¡Nuevo equipo siete, listo!

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Sakura suspiró con pesadumbre sin dejar de empacar los materiales que utilizaría para su misión. Había tratado de ignorar las réplicas de Sasuke cuando le comentó que se ausentaría un par de semanas para acudir a la ayuda que la aldea de la Nube pedía a Konoha.

Como siempre, la excusa de Sasuke era su adorada hija. Parecía como si de repente hubiera olvidado que las primeras misiones de un genin consistían en atrapar gatos y cortar césped; no era algo que requiriera una suma y especial atención médica. Asimismo, no era como si fueran las misiones más emocionantes de un niño y Sarada no era de las personas que llegaba corriendo a su casa con una sonrisa en la boca para contar segundo a segundo lo que había hecho durante el día, por lo que no la descuidaba en lo absoluto.

- Ella te necesita, Sakura. - dijo Sasuke con los brazos cruzados recargado en la pared. - Konoha tiene más médicos que pueden acudir a la misión, pero Sarada sólo tiene una madre.

- Y un padre que la consiente en todo lo que le pide. No me necesita, Sasuke-kun. - afirmó Sakura cerrando su maleta de primeros auxilios. - Además, no me iré por mucho tiempo, sólo supervisaré la preparación del nuevo hospital infantil.

- Ino puede hacerlo, ¿por qué tienes que ser tú?

- Ya te lo he dicho antes, Sasuke-kun: es mi proyecto el que está avanzando, yo debo hacerme responsable de él. Además, siguiendo tu lógica, Inojin también va a necesitar a Ino.

- ¿Y prefieres que ese mocoso reciba la atención de su madre a que tu propia hija lo haga? ¡Vaya madre!

Sakura apretó los puños alrededor de las asas de la maleta tras escuchar la última frase. Sasuke pocas veces decía algo tan hiriente como aquello, pero cuando lo hacía, sólo daba rienda suelta a la siguiente discusión y Sakura no quería irse a sabiendas de que Sasuke podía seguir enojado con ella.

- Por favor, no digas eso. - susurró ella con un dejo de molestia.

- Tú no tienes idea de lo que significa para un niño de doce años llegar de una misión sin que nadie te reciba, Sakura.

- ¡¿Y qué acaso tú estás pintado?! - exclamó perdiendo los estribos por un momento. Volteó a verlo con la respiración entrecortada. - Sasuke-kun, me voy a esta misión porque sé que tú estarás aquí para cuando ella regrese; sé que no va a estar sola. Conozco mil testimonios de niños que fueron abandonados, he tratado a todos ellos y por supuesto que comprendo su soledad, así que no me vengas con ese cuento, que ya me lo sé. Iré a la aldea de la Nube, te guste o no.

Se colgó la maleta en el hombro y salió de la recámara sin siquiera mirar a su marido. Él golpeó hacia atrás con los puños cerrados; le frustraba que Sakura no lo comprendiera.

- Sakura, espera. - dijo persiguiéndola hacia el piso de abajo. - Detente. - ordenó sin alzar la voz, sabía lo innecesario que era pues desde siempre había adquirido la habilidad de llamar la atención de los demás sin esforzarse demasiado.

Sin embargo, ella había continuado su camino como si no lo hubiera escuchado. En realidad, prefería ignorarlo, darle un beso rápido de despedida en la puerta y hacer como si aquella discusión nunca hubiera ocurrido. Bastante infantil, sí, mas preferible a salir tras dar un portazo casi sobre la nariz de Sasuke.

- Al menos deberías esperar a que Sarada vuelva y nos diga algo acerca de su equipo, ¿no crees? - espetó Sasuke asiéndola del codo. - No puedes irte sin una despedida.

- Me despedí de ella antes de que partiera, Sasuke-kun. - contestó ella deshaciéndose del agarre. - No quiero irme con el pensamiento de que estás enojado conmigo, por favor. - suplicó ablandando su mirada y agachando levemente el rostro.

Los tres cuarzos (Longfic SasuSaku/Familia Uchiha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora