COMIENZOS

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Bueno, lo prometido es deuda, por fin, después de una larga espera, traigo una historia larga, bueno, medianamente larga, tendrá varios capítulos aunque cortos.

Este fic es independiente de los otros, aunque si está basado un poco en mi fic "una historia de shinigamis", en sí esto trata de la vida de William y Grell en la academia, cómo se conocieron y su relación durante su época de estudiantes hasta su graduación.

Aquí contaré algo sobre la infancia de Grell (según mis cánones), verán personajes como el tío y el padre de Grell, además de algunos nuevos. No es secuela del fic anterior, habrán cosas que no concuerden con la antigua versión.

Kuroshitsuji, Undertaker, William T. Spears y Grell Sutcliff pertenecen a Yana Toboso.


...


Los shinigamis no necesitan reproducirse ya que son almas seleccionadas de los cinematic record más sobresalientes, aunque no era común tampoco era imposible, siendo deidades tenían privilegios, solo los shinigamis veteranos o realmente poderosos podían tener la fuerza y energía que implicaba engendrar una nueva vida, y que mejor si reciben ayuda.

Los demonios son otra historia, ellos sí pueden procrear, pueden reproducirse entre ellos o con otras especies, como los humanos o los Dioses de la Muerte, pero hacer eso era un TABÚ, era deshonroso procrear con los shinigamis,eran especies enemigas por naturaleza.

Pero bueno, siempre hay una primera vez para todo ¿no?.

—Calla a ese maldito niño si no quieres que le corte la cabeza— Brendan nunca fue muy asiente mucho menos con su hermano o las cosas que se relacionarán con él, para empeorar la situación, un niño, un "híbrido" llegó a sus vidas.

La niñez de Grell fue difícil, después de todo no es divertido crecer encerrado sin amigos, sin tu madre y criado por dos hombres, mucho menos si uno de ellos te odia.

Grell fue un niño difícil de controlar, un niño hiperactivo, desordenado y sumamente voluntarioso, a pesar de eso, su padre lo amaba, a diferencia de su tío.

—Descansa Grell, te amo — Alexander cobija a su pequeño hijo y se despide para dejarlo dormir, el pequeño tiene cinco años y detesta dormir solo, pero ya no es posible que duerma en compañía de su padre, su tío lo ha prohibido.

El pecado de Alexander no se olvidaría nunca, mismo que lo condenó a una vida restringida y poco apta para un niño, Alexander fue despojado de todos su privilegios como shinigami de élite, su guadaña fue confiscada permanentemente, saldría a cosechar almas con una guadaña de estudiante y se le negaría todo derecho a él y a su hijo, tendría que acatar las órdenes de los superiores o sería condenado a vivir en una mazmorra y su hijo sería asesinado, lo mejor era que padre e hijo vivieron junto con Brendan, que se ofreció a ser su guardián y protector.

—Papá, no me agrada el tío Brendan, es abusivo, ¿porque no podemos tener nuestra casa nosotros?— cuestiona el pequeño Grell de ocho años mientra se frota su mejilla, su tío lo abofeteó por rehusarse a acompañarlo al reino humano.

¿Brendan? si, el hermano traidor, Alexander era demasiado bondadoso y noble, a veces tonto, no podía odiar a su hermano, finalmente tenía a Grell su más grande tesoro, no necesitaba más, además de que Brendan le ayudo a cuidar y educar a Grell, aunque no fue tan buena idea, Brendan descargó sus frustraciones en el pequeño niño, su idea era que Grell lograra todo lo que él no, como el hijo que nunca tendría, fuera de eso Grell fue un niño muy amado y consentido por su padre, Alexander le enseñó las cosa buenas, pero Brendan se encargó de mal educarlo, amaba al niño pero amaba más su ego, pronto descubrieron que el niño era muy fuerte y ágil, un excelente shinigami, tenía todas las características para triunfar.

Le gustara o no a Grell, tendría que hacerse un hombre del modo rudo, Alexander era muy amoroso y a veces sobre protector con su hijo, pero como no serlo si el pequeño parecía ser tan frágil, pero su pequeño y delgado cuerpo era engañoso, el niño era fuerte y Brendan lo sabía, llevaría al límite a la criatura.

—Levántate holgazán— El tío de Grell abrió las cortinas y ventanas dejando pasar el frío aire de la mañana, arrojó a un lado las cobijas del niño de ahora 13 años y lo tomó por el antebrazo para sacarlo de la cama, el chico seguía soñoliento y tropezó al caminar para salir de su habitación, era tiempo de practicar, Brendan ya tenía toda una rutina de preparamiento para su sobrino, lucharon cuerpo a cuerpo, era injusto pues el niño no tenía práctica suficiente y mucho menos contaba con la misma fuerza. Pero según Brendan era necesaria la práctica, no quería que su "hijo" fracasara en la academia, aunque aún faltaban algunos años para que Grell entrará.

El delgado Grell yacía en el patio de la casa, se estaba congelando, no contaba con la parte superior de su pijama y estaba descalzo, su tío comenzó con el entrenamiento, un primer golpe en el estómago, el niño no sabía cómo defenderse, solo cubría su cuerpo con sus delgados brazos, aunque no era muy útil, Grell no atacaría a su tío, no quería, amaba a su familia y sabía que golpearlo estaba mal, aunque a veces desearía matar a su tío su padre le explicó que los instintos asesinos, eran malos y lo convertían en un demonio.

Grell trato de huir, pero su tío no lo permitiría el niño yacía en el piso en posición fetal llorando, suplicando que su padre regresara pronto o que el entrenamiento terminara rápido.

—Levántate, no seas cobarde, si no te defiendes te mataran— Brendan tomó al niño por la muñeca y lo hizo ponerse de pie, sangre salía por la boca de Grell, Brendan se asustó un poco, ¿golpeó al niño demasiado y le causó una hemorragia interna?, no, los dientes, esos horribles colmillos, Grell se mordió las lengua.

—Inútil— escupió el hombre, la práctica terminó, Grell tenia lagrimas en sus ojos, no entendía porque su tío lo odiaba tanto, el niño caminó tras de su tío con la cabeza gacha, se sentía mal por defraudar a Brendan.

Grell subió a su habitación, se cambió de ropa y se acostó a dormir, estaba cansado. No sabia cuantas horas o minutos habían pasado, pero pronto una voz autoritaria pero suave a la ves, lo despertó.

—Despierta Grell, la comida está lista— Brendan estaba junto a la cama del pequeño pelirrojo con una sonrisa amigable en su rostro. A veces Grell se desconcertaba mucho por los cambios tan repentinos de humor de su tío.

La comida pasó tranquila, pero alrededor de una media hora después de que se sentaron a comer, Alexander llegó a casa, estaba bañado en sangre, una pelea con un demonio por un alma. Los ojos de Grell se iluminaron y corrió a los brazos de su padre, estaba tan feliz de que este regresara, un gran beso en la frente de su papá y el niño regresó a su asiento. Brendan los observaba con recelo, estaba molesto, ellos eran y tenían lo que él nunca seria o tendría.


L'EAU ET LE FEU (GRELLIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora