Verano de amores|| Jimin, ChangJo y tu (_____)

Remember

"Creo que me estás empezando a gustar ¿estará bien?"
Aquellas palabras rondaban por mi cabeza y por alguna razón no quería recordarlas.
Tuve suficiente de él, tuve momentos buenos, malos con él; y en los momentos tristes no se aparecìa ni su sombra. ¿Para qué estar detrás de él? Una de las razones será que tendré... ¿miedo? Nosé. O será que tanto estar allí junto a él ¿le agarré cariño?

- Ya llegamos. - abrí los ojos al sentir la voz de Irene -

Era de noche en las calles. Miré todo a mi alrededor y los únicos que quedaban eran... Jimin. Estaba completamente dormido y se veía lindo.

-Baja. - Irene me llamaba desde la puerta - Se me pasa la vida contigo. Apúrate.

Solo sonreí. Mi amiga se pasa, gracias a ella siempre tenía una sonrisa en ella.
Caminé hasta la puerta de mi casa, iba a abrirla cuando la mano de alguien me interrumpió.

-Espera.- me encontraba media dormida, pero al sentirlo hizo palpitar nuevamente mi corazón. - quédate un rato. -

Di la vuelta al escucharlo, más justo cuando sentimientos hacia él permanecen dormidos, vuelve a dar su aparición. Pndjo.

-¿Qué pasa?- vi sus ojos apenas ya que su cabeza gacha la tenía. Sus mechones de cabello caían sobre aquellos ojos que me enamoraron.

-Ven. - me agarró y me dirigió a unos pasos de la camioneta, dejando mis maletas con Irene en la puerta.

- ¿Estás bien? - aún tenía aquella mirada que me volvía loca. Locamente enamorada. Lo miraba y mis palabras no salían, o por lo petrificada al verlo o por el sueño que recién está saliendo de mi cuerpo.
Creeré que fue por el sueño.

-Si, todo normal. - me solté de su agarre.

-Es enserio. No quiero estar mal con nadie - Eso fue la gota que derramó el vaso. ¿Acaso soy yo alguien más del montón? ¿Siquiera soy un poco más amiga tuya que las demás?

En todos mis años, al único que miré fue a él y pese a que creí sentir algo por alguien más, no es así. Mi corazón aún siguió contigo.

-Está todo bien ¿no crees? - querìa hacerlo dudar, quería que siquiera tomara en duda la amistad nuestra.

-¡_______! Apúrate- mi voz salvadora, Irene, me llamó.

Lo dejé parado , y si dijo algo cuando me fuí, pues no escuché. Solo seguí.

-Me tengo que ir. Todavía falta Jimin y yo estoy muerta. Nos vemos. Me saludas a tus papás. Te llamo apenas llegue. - era una vitrola andante. No hay quien la pare - me voy. Beso. - y al fin su partida se dio.

Entré y estaba lleno de cajas y más cajas. Llamé a mis papás y bajaron a lo que era como un patio delantero, en donde se dividía en el primer piso (casa de la vecina) y el segundo y tercer piso (mi casa).

-______. ¿Cómo te fue? -ignoraron las cajas alrededor que impedían mi entrada. - ¿Irene?

-Mami, primero ayúdame con la maleta - mi papá agarró la más grande y con una agilida enorme (ni se la crean) traté de pasar y no pisar ninguna caja.

- Te explico ahora en la casa. - subimos juntos y entramos al fin.

Quería ir a mi cuarto y tirarme sobre mi bella cama. Dormir y levantarme tarde.

-Los vecinos nuevos ya están aquí. Se mudaron ayer. - nos sentamos en la sala - se fueron a comprar pintura.

Por fin los vecinos. Solo espero tener una amiga nueva.

- ¿Cuántos son? - estaba ansiosa de saber todo.

- Son una familia, la señora es casi de mi edad y el señor trabaja casi todo el día. - se calló. Mi mamá no dijo nada sobre una amiga nueva. -Ah si, y tienen dos hijos.