El enemigo indeseado

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Dedicado a AlfDay. Te quiero, amiga. :)

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Ino colocó las manos sobre su cabeza mientras su café se enfriaba frente a ella. Hinata permanecía frente a ella, con Midori en sus piernas y Himawari haciendo los deberes de la academia en la alfombra. Las tres Uzumaki parecían bastante tranquilas, aun con el hecho de que Naruto estaba fuera en una misión bastante riesgosa.

Shikamaru también estaba ahí, pero más que tranquilo o preocupado, se sentía incómodo. No le parecía factible que un hombre como él pudiera convivir con dos mujeres cuyos maridos habían ido a rescatar a sus hijos. Shikamaru no había sido educado para eso, él no quería tomarse un té, charlar acerca de las novedades que tenía de sus vecinos y luego martirizarse por su soledad. Además, Temari tampoco era de esa clase de mujeres, la conocía bastante bien. Únicamente estaba ahí porque Ino había ido por él, insistiéndole que necesitaban estar con Hinata para apoyarse mutuamente. Shikamaru se negó incontables veces - por fin podía tener unos días de descanso y quería aprovecharlos. Sin embargo, vio a Ino muy desesperada por sentirse acompañada para que alguien oyese sus lamentos; así que decidió acompañarla a visitar a Hinata.

En cuanto llegaron, la esposa del hokage les abrió y calentó té para Shikamaru y café para Ino. Hinata andaba con un paso relajado totalmente confiada, ganándose la envidia de Ino, quien no conseguía dormir porque temía por su familia.

Aún con las manos en el cabello y con los ojos rojos, le preguntó a Hinata:

- ¿Cómo le haces para verte tan tranquila? ¿De verdad te sientes con esa pasividad o lo estás ocultando? - puso sus manos sobre la mesa antes de dejar caer su rostro en ellas. - Dime tu secreto, Hinata.

- Confío en mi marido. - respondió Hinata abrochándole la blusita a Midori, sin darle mucha importancia al asunto de Ino. - Él dijo que volvería con Bolt y así será. - miró hacia la cocina. - Ya pasaron los dos días que dijo, pero sé que no se encuentra herido o algo peor; confío en que mi hijo, tampoco.

- ¿Cómo puedes estar segura de eso? - cuestionó Ino, alzando la cabeza.

- Ya te lo dije, Ino-san, confío en Naruto-kun. Él es el jinchuriki del jūbi y el séptimo hokage; no lo vencerán con tanta facilidad. Anudado a eso, he entrenado con Bolt, he visto sus esfuerzos: él tampoco es un inútil. - Sonrió cuando su hija estornudó. - Ve con tu hermana a jugar, ¿está bien?

La niña asintió, se bajó de las piernas de su madre y caminó hasta Himawari. Pronto, ambas estaban dibujando sus versiones de Kurama, completamente ajenas a lo sucedido en el comedor.

- Sai-kun estuvo en Raíz, ¿verdad? - continuó Hinata. - Naruto-kun me lo dijo. Sólo ninjas muy capacitados son capaces de obtener un título como ANBU; él es muy fuerte. Y tu hijo, Inojin es capaz de conservar el jutsu secreto de tu familia al mismo tiempo de adquirir el ninpou. Tiene la misma capacidad de su padre para aprender con rapidez; todos los chicos del Ino-Shika-Chō son sorprendentes, nunca se han sentido inferiores y poseen una voluntad difícil de romper. Si los chicos fueron a ayudar a sus amigos, no me parece que dejen que algo les haga daño. Sarada-chan y Yūyin-kun son chicos fuertes y nobles, tampoco permitirán que sus amigos sufran. Inojin tampoco está en peligro ni mucho menos está solo. No entiendo por qué estarías preocupada, Ino-san. - admitió mirándola a los ojos. - Ellos volverán pronto.

Ino sintió sus ojos empañarse en lágrimas y sacudió la cabeza para deshacerse de éstas. No, no quería llorar, no quería que Hinata y Shikamaru la vieran como una persona débil. Hinata tenía razón: los miembros de Ino-Shika-Chō no se dejaban vencer sin antes haber peleado con todo su arsenal. Shikamaru, a su lado, lo sabía. Tal vez por eso se encontraba hasta aburrido por aquella conversación. Ino conocía a Temari y admitía que en ocasiones asustaba. Ya varias veces había escuchado de Shikadai que su madre era muy tétrica. En una ocasión, sin que Temari se percatara, Shikamaru le dijo a su hijo que Temari era incluso más tétrica que su abuela. Ella podría enfrentarse al enemigo sin dudar, sin rechistar, Temari podría mirar los ojos del secuestrador y gritarle todo de lo que se arrepentiría por osar lastimar a los niños de Konoha, al rey de Konoha. Temari no sería un estorbo para el séptimo ni para Sai; Temari soportaría cualquier adversidad y Shikamaru lo sabía. Lo sabía y confiaba en ella.

Los tres cuarzos (Longfic SasuSaku/Familia Uchiha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora