Stay with Me

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Llegué donde estaba ChangJo, sonreímos y entré al carro.

-¿A dónde me llevarás?- Eso me olvidé planificar.

-¿No quieres que te cocine? - fue lo más económico que pensé para no perjudicar mi economía.

-¿Qué me cocinarías? - dijo con una risa - No vaya a ser que inventes un planto nuevo y me tomas como conejillo de india -

-Ahora que lo dices pues si, experimentaré contigo y te tendrá que gustar. - puse cara de enojo. Tampoco es que cocine tan mal, tan solo estoy aprendiendo.

- Está bien. Vamos - puso en marcha el carro.

En el camino casi ni hablamos, pero se sentía bien; no como esos momentos incómodos en los que tienes que hablar solo por un largo silencio que se crea. Con él ese silencio era cómodo, casi no se sentía y me encontraba bien con eso.
Mis padres no estaba en casa, ambos salieron así que estariamos solos, bueno y mis perros también.

-Llegamos.- bajé del carro.

-Iré a ver que preparo. - Subí a mi piso en lo que él guardó el carro.

Llamé a mi madre, la cual estaba en una reunión con mis tías - típico -

-Hola hijita
-Ma, ya llegué.
-Ya mi bebé. - siempre me llamaban así - estoy con tus tías y tu papá llegará tarde ahora. Yo te aviso cuando esté saliendo ¿Cómo te fue en el colegio?
-Bien ma. No te quedes hasta tan tarde que el tráfico se pone horrible. Te quería preguntar sobre que me preparo ahora.
-En la refri hay pollo, y también champiñiones. Hay verduras también, hazte una ensalda.
- ¿Si hago unos tallarines a lo Alfredo? ¿Vendrás a cenar?
-No creo, tu papá tal vez llegue tarde. Te acuestas si llegamos muy tarde por que tu tío de Japón ha venido y estamos con él.
-Ya ma, no te preocupes. Estoy bien. Me llamas cualquier cosa.

Corté.

Puse todos los ingredientes en el marmol que estaba cerca a la cocina. Sonó la puerta y ChangJo ya estaba acá. ¿Por qué me ponía nerviosa? Ese chico está haciendo que piense mal. *¡ABRE LA PUERTA!* - ¡Ya va! - dejé las cosas en lo que abrí para que Choi pasara -

-¿Y te decidiste? - entró y se sentó en la silla junto a la mesa.

-Sí, lo bueno que esto ya lo hice antes, así que no hay peligro de envenenamiento o posible muerte inoportuna - sonreí.

Dejé de mirarle y me puse manos a la obra. En cada picada, sazonada él estaba mirándome. Suponía que querría probar la sazón, y como era mi comensal principal le di a probar un poco de la sarsa blanca.

- ¿Está bien o le falta algo? - le puse la cuchara en la boca.

- Está perfecto. Me gusta. - esas palabras eran un tintineo en mis oídos que me llevaba a las nubes.

Dicen que a un hombre se le enamora por el estómago. Creo que con unos platillos más y podría caer a mis pies.
Saqué los cubiertos para acomodarlos en la mesa principal, igual los vasos y los platos para ya servir mi obra maestra.

-Dámelos. - se paró. -Yo lo hago y tu sirve. - me dirigió la más cálidas de sus miradas.

Lo mire acomodando cada cubierto, confundiéndose si estaba bien o mal y todo ello se me hacia tan tierno. Vió que lo miraba y en menos de un respiro me fui a servir la comida.

-Aquí está. - le alcancé su plato. - espero te guste y si no te gusta igual dices que te gusta.

- No soy de mentir - ya estaba por dar el primer bocado. Se sentía los nervios. Saboreó, puso una mueca extraña - está bueno, muy bueno -dijo por último.

-Dime la verdad- insistí. Por alguna rara razón no me gusta como cocino y es que estoy acostumbrada a la comida de mi madre.

Me miró y volvió a repetir - En serio está muy bueno. ¿Qué es?

-Tallarines a lo Alfredo. -Dije en seco. Comence a comer sin mirarlo. Estaba ¿Nerviosa? Sí, estaba nerviosa y era su presencia y su mirada la que me descontrolaba.

Terminamos de comer sin decir palabra y levanté los platos.

- Gracias. - alcancé a escuchar por parte de él. Me puse a lavar los platos.

-¿Pasa algo? - se acercó a mí. Se recontra dio cuenta. Piensa _____, piensa.

- No, nada -sonreí. - Solo que estaba pensando en las tareas y la universidad. Solo eso.

- ¿Quieres que te ayude? - se sentó en lo que terminaba de lavar los servicios.

-No te preocupes, ya tienes mucho ayudándome. Me sentiré mal si te debo tanto. - Sequé mis manos con el secador. -¿Quieres hacer algo? - una parte de mí quería que se quede y otra que se vaya. ¡¿QUÉ ME PASA?!

-Si quieres... - silencio absoluto - ¿una peli?

No sonaba nada mal, puedo ver películas horas de horas, siempre y cuando no se nada de-

-¿Una de terror? - dijo este. Y exactamente es de esas que no puedo ver.

-Está bien, solo iré a cambiarme y regreso. - tenia que armarme de valor, tengo que ver esa película. Tengo que.

Entré a mi cuarto y PFF no tenía nada de ropa decente. Solo tengo pijamas, siempre para cómoda en mi casa, y no puedo aparecer con pijama ¿no?
Me quité el uniforme, comenzando por zapatos y luego por la blusa. Tendría que ponerme unos jeans y una polera.

*DINH DONG*

Seguí desvistiéndome ¡Quién mrd se le ocurre tocar el timbre! -¡YA VÁ!- agarré mi pijama y en 1, 2 por 3 ya estaba en la puerta. Esquivé la mirada de Choi al momento de ir.

- Dislculpe la molestia, queremos hablarle sobre... - detrás de los evangélicos, en la pista del frente, estaba Jimin sentado en las bancas. Los colores del atardecer se pigmentaban en toda su imagen. - le dejaremos esto para que lo pueda compartir con su familia. Gracias por escucharnos. - me sorprendí que en toda su habla miraba a Jimin y ni atención les presté.

- Gracias a ustedes - les devolví con una sonrisa.
Seguí mirándolo por unos segundos más hasta que se le ocurrió alzar la mirada. Cerré la puerta y subí a mi casa donde me esperaba Choi. Iba a abrir mi puerta de casa - ya que son dos pisos y entre la casa de Choi y _____ hay un patio que comparten y por allí salen y entran. Cada uno tiene puertas separadas a la entrada de su casa- cuando sonó nuevamente el timbre.
Sabía que era Jimin, así que no le presté atención y seguí tratando de abrir mi puerta. -*DING DONG.*- Volvió a sonar. Iba a abrir mi puerta cuando Choi me gana y sale de la casa.

-¿Quién es? - pregunta.

-Jimin, pero no abriré. Vamos adentro. - lo jalé del brazo y estaba accediendo hasta que sonó nuevamente el timbre.

No prestó atención a mi agarre y bajo a abrir la puerta. Lo seguí para impedirle, pero llegué cuando la abrió. Allí estábamos, los tres.
La mirada de Jimin se sintió por todo mi cuerpo.

-¿Que deseas? ¿Se te ofrece algo? Dime - habló Choi. No estaba con la voz de siempre, tenía una amargura en ella que se le diferenciaba de lo normal.

-He tocado la puerta de ____, no la tuya, así que no tienes que saber si quiero algo o no. - respondió este, que al igual que Choi se le sintió ese insaboro en su melodiosa voz.

- Si tengo que saber, estoy con ella y el sonido del timbre me incomoda. - Nooooo Choi, no le digas. Este Choi - Deja de tocar, solo eso. Está conmigo. - cerró la puerta.

|| Chickis aquí esta la otra parte. Hace tiempo que no publico tan seguido.
Ya estoy estudiando y DEOS MEO son varios cursos.
Espero actualizar pronto y poder acabar este fic.
¿Quieren que le agrege algo de lemon? Yo pregunto pues hace un tiempo que leo de eso •▪• y como que está shido. Ustedes digan y lo intentaré.
Bye
●♡●||

Verano de amores|| Jimin, ChangJo y tu (_____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora