Capítulo 6

1.3K 51 2
                                    

  Comencé a llorar, la tristeza se me había acumulado desde hacía 2 semanas y no había querido hacerlo por simple dignidad, no podía llorar en casa de mi tío.
Llevaba 3 horas seguidas, mis padres habían ido a verme y a tratar de consolarme más de 10 veces cada uno, la verdad es que estaba mal, no sabia ni porque estaba llorando. Simplemente mi cuerpo quería hacerlo y lo hizo.
- Dawn por favor dinos que te pasa –dijo mi padre.
- Nada, solo son hormonas –dije aun llorando.
Sentía mi nariz tapada, pues claro, después de llorar casi 4 horas supongo que es normal.
- Hemos llamado a Taylor –esperamos que a el si le digas que te pasa.
- ¿Qué han hecho que? –dije casi gritando –No, díganle que no venga –me puse a llorar nuevamente.
- Por supuesto que no, dijo que estaría en 5 minutos, así que hasta entonces –salieron de mi habitación.
Lo que me faltaba, que una de las causas principales por las que lloraba, viniera, no, no podía verme así, pero tampoco podía parar, el llanto parecía tener vida propia. Me pare y fui hasta mi baño, intenté arreglarme el maquillaje pero... vaya, ya no tenía maquillaje ya que todo se había escurrido a causa de las lágrimas.
Me cambie de ropa ya que la otra estaba empapada de lágrimas. Estaba muy concentrada haciéndome una coleta cuando escuche la puerta, literalmente no había podido dejar de llorar.
- ¿Dawn? –dijo mi tío.
- Hola –dije quitándome un poco las lágrimas.
Camino hasta mi cama y se sentó en la esquina, yo me senté y nos miramos unos segundos. Que bonitos ojos tenía.
- ¿Qué te pasa tn Dawn? Dijo tu padre que llevas así desde que llegaste aquí.
- Es que... -lloriquee –han sido las dos peores semanas de mi vida.
- ¿Quieres contarme por qué? –por dios, no había tomado mi mano ni una sola vez como solía hacerlo.
- Porque –volví a lloriquear, no podía evitarlo –tu sabes la razón.
- Dawn hablamos de eso –respondió volteando su vista a otro lado.
Tome su cara en mis manos y lo mire, estábamos viéndonos y mis odiosas lágrimas volvieron a brotar como si me hubieran enterrado un cuchillo o algo. Él sonrió y con sus pulgares las removió lentamente, el primer toque que me había dado desde mi cumpleaños.
- Mira pequeña –volvía a hablarme con ternura –nunca te veré como algo más que mi sobrina pero tal vez te ponga feliz saber que termine con Lilly –me sonrió.
- La segunda parte me agrado –dije respirando con dificultad.
- Princesa deja de llorar –me abrazo.
Estaba muy feliz, decidí que para que no se sintiera incómodo dejaría mis brazos colgando, así seria un poco más normal.
- No puedo –dije llorando nuevamente –quiero decir, es el primer capricho que no me das y es –lloriquee –muy difícil de asimilar.
- Dawn, ¿estas llorando porque no te he correspondido? –rio – ¿yo tengo la culpa de que estés así?
- No, bueno si, pero –basta lágrimas estúpidas.
- Cariño qué debo hacer para que dejes de llorar, me mata verte así. Cuando eras tan solo un bebé hacía hasta lo imposible por no dejarte llorar –me sonrió.
Lo medite unos segundos, si. ¿Qué más daba? Al menos si me rechazaba una vez más y me dejaba para siempre, en unos años tendría la consolación de saber que se lo dije.
- Bésame –pedí.   


Enamorada de mi TíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora