Historietas/10-Los cuervos

24 5 1
                                    

Era temprano cuando Alba se levantó de la cama, ya había desayunado y estaba contemplando su reino. Fue en ese momento en el que una gaviota sobrevoló muy cerca suyo y se fue. Alba le preguntó a su pata si era la gaviota del padre de Lidia, pues el parecido era asombrosos. La pata de Alba empezó a volar hacia la playa y Alba le siguió.

La playa de occidente estaba desierta y el mar estaba cubierto de niebla. En el muelle abandonado permanecía posada la gaviota y cuando Alba y su pata se iban a acercar un barco apareció de entre la niebla y atracó en la arena. Parecía el barco que hace años Alba vio desaparecer en el horizonte junto a su amado, pero estaba mal conservado, como si no hubiesen visitado un muelle en años. En el barco permanecía una tripulación bastante extraña y el capitán, que debería ser el padre de Lidia, no era él, sino que era un señor vestido de negro, con un cuervo en su hombro. No aportaba una imagen muy buena sino que resultaba tenebrosa. Alba se preguntaba donde se encontraba su marido, pero al parecer no iba a bordo.

El adorador de cuervos, que aparentaba ser el capitán del barco, conocía a la reina pero ella no recordaba nada. El capitán dijo que pretendía vengarse mediante una guerra, así que Alba creó una barrera de llamas con la intención de que retrocediesen. Al parecer el capitán no temía a sus poderes y eso se debía a que él también tenía algún que otro poder. Alba y el misterioso capitán comenzaron una lucha individual y a Alba le costaba mantenerle a raya. Era bastante poderoso, tanto, que la reina acabó derrotada en el suelo. Una vez derrotada el capitán decidió contarle a la reina el porqué de su venganza.

El adorador de cuervos conocía a Alba desde una época de guerra entre el Territorio del Norte y del Sur, y durante ese tiempo él trabajaba para la reina. Era uno de los mayordomos del palacio real hasta que un día, en el que Alba se encontraba tan irascible como el resto de días durante la guerra, le desterró sin razón alguna.

Alba le intentó amenazar diciéndole que sus hermanas recuperarían el reino, y que los soldados del Territorio del Sur no se dejarían vencer fácilmente. De repente aparecieron de las llamas los soldados del Sur. La pata de Alba huyó volando para avisar a las reinas del Norte y del Medio.

El capitán no estaba dispuesto a que el ejército de las reinas del Norte y del Medio le impidiese realizar su venganza así que mando a un monstruo nadar para avisar al resto de la flota. Este monstruo era parecido a una serpiente marina y era demasiado rápido. Al intentar acercarse todos los barcos enemigos, Alba explotó de rabia y con el poder del fuego todos fueron quemados.

Mientras Alba arrasaba con todos los barcos quedó debilitada y el capitán utilizó su poder del humo contra Alba. La reina quedó inmóvil y no podía usar su magia. Fue en ese momento cuando Lidia llegó a la playa a lomos de un dragón de arena. Alba le ofreció la corona real para aumentar su poder y además le cedió el poder de retroceder en el tiempo.

Cuando toda la familia real se reunió en la playa parecía inevitable perder la guerra pero Lidia utilizó el poder de su madre. Retrocedió en el tiempo hasta llegar al momento en el que llegaba el barco de los cuervos y toda la familia unió sus poderes para defender el reino.

Meijia creó una cúpula de cristal que protegía el reino, Iván creó huracanes despejando la niebla y deteniendo los barcos, Gemma creó ventiscas que arrojaron a los cuervos al agua y arrasaron los barcos, Ainara creo remolinos que ahogaron a los cuervos y Guiomar les enredó bajo el agua con algas marinas para que no pudiesen subir a la superficie. Finalmente los cuervos fueron desterrados y Alba se recuperó. Lidia devolvió la corona real a su madre porque consideró que aun no era el momento de ser reina del Territorio del Sur.

Historias PatunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora