, you're art | l.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora