LA DEUDA DE SUTCLIFF

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Una pesadilla, un mal sueño, ilusión o realidad, las uñas negras rasgan la pálida piel, desprendiendo los músculos de los huesos; le gusta el dolor, algo de juego previo siempre es bien recibido, pero esto... esto ya no es divertido, siempre confió en Sebastian, sabía que el demonio mayordomo lo despreciaba y lo lastimaba a propósito, pero en esta ocasión, Sebastian cruzo la línea, pero esperen, este no era su Sebas-chan, algo andaba mal con él, físicamente era el mismo, pero su esencia... algo malo ocurría con su sexy demonio, pero no se puede saber a ciencia cierta que es. Grell trata de defenderse pero está a merced del cruel demonio.

Gime y se retuerce, está atrapado, siempre tuvo una debilidad por los hombres malos, aquellos que le podían dar algo de sabor a su monótona vida, en especial, siempre estuvo "voluntariamente" bajo el control de las frías miradas de odio y desprecio, aquellos ojos que con una mirada de repulsión lo hacían mantener la calma y el orden.

...

Hace más de una hora que Grell gime y solloza entre sueños, William está a punto de tirar de sus propios cabellos ahora inundado en desesperación, tiene deseos de tomar a Grell y arrojarlo al patio como a un cachorro que llora por las noches, William es con frecuencia un hombre desalmado, pero era de esperarse, después de todo el es la muerte, el líder de los dioses de la muerte, no debe ser considerado, pero cuando esta con Grell, toda lógica se viene abajo y su muerto corazón late de nuevo. William se frota las sienes, intenta en varias ocasiones despertar a Grell pero no lo consigue.

...

Su amada death scythe... se escucha el motor rugir estruendosamente, las navajas comienzan a girar y a cortar los huesos, la sangre brota en una fuente sin control, una delicia para los demonios, a la parca roja sólo le queda mendigar, después de todo... la muerte es la última esperanza de los corderos corruptos.

—Aún y cuando suplicaras a los ángeles, incluso si le vendieras tu alma a los demonios, en algún momento tú también serás juzgado— dijo el demonio con una sonrisa y culminó su acto clavando profundamente la guadaña en el pecho del pelirrojo.

Espasmos dolorosos contorsionan inhumanamente el delgado cuerpo, Grell arqueo la espalda y se levantó gritando, irrumpiendo con la calma de William que finalmente había conciliado el sueño, Grell comenzó a convulsionar dentro del llanto incontrolable, la parca bajó sus manos hasta su vientre y se abrazó fuertemente, con ojos cristalinos miró suplicante a William quien suspiró con fastidio y se recostó de nuevo.

—Will...— Grell hipó entre lágrimas y al no recibir respuesta se recostó de nuevo.

...

La alarma del reloj despertador comenzó a sonar, William abrió de inmediato los ojos y sin premura se levantó, entró al baño y se aseó, al salir, Grell seguía dormido, el pelirrojo estaba en posición fetal, William se apretó el puente de la nariz y de forma brusca despertó a Grell, Will no sería considerado, después de todo, por culpa del carmín él no había dormido adecuadamente.

—Levántate, es tarde— espetó William con algo de fastidio mientras arrojaba a un lado las cobijas, Grell refunfuño e ignoró las órdenes de su jefe.

—Will, me siento mal— gimoteó el pelirrojo y ofreció una cara lastimera, William frunció el ceño y con el dorso de su mano tomó la temperatura del pelirrojo.

—Tienes fiebre— dijo William y alejó su mano, los shinigamis no se enferman cómo los humanos, a los semidioses no les da gripa ni cosas de ese estilo, a lo mucho y no siempre, sólo enferman en caso de estar heridos y no recibir el tratamiento adecuado, pero no había razón para que Grell enfermara ahora, no habían tenido trabajo de campo y estas noche William lo había vigilado para que no escapara a matar inocentes.

L'EAU ET LE FEU (GRELLIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora