Tus palabras. (KangTeuk)

Así empieza nuestra historia....

"Sinopsis"


Por fin la ultima caja; ya me sentía agotado, ademas el sofocante calor no ayudaba; abrí la caja con cuidado, esta, estaba llena de libros; los puse desordenadamente sobre una repisa que estaba a mi derecha.

- ¡Termine! .- Grite con alegría.

Ahora me encontraba en la sala de mi casa; me recosté en el sofá tratando de recuperar el aliento; cerré mis ojos, respirando profundamente, "este seria un nuevo comienzo", "Sin malos recuerdos, todo, lo dejaría todo atrás, todos esos malos recuerdos ya no me atormentarían mas, no mas lagrimas por lo sucedido, ni mucho menos miedo, Ademas, ahora tengo una razón mas porque luchar"; en la mesa de centro reposaba una linda de nosotros dos juntos.

-Nuestro primer aniversario.- Suspire con nostalgia, extendiendo mi mano para acariciar aquel objeto que inmortalizaba uno de mis mas preciados recuerdos; como deseaba volver a aquellos días.- oh, KangIn.- comente para mi mismo observando la fotografía con ternura.

Un fuerte estruendo me saco de mis pensamientos, mire a todos lados exaltado, buscando el lugar proveniente de aquel espantoso ruido, hasta allar de donde provenía.

-¡mie**a!, los libros.- me levante golpeando mis pies contra el suelo en un gesto de frustración.- Debí haberlos ordenado mejor .- mi rostro solo reflejaba frustración, comencé a recoger los libros, uno a uno, los iba posicionando de una mejor manera, para evitar que estos vuelvan a caer.

Ya solo quedaba un libro por poner, pero algo en el me llamaba la atención, decidí abrirlo, por simple curiosidad, de este cayo al suelo un pequeño cuadernillo azul .- ¿Que es esto?.- me pregunte, para luego recogerlo.- ¿Un diario?.- Comente al inspeccionarlo.- Esta letra.- Lagrimas brotaron de mis ojos.- KangIn, dije... dije que no lloraría mas, pero...- Susurre entre sollozos, observe la tapa unos segundos contemplando la letra.- ¿Esto es tuyo?, No, no puede ser, no lo creo.- Una sonrisa nostálgica se formo en mis rostro.

Lo tome con firmeza y corrí hacia mi habitación, cerré la puerta de un portazo y me lance sobre la cama, anhelando descubrir que ocultaban aquellas amarillas paginas, adornadas con aquellos escritos que moría por leer.