Capítulo 28

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Estamos en la cita con el obstetra. Van a revisar a Dawn y ver si no hay problemas hasta ahora. Ambos tenemos el corazón en un hilo. Es seguro que está embarazada y yo soy un pariente, pueden acusarme de muchas cosas, mi cuñado es una persona influenciable al igual que yo, pero aun así podría enviarme unos años a prisión. En tanto a mi hermana, le causaría muchos problemas. Dawn está intranquila y eso me preocupa, Mackenna me ha llamado ya dos veces y ambas la mando a buzón. Supongo que para estas alturas, ella ya debe de saber que estoy aquí.
-Bien, según los análisis usted está embarazada de 3 semanas señorita Warden.-dijo el doctor, un señor de edad bastante avanzada.
-El padre debe estar muy orgulloso.- 'y por supuesto que lo estaba, solo que me matarían-. ¿Cuál es el motivo de que el padre no esté presente?
- La verdad, es que yo soy su padre.-dije algo incómodo, de seguro el hombre creería que era un pedófilo.
-Según mis datos, usted es su tío joven Lautner.-dijo intrigado.
-Pues sí, pero usted sabe uno no define de quien se enamora.-mire a Dawn, quien me miraba con nervios.
-Claro, yo no los juzgo. Pero quisiera decirles que hay un inconveniente.
-¿Cuál?.-dijo Dawn alterada.
-Shh amor no te alteres le hará mal al bebe.-dije intentando sonar calmado. Pero me era imposible, sabiendo que lo que me podría decir el doctor cambiaria mi vida, la de Dawn y la de mi hijo o hija. Trague saliva y me decidí a preguntar.
-Cuál es ese inconveniente?
-La joven Warden es muy joven para estar embarazada, su cuerpo no está totalmente preparado para tener vida dentro de este.
-Que significa doctor.-dijo ella apunto de las lágrimas.
-Esto significa que esto podría traer problemas para él bebe, además de que al ser una mezcla de genes compatibles en el sentido de ser de dos personas de la misma sangre. Podría producir un desordenamiento mental en el niño, por lo que necesitara ser controlada cada 5 días para estar seguros que todo está en orden.
-Está bien doctor.-dije con la vos temblorosa. Ayude a Dawn a levantarse de la camilla y nos retiramos, sin antes olvidarnos de saludar al doctor. Salimos de la obstetra y empezamos a caminar hasta una plaza que estaba cruzando la calle. Tomamos asiento en una banca, el silencio rondaba si quitábamos a los niños corriendo y riendo. Eso me hacía pensar en el hecho de que alguna vez mi niño estaría corriendo en el futuro, pero si todo salía mal tal vez no lo podría ver caminando o con cualquier otro problema. El solo pensarlo hacia que mi mundo decayera, pero no perdería las esperanzas.
-Taylor, tengo miedo.-dijo Dawn sollozando.
-Yo también princesa, pero no hay que perder las esperanzas.- dije abrazándola.
-No quiero que nuestro hijo este mal.
-Todo estará bien, que tal si vamos al hotel. De seguro tendrás hambre, así que es mejor que vallamos.- ella asintió mientras se limpiaba algunas lágrimas. Tomamos un taxi y así en el camino al hotel, ambos íbamos abrazados. La amaba tanto, ella era mi mundo ahora y no permitiría que me la quiten, incluso si tengo que pelear por ella. Ya en el hotel, pedí un poco de comida para Dawn. Ella estaba descansando en la cama, mientras que yo daba vueltas en la habitación, cuando mi celular sonó. Era Mackenna, conteste rápidamente.
-Taylor ¡trae a Dawn!.-grito.
-Como sabes que ella está aquí.-dije confuso.
-Es obvio eso, donde más estaría esa niña.
-Pues ella ahora está dormida.
- Taylor no la hagas difícil, tienes que dejarla vivir su vida.
-Yo la amo y si es necesario luchar por ella ¡lo hare!-dije firme.
-Entiéndelo, ella necesita vivir su vida. Tú eres su tío, lo suyo no puede ser.
-Mackenna mi vida es ella y ahora yo soy su vida también. Y no sé qué hablas tú de vida, que quieres obligar a tu hija estar con un muchacho que no conoce.
-Tú no entiendes la situación, si ella no sale con Dylan despedirán a Josh.
-Pues me importa poco Josh, no por ello la tienes que atar a otra persona. Te das cuenta que no solo la dañas a ella, sino que a mí.
-Taylor tráela por favor.
-Quiero estar con ella si no te importa, más tarde ira.- y corte. Porque la vida era tan injusta, me jale de los cabellos y lancé el teléfono al sofá. En ese momento dieron dos golpes en la puerta, de seguro era el servicio a cuartos. Abrí la puerta y definitivamente tenía razón, tome la comida y le di propina al joven. Apenas cerré la puerta camine hasta la cama y coloque la bandeja con la comida arriba de la colcha.
-Princesa despierta.-dije dándole pequeños besos esparcidos por todo el rostro de mi princesa, era tan hermosa mientras dormía. Empezó a moverse, para luego abrir sus ojos. Esa mirada me cautivaba, ella era tan hermosa. Mi princesa ya era toda una mujer.
— ¿Qué? –dice con una voz de recién levantada.
— Te traje algo de comer.
— No quiero –hace pucheros como cuando era pequeña y se esconde bajo las sabanas.
— Dawn recuerda que no eres solo tú. También es mi bebé –encuentro su vientre que está escondido en las sabanas y lo toco. Oh Dios, seré padre.
— No me ataques con eso cuando no quiera comer –me sonríe y toma el plato. Le pedí una hamburguesa, sé que no va a querer comer algo tan natural, imagino que tendrá mucha hambre, así que me pareció apropiado pedir una hamburguesa.
— Eres tan hermosa, nuestro hijo será hermoso –beso su frente. Me mira con cara de pocos amigos y supongo que está pensando algo que no es muy bueno.
— Taylor no estoy segura de hacer esto. Quiero decir... mis padres van a volverse locos y yo... bueno, ya escuchaste al doctor.
— ¿Y qué planeas hacer? Lamentarte no es una opción, no ganas nada con eso –digo creo que molesto y decepcionado.
— No lo sé. Quizá abor...
— Ni se te ocurra decir eso en tu vida, ¿entendiste? Soy capaz de meterte en un cuarto en blanco hasta que nazca.
— De acuerdo, lo siento. No fue mi intención, solo era una idea.
— Nunca tengas ese tipo de ideas. Te convertirías en una asesina y matarías a mi hijo.
— Estoy desesperada.
— Mira Dawn lo único complicado en esto es que corres peligro en el embarazo porque somos parientes. De ahí en fuera, tengo dinero para mantenerlos a ambos en una vida buena, te amo y te apoyaré toda la maldita vida. Podríamos casarnos.
— ¿Hablas enserio?
— Muy enserio.
— ¿Y mis padres? Aún no soy mayor de edad.
— Te falta un año, solo eso. Después de que seas mayor de edad... haremos lo que queramos. Nos iremos a vivir a Detroit o donde quieras y viviremos bien.
— Mira, es mucho para procesar en un día. Llévame a casa o mamá se volverá loca, si es que se puede aún más.
— Hable con ella, si te obligan a ver a ese adefesio una vez más, llámame. Aunque no conteste.
— Te quiero mucho. Demasiado –me abraza.
— Yo también princesa.
— Vamos –se separa de mi abrazo y se levanta.

Narra Dawn:
2 horas después...
— Mamá no me importa, tú eras comprensiva, ¿qué te paso? –digo gritándole y subiendo las escaleras a zancadas. No le había dicho lo del embarazo, solo le dije que no vería a Dylan con las intenciones que ellos tenían. Amistad y solo eso, aunque dudo al 100% que él se conforme con eso, pero me vale. Mi amor es solo para Taylor, el futuro padre de mi hijo.
— Dawn entiende.
— No, tú entiende. No voy ni a quedarme aquí, ni a dejar a Taylor, ni ver a Dylan ni nada. No, no, y no.
— Está bien, hablemos claros. ¿Eso es lo que quieres, no?
— Sí.
— Tu padre está enfermo, le diagnosticaron problemas del corazón hace poco. Su jefe tiene muchos contactos para lograr que le hagan una trasfusión pero eso solo pasará si su hijo se queda contigo. ¿Hazlo por todos, sí? Tú hermano va a querer su padre con él toda la vida al igual que yo y sé que tú también.
— Mamá yo... no sabía eso.
— Además es una gran oportunidad. Dejarías de estar confundida con lo que sientes por Taylor, aunque sea mi hermano, sé que ha tenido sus conquistas y nunca llega a nada con nadie. No te lastimes más.
— No lo hago. Sé que siente muchas cosas por mí.
— No estás totalmente segura.
Las ganas de vomitar regresan a mí. Maldigo y llego al baño en menos de lo que canta un gallo. Estoy segura de que mi madre no lo dejará pasar esta vez.
Se coloca detrás de mí y sé que está esperando una respuesta o alguna excusa cuando menos. Maldigo en voz baja y me lavo los dientes. Cuando termino la miro a los ojos. 'No tienes salida está vez Dawn'.
