Huit

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Para mi buena o mala suerte, la noche continuó sin ningún altercado, y por altercado me refiero a quedarme embobado mirando los labios de Louis. Su casa era acogedora, olía a bosque y sobre todo, olía a Louis, como era obvio. El arte era mi olor favorito.

Kiddo resultaba ser la mascota más inusual pero adorable del mundo. A pesar de todo, no pude evitarme irme a casa con un par de heridas por los pinchos en mi mano, la cual Louis curó y vendó, negándose a que me fuera sin que al menos me desinfectara la zona afectada. Aquello hizo que mi corazón se encogiera y me pregunté cómo aprendió a hacerlo, ya que había pasado prácticamente su vida solo, lo que hizo que aquel sentimiento en mi corazón se sintiera algo helado, casi doloroso. Me hería imaginar a un pequeño Louis de diez años, con raspones por haberse caído y los ojos azules marinos aguados, buscando ayuda en el internado. Moví mi cabeza, como si así pudiera sacar el pensamiento de mi cabeza.

Hoy era viernes, me había pasado la mayor parte de la semana ocupado con los trabajos y exámenes que debía corregir, por lo que me comuniqué con Louis mediante mensajes, aunque pude ir a visitarle un par de veces y dar un paseo, que básicamente consistían en hablar sobre temas triviales a la azar mientras que le acompañaba a su casa, la cual ya me parecía no estar tan lejos, pues el tiempo volaba cuando estaba con él. Alguna que otra noche, se nos hubo hecho tarde de más, por lo que Louis me ofrecía a quedarme en su casa, ya que insistía en que le daba apuro que volviera solo a tan altas horas, lo que tan solo hizo que mi cariño por él aumentase, y que mi corazón suspirase, una vez más, como si hubiera regresado a la adolescencia.

Esta noche había invitado a Louis a casa a cenar, tan solo para agradecerle su amabilidad y su compañía, aunque a quién quiero mentir, moría por verlo en mi casa, ver como se sentía en mi entorno, ver como observaba los cuadros colgados o comentaba algo sobre las fotos de la estantería, a la vez que miraba los títulos de mis novelistas favoritos. Simplemente quería ver cómo sería tenerle aquí, en casa, donde casa, significaba estar en el mismo espacio que Louis.

Estaba cocinando unos tortellini a la carbonara, mientras Nessun Dorma, mi canción favorita, comenzó a sonar y no pude evitar empezar a cantar al compás. Aunque por mucho que quisiera, mi voz jamás llegaría tan siquiera a rozar la perfección de Pavarotti.

- Nessun dorma! Nessun dorma! Tu pure, o, Principessa, nella tua fredda stanza, guardi le stelle che tremano d'amore e di speranza.

Entonaba mi voz con furor y fuerza, importándome bien poco si molestaba a algún vecino, e incluso hacía movimientos imitando los pases del tenor, imaginándome cantándola frente a un gran y selecto público, mientras sentía mi piel ponerse de gallina ante tal cóctel de emociones.

Oh señor.

Comencé a moverme por la cocina bailando pues la cena ya había acabado, sin percatarme de dos pares de ojos que me miraban sonrientes desde el extremo del pasillo.

Pronto sentí el rubor recorrerme las mejillas a la velocidad de la luz y mi sonrisa transformarse en la tímida de un niño pequeño. Louis me miraba maravillado, como si hubiera visto al mismísimo Rafael vivo.

- ¡Bravo! Magnífico Harry, como siempre.-se burló Liam acercándose para abrazarme

- ¿Qué se supone que haces aquí?-pregunté sin poder evitar la risa

- Es viernes, ¿recuerdas? Además que tengo una copia de la llave de tu casa, atontado.-recalcó como si fuera lo más obvio del mundo

- ¡Oh cierto!

Mierda, mierda y más mierda

- No te preocupes Harry yo...-habló Louis por primera vez, con rasgos apenados resaltando su voz

- Ni se te ocurra irte.-le mire serio.-quiero decir, no te vayas por favor.-intenté corregir ya que había sonado como una amenaza.- ¿Liam, podemos hablar mañana?-inquirí alzando las cejas, queriendo que captase que necesitaba que se fuera

- Claro Hazz.-contestó guiñándome un ojo exageradamente y con una sonrisa burlona en la cara, tan solo quería dejarme en ridículo. Mañana lo lamentaría. Louis tan solo se rió ante tal situación.-bueno chicos, tengan buena noche.-prosiguió Liam yéndose hacia la puerta.- y Harry, usa protección

- ¡Liam James!-grité completamente colorado mientras salía corriendo, dando un leve portazo. Estaba completamente abochornado.- Yo... siento que hayas tenido que oír eso.-terminé por reírme y Louis acompañándome, parecía todo tan surrealista

- ¿Así que Hazz, eh?-inquirió aquella obra, dando comienzo a una increíble velada.

***

Siento no poder haber subido antes, he estado llena de exámenes y esta semana que viene es la más floja, así que me di un respiro y decidí actualizar.

Ay Pavarotti, il gran tenore T.T , está canción siempre me pone los pelos de punta, en esta ocasión es interpretada por él y por Plácido Domingo y Jose Carreras, todos ellos conocidos como los tres tenores.

[Como veis me gusta daros siempre alguna referencia artística o musical, me gusta fomentar la cultura en la gente]

En fin, si os ha gustado, estrellita y comentario, por favor.

Y si rezáis un poquito por mis notas y por mi lo agradezco también JAJAJAJAJA, nos vemos pronto.

All the love, María del Mar x


That's art, you're art | l.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora