Historias Patunas

Historietas/2-Confesión e independencia

Corría el viento en el Norte, los árboles temblaban y la nieve se deslizaba por las hojas que resistían unidas a los tallos. Al mismo tiempo que la nieve caía al suelo desde las copas de los árboles, más oleadas de hielo cubrían las montañas. El Territorio del Norte permanecía silencioso, y en los jardines del palacio de hielo paseaban juntos Gemma y su hijo Iván. Mientras tanto Meijia contemplaba los copos de nieve desde la ventana de su cuarto.

Como siempre Iván le hacía preguntas a su madre, las cuales o eran ignoradas o esquivadas. El tema de conversación cambiaba con cada pregunta. Una cadena de preguntas acabó sorprendiendo a Gemma, hasta llegar a la pregunta que desvelaría el misterio mejor guardado. La pregunta era que quién era el padre del príncipe Iván. Gemma nunca se habia atrevido antes a decirselo, por motivos del pasado. Inesperadamente la reina accedió a desvelar su secreto. La reina del Norte, después de haber evitado durante años y años responder a tal pregunta, confeso que un tal Jeremy era el verdadero padre de Iván. Gemma le contó a su hijo, que Jeremy llegó al reino en barco, pues no era de aquí. También le dijo que fueron felices mientras su relación aun podía mantenerse en secreto, pero en cuanto el misterio se convirtió en algo imposible de ocultar todo acabó en tragedia. Gemma se entristeció por recordar el dolor del pasado, y acabó diciendo a Ivan que su padre murió por amar a la reina del Norte, y que jamás llego a saber que iba a tener un hijo.
La noticia corrió por todo el reino dejando atrás los rumores. Algunos contaban que ni la reina sabia quien era el padre, otros decían que el padre del príncipe era un vulgar granjero al que le condenaron por no ser noble, y otros muchos inventaban calumnias llenas de falsedad.
Por otro lado hubo una persona a la que en vez de quitarle las dudas del pasado le ofreció más enigmas.

Esa persona era Meijia, la princesa del Norte, que siempre había querido conocer a sus padres biológicos ya que Gemma le había dicho que era adoptada.

Lo que más tarde descubrió Gemma fue que al revelar su secreto, su hijo ya no tenía ningún motivo para quedarse en el palacio de hielo. Iván se quería independizar, y después de pensarlo mucho, Gemma le ofreció ser el regente de una aldea situada al oeste del reino. La aldea del viento era una aldea que flotaba en el aire. Las montañas flotantes eran famosas en todo el reino y a partir de ahora Iván iba a vivir allí. Ser regente de aquella aldea era una especie de entrenamiento que le serviría para aprender a ser rey.

Por otro lado, Meijia también quiso independizarse, pero sin responsabilidades. Gemma ideó una forma de que se independizara con la única responsabilidad de mantener su casa en perfectas condiciones. La reina le cedió a su hija un terreno cerca del laberinto de cristal, y allí Meijia creó el palacio de cristal en el que aun sigue viviendo.

La reina del Norte notó un poco de nostalgia las primeras semanas pero luego se fue acostumbrando a ver a sus hijos solo en las visitas que le hacían casi diarias.