— ¿Me dirás que te pasa?
— Taylor también tiene muchos contactos, él también puede lograr que le hagan una rápida trasfusión a papá –intento cambiar de tema.
— Dímelo –'lo siento Dawn, no tienes salida, tienes que decirle'.
— Nada mamá.
— Dawn.
— Mamá no... no tiene caso.
— Si no me lo dices te llevaré al hospital mañana.
— Lo que pasa es que yo...
— ¿Yo...?
— Mamá estoy embarazada.
— ¿Qué estás qué? –dice con susto. 'vamos Dawn afróntalo'.
— Estoy embarazada –repito con la más tranquilidad posible.
— ¡Dawn Warden Lautner, si me dices que ese hijo tuyo es de mi hermano, te mandare a un reclusorio en China! –grita.
— Mamá...
— ¿Lo es?
— Mamá...
— Respóndeme maldita sea. ¿Ese hijo tuyo es de mi hermano?
— Si mamá, es de Taylor.
— No puede ser –chilla, 'bueno Dawn te has metido en un súper problema'.
— Mamá yo...
— ¿Cuántas semanas tienes de embarazo?
— 3...
— Por eso vomitas –dice en voz baja, para sí misma –por eso has estado de comelona estos días y esos cambios de humor.
'¿Cuáles cambios de humor? Según yo sigo normal'.
— Mamá...
— Dawn por Dios, tienes 17 años.
— ¿Estás molesta? –pregunto inocente. Frunce el ceño. 'oh, oh'.
— ¿Qué si estoy molesta?
— Sí...
— Claro que no, estoy decepcionada y sorprendida.
— Pero... es algo natural.
— Dawn estás embarazada de tu tío. ¿Tienes idea de lo que hiciste? Hicieron –corrige.
— Algo que tú y papá también hicieron.
— Sí, pero no a esta edad y no somos parientes –me fulmina con la mirada. 'Mierda, está molesta'.
— Mamá solo... no me impidas verlo.
— ¿Te das cuenta de la magnitud de tu error?
— Sí.
— Mira –inhala –yo no voy a prohibirte ver a tú tío, ¿está bien? Solo quiero que hagas 3 cosas por mí.
— Está bien, dímelas.
— Uno, vas a tener a ese bebé.
Asiento con la cabeza, está pálida, la noticia debió afectarle, '¿A quién no?'.
— Dos, tú le dirás a tu padre.
Vuelvo a asentir con la cabeza, eso será lo más difícil de todo esto, creo.
— Y tres... por favor, por favor no vayan a hacer cualquier otra cosa sin decírmelo antes.
— ¿Eso es todo?
— No, si te dijera todo lo que está pasando por mi cabeza en estos momentos necesitaría un día completo.
— Oh mamá, lo siento.
— No quiero que dejes la escuela. Veremos qué hacer con lo de tu padre.
— Mamá no puedo ir a la escuela así.
— Tú lo decidiste, pudiste esperar –tranquiliza su mirada –por ahora no sé te ve nada. Cuando comience a notarse estudiaras desde casa. Después retomaras la universidad y luego... no lo sé. Lo que quieras.
— Mamá de verdad lo siento.
— ¿Tu tío sabe sobre esto?
— Sí... ayer fuimos al obstetra.
— ¿Qué dijo?
— Que tenía riesgo de embarazo por ser familia... tú sabes, son... mismos genes.
— ¿Y qué dijo Taylor?
— Que... podríamos casarnos. Él estaba muy feliz.
— No.
— ¿No?
— No quiero que se casen.
— ¿Por qué?
— Cariño –acaricia mi mejilla con sus dedos, un gesto maternal –eres mi hija y él es mi hermano. Esto traerá muchos problemas... para él al menos.
— Mamá...
— Escúchame –regaña –si se casan, de verdad... no estaré ahí.
— ¿No vas a apoyarme con esto verdad?
— Dawn te apoyaré con todo lo que quieras. Pero esto es demasiado, lo acepto, sí, pero por favor, si te casas, me pierdes. A mí, a tu padre y a tu hermano.
— Está bien, voy a pensarlo.
— Bien... y supongo que quieres que tu hermano se llame Taylor, ¿no es así?
— Sí –me sonrojo.
— Le pondremos así –sonríe bipolarmente. ¿Así estaré yo con el embarazo?
— Mamá...
— Deja el tema cariño, lo discutiremos luego. Por ahora, disfruta usar tu talla 0.
Sonrío.
Oh mamá, extrañaba que fueras así de comprensiva.

Enamorada de mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora