Una luz en el cielo

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Dedicado a AlfDay y a BrokenGod. Disfrútenlo. :)

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Bolt siguió encabezando al grupo, con Inojin un paso detrás de él. No se habían detenido a descansar desde que había amanecido, pero no habían encontrado rastro alguno de los padres de Sarada. El sabueso de Inojin no pudo localizarlos después de la tormenta de lluvia, aunque Inojin aseguraba que era imposible que se alejaran tanto como para evitar ser rastreados. Chōchō dijo que era posible que ellos se hubieran percatado de que los seguían y pudieron crear un jutsu para eludirlos. Bolt y Shikadai tomaron esa alternativa como imposible. La distancia que llevaban era suficiente como para no ser descubiertos.

Así, los cuatro genin habían continuado en un camino que esperaban, fuera el correcto. Pasaron horas caminando – no vieron sentido a correr si desconocían la dirección – hasta que Chōchō le pidió a Bolt otra píldora de alimento. Hasta ese momento, Shikadai giró el rostro a su alrededor y dejó escapar un suspiro de frustración.

— No puede ser, hemos dado círculos. Esa piedra yo la reconozco. — dijo señalando una roca piramidal. — Estamos oficialmente perdidos. — anunció dejándose caer en el pasto húmedo por la lluvia.

— ¿Y ahora qué hacemos? — cuestionó Chōchō, masticando la bola de vitaminas.

Bolt se acercó a la piedra que Shikadai había señalado para comprobar que ya hubieran pasado por ahí. No recordaba haberla visto, pero eso no quitaba el hecho de que Shikadai tenía una memoria mucho mejor que la suya. Era muy probable que lo hubieran hecho y que el cansancio los arrastrara a no fijarse en los detalles. Eso los dejaba con una gran desventaja y un terrible sabor de boca.

— Entonces tomemos otro camino. — musitó marcando con un kunai la roca. — Somos ninjas, podemos hacer esto. — afirmó.

— Esta misión debe ser rango S, no estamos capacitados para algo así. — intervino Inojin, sentándose a un lado de su compañero de equipo.

— ¿Y eso qué? En algún momento tenemos que crecer. No tendremos misiones "D" o "C" toda nuestra vida, dattebasa. — alegó con las manos sobre la cintura y con el entrecejo fruncido.

— Pero tenemos doce años, Bolt. — dijo Shikadai. — Ni siquiera nuestros padres tuvieron misiones de ese rango hasta después de algunos años.

— Lo sé, Shikadai; nosotros no somos nuestros padres. Para empezar, tú eres marionetista más que nada.

— Tío Kankurō no hizo misiones tan arriesgadas a los doce años. Doce años, Bolt. — recalcó.

— Bien, a los doce años mi padre se enfrentó a un jinchuriki, tu tío Gaara, y a Orochimaru. Y salió vivo de ambos combates, 'ttebasa. — afirmó enojado. — Nosotros podremos seguirle el mísero paso a dos adultos, no somos inútiles. Hemos entrenado para no perder de vista quiénes somos, qué queremos y a dónde llegaremos.

— Yo no sé nada de eso. — confesó Chōchō sacando de su mochila la arcilla blanca de la aldea de las Rocas. — Yo sólo… hago lo que creo que debo hacer.

— ¿Ah, sí? — espetó Bolt. — No me parece que alguien te ordenara jugar con la arcilla como si fuera plastilina, dattebasa. Tienes que encontrar algo que te guste y luego hacerlo explotar. — exclamó alzando los brazos. — Y más les vale hacerlo para ayudar a Sarada y a Yūyin.

Chōchō negó con la cabeza, creando una pequeña bola de arcilla antes de alzar la mirada hacia su amigo. Podía decir lo que quisiera, hacer lo que deseara, pero ella no era como él. No era como nadie en el equipo siete. Ella estaba conforme con su vida, no esperaba destacar más que otros. Su único deseo era encontrar algo que le gustara, algo que en verdad amara hacer. Y jugar con la masa blanca en sus manos era sólo un pasatiempo, algo que la ayudaba a relajarse.

Los tres cuarzos (Longfic SasuSaku/Familia Uchiha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora