Capítulo 1

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Estaba aquí ya no había nada que hacer, mi bebe iba a nacer ahora y estaba muy feliz por eso. En un día como hoy, iba a nacer mi ángel. Mi nueva razón de ser.
- Trata de ser fuerte cariño -me decía mi esposo Josh.
Ni siquiera me había percatado del dolor, de la felicidad que tenia al saber que por fin iba a ser madre. Yo Mackenna Lautner y mi esposo Josh Warden íbamos a ser padres de esta hermosa niña que, para mi gusto, se estaba tomando su tiempo en nacer.
Llegaron las enfermeras para llevarme ayuda, apoyo y un doctor. Comenzaron a inyectarme sustancias para que el dolor pasara más rápidamente y ya no lo sintiera. Me decían que pujara y yo obedecía, mi esposo estaba al lado mio sujetando mi mano dándome apoyo.
- Vamos cariño un poco más -decía mi esposo brindándome apoyo.
Pujaba tan fuerte como podía, el sudor estaba recorriendo mi frente, sentía que moría en un par de segundos, estaba por desmayarme hasta que escuche ese sonido. El sonido más lindo que ninguna mujer pudiera escuchar, el llanto de su hijo al nacer. Oficialmente era madre, mi esposo y yo éramos padres. Josh soltó mi mano unos segundos para sostener a mi bebé, a mi hija. La miro unos segundos y luego la trajo hacia a mí.
- Es preciosa, como su madre -el piropo más bello que me han dado.
Le sonreí y luego baje mi vista al pequeño bulto que se movía dentro de una cobija, la vi por primera vez, a mi pequeña y hermosa hija. Tenía piel blanca, ojos miel y su cabello parecía ser de un tono café rojizo. Era realmente preciosa. Cuando me vio dejo de llorar y en vez de eso ladeo un poco su cabeza y me sonrió, su primera y hermosa sonrisa.
La dejaron conmigo un par de minutos y luego entro mi familia y la de Josh, el primero en venir a verla fue mi padre, después mi madre, luego los padres de Josh y de último mi hermano. Quien no parecía verse muy agradado con la situación.
- Ven a verla Taylor -le dije a mi hermano de 10 años.
El obedeció a regañadientes y mi esposo le indico que se sentara en el sillón que estaba junto a mi cama, una vez que lo hizo, Josh coloco a mi preciosa hija en sus brazos, el la sostuvo con mucho cuidado y al verla, pude ver un destello en sus ojos, su boca de torció lentamente hasta formar una sonrisa y después un bello sonido lleno la habitación por completo. La risa de mi bebé.
- ¿Se ríe de mí? -dijo sin dejar de verla.
- No -le dijo mi madre -es solo que le agradas.
- ¿Y como se va a llamar? -pregunto mi hermano viendo hacia a mi.
- Dawn Warden Lautner -pronuncie su nombre con una media sonrisa, estaba agotada.
- Disculpe joven, debo llevarme a la bebé -dijo una enfermera de edad avanzada.
Taylor se negó moviéndola un poco hacia un lado para evitar que se la llevaran, todos en la habitación nos reímos.
- El que no estaba feliz con la llegada de su sobrina -dije riendo adolorida.
- Es que, esta muy bonita -sonrió -quiero quedarme con ella.
- Tendrás mucho tiempo para estar con ella -dijo mi esposo -pero por ahora debes dejar que se la lleven para cambiarla y para que la pongan a dormir -le sonrió.
- Puedes venir conmigo para ver desde el cristal si gustas -le dijo la enfermera.
- Si -dijo el entregando a la bebé con cuidado y yendo con la enfermera.
Nosotros nos mudaríamos a la casa que Josh y yo habíamos comprado, ambos teníamos 20 años y aunque nuestros padres creían que no era una buena idea empezar una familia a tan temprana edad, Josh ya había heredado las empresas de su abuelo y yo terminaría mi carrera el próximo año, solo sería un año complicado. Solo uno.
Narra Taylor:
8 años después.
Llegaba tarde al cumpleaños de mi preciosa niña, le había prometido que llegaría temprano, así que iba como un loco conduciendo a más de 120 km/h para llegar a casa de mi hermana. En el camino iba envolviendo el regalo de mi preciosa sobrina. Hoy cumplía ocho años y tenía una fiesta con sus amigos.
Cuando llegue, vi a mi hermana con el teléfono en la cocina y a Josh a fuera acomodando los regalos, atendiendo niños. Pero no veía por ningún lado a pequeña sobrina de 8 años.
- Mackenna -llame - ¿Dónde...?
- Milagro que llegas -dijo dándome un beso en la mejilla y llevándome de la mano escaleras arriba -Dawn no a querido bajar a la fiesta porque no llegas -sonrió.
- Siento llegar tarde, es que tuve problemas en la oficina.
- No te preocupes, ahora habla con ella y haz que baje con sus amigos, solo a ti te escucha cuando esta molesta, a veces me preocupo. Se supone que es a mi a la que debería de obedecer, no a ti -sonrió.
Me dejo frente a la puerta de la habitación de mi sobrina. Toque 3 veces y luego entre.
- Vete -escuche que lloraba, estaba boca abajo en su cama.
- Preciosa soy yo, tío Taylor -le sonreí.
Automáticamente se levanto y corrió a abrazarme.
- Tío viniste, pensé que no vendrías -escondió su carita en mi cuello.
- Claro que vine princesa, que clase de tío seria si no viniera -le di un beso en su rosada mejilla.
- Te quiero mucho tío -me abrazo más.
- Y yo a ti princesa, pero mira lo que te eh traído -dije mostrando la caja adornada con papel morado y motas verdes.
Ella lo agarro al instante y lo abrió, sus ojitos se abrieron cuando vio el vestido rosa con mariposas blancas que habíamos visto hace unos días en una tienda, pero que mi cuñado no pudo costearle.
- Gracias tío -me dio un beso en la mejilla.


Enamorada de mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora