Serendipia. (Dylmas)

Capítulo 17

Thomas y su hermana caminaron entre la gente, buscando el origen de la ensordecedora música.

-Hey, amigo-Thomas llamó la atención de un chico-¿dónde es la fiesta?

El chico, obviamente ebrio, sonrió y exclamó:

-¡Está en todas partes!

Thomas frunció el entrecejo y miró a su hermana, la cual soltó una carcajada.

-Mezclate entre la gente y disfruta, Dylan te buscará y encontrará después.-Finalmente se alejó dejando a Thomas solo entre la muchedumbre.

-Mm, bueno-susurró.

Caminó entre la gente hasta que topó con una casa bastante grande, no la observó muy bien ya que había bastantes personas para que lo dejaran mirar de forma detallada. Se introdujo en la construcción y buscó a O'Brien con la mirada, pero no pudo distinguirlo.

-¿Quieres beber algo?-le preguntó una chica morena de cabellos rizados.

-Sí, pero que no sea algo muy fuerte, por favor.

La muchacha sonrío y le tendió un vaso rojo de plástico.

-Disfruta la fiesta-le guiñó un ojo y se mezcló entre las personas.

Tomó un trago del contenido dentro del vaso y sintió su garganta quemarse, nunca había probado lo que fuera que le hubiese dado esa chica. Hizo un gesto de desprecio y dejó el vaso sobre un mueble de madera.

-¿No vas a tomarte eso?-inquirió una dulce voz de mujer.

-No tengo idea de lo que es, así que no-respondió él.

-Oh, vamos, no hace daño un poco de alcohol-Thomas la miró, tenía el cabello color rojo zanahoria, y unos ojos grandes y azules. Existía gran similitud entre esa chica e Isabella, sólo que esta se miraba mucho más radiante y jovial.-¿Quieres bailar un poco? Afuera en el jardín hay mucho menos gente y el aire es fresco y tranquilo.

-Sí, claro, ¿por qué no?-Thomas le tendió el brazo y ella lo sostuvo-vamos.

Salieron de la casa y, en efecto, en el jardín había muy pocas personas, la música no era tan ensordecedora ahí y el aire era bastante agradable. Ella comenzó a bailar de manera tranquila pero candente y Thomas sonrió, de pronto su vista comenzó a nublarse y se sobó el entrecejo con el dedo índice y pulgar.

-¿Estás bien?-le preguntó la joven, con la cara llena de preocupación.

-Sí, sí, fue un simple mareo.-La tranquilizó Brodie.

-Bueno, tal vez deberíamos sentarnos un momento, ¿no estás muy acostumbrado a las fiestas, cierto?

Ambos se sentaron sobre el recién podado césped y Sangster exhaló.

-Mm, no, la verdad no salgo mucho.

Ella le dedicó una mirada llena de brillo y chasqueó los dedos.

-¿Por qué no salimos más seguido?, eres bastante agradable.

-Sí, tal vez... pero si tan sólo supiera tu nombre antes-se burló.

-Oh, cierto, disculpa.-Le tendió la mano- Mi nombre es Lana.

-Yo soy Thomas-le tomó la mano y la soltó casi inmediatamente.

-Y, ¿qué te trae por aquí, Tom?

-Estoy buscando a la persona que me invitó a esta fiesta, pero no creo que pueda encontrarlo con toda esta gente aquí.