No me rendiré con nosotros [1]

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Dedicado a AlfDay. Te quiero, amiga. :)

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El pie derecho de Sakura volvió a resbalarse en la rama, pero ella incrementó el flujo de chakra en sus pies para evitar la caída. No importaba la lluvia, ella tenía que continuar con el viaje. Sarada era mucho más importante que cualquier resfriado que pudiera obtener de esa actividad.

Empero, Sasuke sintió que la firmeza en el agarre de Sakura se hacía cada vez más fuerte, lo que le imposibilitaba en parte mantener el ritmo que había conseguido hasta ahora. Asimismo, comenzaba a dolerle la cabeza por forzar a sus ojos a ver un camino casi imposible. No recordaba haber corrido en una lluvia tan tupida como aquélla; si a él le parecía una tarea difícil el seguirse transportando, no podía imaginar cómo la estaría pasando Sakura, que no poseía ningún jutsu ocular que la ayudara.

Sostuvo a su mujer del codo antes de detenerse junto con ella. Sakura lo miró con los ojos entrecerrados, golpeados por las enormes gotas de lluvia.

- Debemos buscar un refugio, debo cuidar del sharingan para lo que encontremos en el camino. - explicó casi a gritos. La tormenta era tan fuerte que apenas podía escucharse a sí mismo.

Sakura, para evitar elevar la voz, asintió. Sasuke la abrazó para saltar con ella y que no corriera peligro de caerse si lo intentaba sola. Sakura se permitió el contacto frío del pecho de Sasuke sin decir o alegar una palabra. Tenía que comprender que en ese momento se trataba de rescatar a su hija; no necesariamente a su relación. Él necesitaba de un equipo y ella era su equipo, por supuesto que la protegería del mismo modo que ella a él. Eran dos padres que se habían unido para un fin común: salvar a Sarada.

Una vez aterrizaron y la copa de los árboles los cubrió un poco de la lluvia, Sakura se abrazó a sí misma mientras parpadeaba, eliminando las gotas de agua de sus pestañas. Sasuke, mientras tanto, se sumió en un viejo recuerdo del equipo que formó apenas se separó de Orochimaru. Por ridículo que pareciera, recordaba las rocas que estaban cerca de él y reconocía el enorme tronco en el que Sakura buscó refugio.

Ella lo miró perderse entre el diminuto espacio entre árboles, mirando y sintiendo la naturaleza que había a su alrededor. Con gesto asombrado, descubrió en él una diminuta sonrisa. Sin poder evitarlo le preguntó en qué pensaba. Sasuke, desviando el rostro al cielo, respondió:

- En mi cumpleaños número dieciséis.

Sakura recordó dónde se encontraba Sasuke a esa edad y tragó saliva para deshacer el nudo en su garganta. Cuando él tenía dieciséis años, casi todo el mundo ninja lo consideraba un criminal que debía ser exterminado. Incluso ella pensó en eso, le dio miedo lo que pudiera hacerse y prefirió terminar con su dolor, aunque no se atrevió.

Sin embargo, por la expresión de Sasuke descubrió que él no sentía esa clase de repulsión hacia sí mismo; al contrario, parecía creer que esa época fue maravillosa. Aun con su curiosidad, Sakura no preguntó la razón de su sonrisa ni de sus andares tranquilos.

- Jūgo adivinó que era mi cumpleaños y todos fuimos a una cafetería en un pequeño pueblo a unos dos kilómetros y medio de aquí. - relató, todavía con la mirada en el cielo, permitiendo que el agua resbalara en su rostro y cayera sobre su pecho. - También estaba lloviendo.

- ¿Todos? ¿Te refieres a Taka? - cuestionó Sakura, integrándose más en la conversación.

Sasuke asintió. Un momento más tarde miró a Sakura, preguntándose por qué nunca le había hablado de ese día. Ella siempre quiso saber todo de él, siempre se esmeró para que él le contara lo que hacía, lo que deseaba, lo que había hecho y lo que había deseado. Sasuke, después de regresar de su último viaje largo, no se opuso a las peticiones de Sakura y le contó todo lo que ella le preguntaba. Hablaron de su familia, de Orochimaru e incluso le habló de su encuentro con los kage y de las palabras que Gaara le dirigió.

Los tres cuarzos (Longfic SasuSaku/Familia Uchiha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora