Sept

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- Hum, ¿a qué se debe tu visita?-pregunté algo intrigado

Lo que menos esperaba era encontrarme un lunes a las diez de la noche a Harry parado en la puerta de mi casa

- Bueno, había pensado que podía hacerte una visita.-sonrió pequeño algo incómodo, lo que le hacía verse realmente tierno. Suspiré

- Bien, esto, tan solo avísame la próxima vez ¿vale? Tengo la casa hecha un desastre y Kiddo está suelto...-comencé a hablar mientras me dirigía a la cocina, a la vez que Harry se descalzaba y dejaba su abrigo en el perchero

- ¿Kiddo?-rió.- ¿Qué tipo de nombre es ese para un perro?-se burló entrando a la cocina

- Bueno, yo si fuera tú no le ofendería, tiene muy malas pulgas cuando quiere, y, ¿quién ha dicho que sea un perro?-cuestioné al aire enarcando una ceja.- ¿té?-le pregunté, intentando ser un buen anfitrión ya que no acostumbraba a recibir visitas, tan solo a Zayn quién tenía una llave de la casa incluso

- Claro, muchas gracias.-contestó gustoso.- ¿Qué se supone que es entonces?

Tras haber pronunciado eso, pude ver como una pequeña cabecita comenzaba a asomarse del pasillo a la cocina, y yo tan solo me reí interiormente, dejándole ser y ver que le haría a Harry

- ¿Tú qué crees?-le reté curioso

- ¿Un gato? Aunque no, no te ves como el tipo que cuida gatos.-rectificó nada más cuestionar.- ¿Un loro? No, tampoco, lo habría oído ya, son muy ruidosos.-siguió hablando mientras yo preparaba nuestra bebida

Kiddo cada vez estaba más cerca de Harry y supe que le iba a dar un susto, esto sería bueno.

- Inténtalo otra vez.-respondí mordiéndome la mejilla interiormente para no sonreír

- ¿De qué te ríes?-preguntó con una mezcla de confusión y risa.- pero que demonios ¡Louis!

Sin poder evitarlo comencé a reírme al ver como Harry se quedaba estático, con Kiddo sobre sus pies

- Dime que no me hará nada, que no me lanzará púas o lo que sea.-casi suplico rígido

- Pues claro que no idiota, bueno, a no ser que hagas algún movimiento brusco, eres nuevo para él.-me encogí de hombros mientras me agachaba a coger al erizo. Entonces fue cuando me di cuenta.

Qué situación tan, comprometida. Levanté la cabeza mirando a un Harry con hoyuelos quién al parecer le hacía bastante gracia la escena. Recorrí sus piernas eternas con la vista topándome con aquello que hubiera sido mejor que hubiese evitado.

- ¿Disfrutando de la vista?-cuestionó gracioso, al tiempo que rompía a reírse de una manera descarada

- Más quisieras.-susurré todo colorado a la vez que me ponía en pie, quedando una cabeza por debajo de él

O él media dos metros o yo no pasaba del metro cincuenta, Jesús, maldita diferencia. Tenía que elevar mi cabeza para poder mirarle a los ojos, quienes estaban brillantes y chisposos, pupilas levemente dilatadas. Pasé por sus largas y rizadas pestañas, sus pómulos levemente marcados, su nariz larga y acabando en aquellos rosados y rellenos labios realmente femeninos. Volví a llevar mi vista a sus ojos, sintiendo como miraban intensamente... mis labios. Comencé a sentir su leve aliento en mis mejillas ahora sonrojadas ante tal cercanía, completamente inesperada. Subió sus ojos tan solo para descubrir que el verde de sus orbes casi había desaparecido y entonces casi pude sentir como sus manos comenzaban a danzar hacia mí alrededor, dirigiéndose a mi nuca y a mi cadera. La intensidad de su mirada comenzaba a hacer flaquear mis piernas cuando sentí como nuestras narices chocaban, nuestras respiraciones fundiéndose en una sola. Louis, Louis, Louis, piensa.

Para mi buena o mala suerte, según el corazón o el cerebro lo vean, la tetera silbó, rompiendo la burbuja, y con un Harry que levemente sacudía su cabeza, saliendo de su estado hipnotizado.

¿Qué tan fácilmente nos atrapa el arte?

***

Hola, no me maten es horrible y corto de más pero quería subir algo, adiós.

All the love x


That's art, you're art | l.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora