EL DESEO DE LOS DEMONIOS

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—¡¿A dónde se han llevado a Grell Sutcliff?!— William irrumpió en la mansión Phantomhive, el segador estaba seguro de que estos demonios se habían llevado a Grell.


—No es más que escoria, ese empleado  tuyo y tú van a pagar— escupió con rabia el joven demonio.

—Eres estúpido Spears ¡encubres sus fechorías!— gritó Ciel, estaba cansado mentalmente de esto, lo único que quería era matar a Grell pero tenía que esperar, no podía ser tan impulsivo, primero torturaría a William.

—¡¿Por qué no nos matas de una vez?!—reprochó el moro.

—¿Matarlos?... eso sería darles paz, y no, no lo haré, ¿sabes?, hay distintas clases de demonio, no cualquiera se puede dar el lujo de manipular a un dios de la muerte, en caso de que lo que digas sea cierto y tu tonto empleado no nos quiera ver la cara nuevamente—se burló el diablo.

...

—Hay una razón por la que mataste a todas esas personas, en cada alma quedó grabado ese momento, la infamia de un demente que los torturó hasta la muerte, me pregunto si ese William recolectaría mil almas puras para salvarte— el demonio sacó de entre su ropa una pequeña caja de cristal que irradiaba luz, Grell abrió mucho los ojos, definitivamente no se encontraban en el mundo humano, "¿el infierno tal vez?, la parca roja comenzó a temblar, las almas vengativas eran muy peligrosas, más si son controladas por un demonio.

—Tu perteneces a este mundo Grell Sutcliff, tu madre así lo hubiese querido— dijo con entusiasmo.

—No, yo soy un shinigami, sé que he cometido errores, pero soy un shinigami, ¡no un demonio!

...

—¿Me ayudaras?— cuestiona con frustración el supervisor del despacho.

—Hehehe— Undertaker no puede evitar burlarse, William se ve tan desesperado por ese pelirrojo problemático, el sepulturero no comprende cuál es la fijación del supervisor por su empleado, en un principio William odiaba a Grell, pero ahora, lo busca y se preocupa por su bienestar. —No pudo interferir, si está destinado a morir, tendrá que morir, ningún shinigami es indispensable para la sede, la corte no te permitirá salvar a ningún otro empleado, pero puedo ofrecerte mis servicios como enterrador, o quizá, sí me lo permites, puedo hacerte una linda muñeca con él, ¿sabes?, no he practicado con shinigamis; aunque tendría que sacarle los dientes, no queremos accidentes ¿cierto?— Undertaker soltó a carcajadas respecto a los dientes, William bufó con fastidio y salió de la funeraria, azotando la puerta al salir, necesitaba ayuda, de quien fuese, incluso sería capaz de...

—William-san— la voz maldita llamó a espaldas del shinigami.

—Honestamente... ¿tú?— William escupió con rabia y de inmediato invoco su guadaña para cortar la cabeza de Sebastian. —Alimaña, ¿Dónde está Grell Sutcliff?— William exigió y tomó al demonio del cuello con las tijeras de su Death Scythe, Sebastian simplemente sonrió y trató de retirar el arma de su garganta, su piel ardía un poco.

—De verdad le gusta Grell-san, eso es ridículo, un amor patético— se burló el mayordomo, William estuvo a punto de hablar pero se vio interrumpido. —¿Sabe una cosa?, estoy hambriento, sabe lo que es pasar años, siglos sin probar nada, la comida de los humanos es como arena en mi boca, el agua y el vino son hiel, nada me satisface— espetó el demonio, en un tono de voz sombrío.

—Eso y más te mereces alimaña, y si no me entregas a Sutcliff, hare aun peor tu vida, mataré a tu amo- amenazó el shinigami mientras empuñaba más su guadaña en la pálida piel de Sebastian.

—Créame, si hiciera eso, me estaría haciendo un favor, aunque sería muy osado de su parte, pese a las circunstancia, yo protegeré a mi bochan— explicó el mayordomo y finalmente liberó su garganta del agarre de William, acto seguido arrinconó al shinigami contra un árbol, nadie los observaba.

—No tengo ni la menor idea de dónde está tu tonto empleado, pero si quieres que te ayude, tendras que pagar un precio.

—No te daré mi alma, no pienso hacer contratos con un engendro como tú—William trato de mantener la calma, pero la peste del demonio se lo hacía difícil, tal vez estaba exagerando, no podía ser tan malo, pero no podía evitar sentir repulsión por los demonios, era su naturaleza.

—Claro que no quiero su alma, Grell-san no me perdonaría el que lo matara, y honestamente, no creo conveniente una disputa con ese demente— dijo sonriente el demonio.

—Prefiero mil veces muerto a Grell Sutcliff antes que hacer tratos con sabandijas como tú— William empujó a Sebastian para abrirse paso y desaparecer atravesando un portal a su reino.

...

—Vamos William, sabes que Grell estará bien, el bastardo es más fuerte que muchos aquí, lo sabes bien— Eric trato de animar a su jefe, pero nada funcionaba, su rojo subordinado era fuerte, pero tratándose de Michaelis, el promiscuo segador parecía de mantequilla, William no podía decir con seguridad si era porque el demonio en verdad lo supera a tal grado en fuerza, más bien pensaba que su tonto empleado se hacia la víctima cuando el diablo estaba cerca, tal vez sólo por llamar la atención.

—Sensei, Eric-senpai tiene razón, Sutcliff-senpai es fuerte, incluso es más fuerte que usted, no debe preocuparse, seguramente ese pelirrojo se encuentra coqueteándole a esos demonios— Ronald dijo con algo estúpida inocencia.

—En verdad el rojo le sienta bien Grell-san- comentó un demonio de menor grado que se hacía responsable del carmín. 

—Quiero volver a mi casa, con Will, mis amigos, mi familia, mi tío estará molesto.

—¿Familia? —dijo sorprendido el demonio —Tu tío te vendió, es por eso que ahora estás aquí, el hizo un trato con nosotros y ahora está muerto— se burló.

—No es verdad— dijo Grell.

—Nuestro trato era ayudarlo a poseerte, pero fue muy tonto, los demonios no tenemos palabra, además, no permitiríamos perder esta oportunidad para recuperarte Grell— el mayor pellizcó la mejilla de Grell.

...

—Me topé con William-san esta mañana, se ve muy alarmado por Grell Sutcliff — Sebastian le dijo a Ciel mientras le servía un poco de té, no es que e importara mucho el demonio, pero aunque no quisiera, esos shinigamis siempre se atravesaban en su camino.  

—No me interesa, esos tontos shinigamis sólo causan líos — dijo Ciel y bebió de su taza.

....

—Ahora bien, vamos a dejarlo limpio y presentable para su amante, no queremos que el señor Spears se arrepienta de salvarlo al verlo ¿cierto?— si los demonios querían convencer a William de entregarles las almas de la biblioteca, tenían que garantizarle que Grell se encuentra bien.

L'EAU ET LE FEU (GRELLIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora