Capítulo 7: Nuestra situación y proyecto

25 3 2
                                    

EN EL CAPITULO ANTERIOR...

-No frunsas la boca, y no seas idiota y saludanos–dijo con aire de superioridad, tsk, la detesto, pero que más puedo hacer?

COMENCEMOS....

Entonces hice lo que me dijo, o lo que más bien me ordeno, salude a ambos, se me había quitado el apetito, pero viniendo de mi no durara mucho, así que mientras tanto, tome una manzana

-No va a desayunar señorita? – solo alguien en esta casa hablaría con tal amabilidad, y esa era la señora Harrison, una mujer de unos 46 años, cabello marrón rojizo y ojos cafés.

-No, solo tomare una manzana....y quizá una tostada con mermelada –la ultima frase lo susurré, si~ suena tentador.

No la deje responder ya que salí como rayo, y en la entrada de la casa me encontré con el señor Harrison (su esposo y el chófer)

-Señorita, quiere que la lleve al instituto? –pregunto amable, si creo que seria más rápido, en respuesta asentí.

____________

Ya llevábamos un poco mas de la mitad del camino, y para mi mala suerte, había un embotellamiento, vi el móvil, 7:35, solo quedan 15 minutos para la para la primera clase, ya me estaba desesperando.

«Finito!!!!»

DIANA'S POV

Esta mañana que desperté, Javier y tíos seguían en casa, a decir verdad, Javier se comportó extraño conmigo, muy cortante y algo nervioso, no es que me afecte, en realidad me gusta, solo fue extraño.
Bueno, eso ya no me importa, ahora lo que me importa y preocupa es que Frida no ha llegado, ella siempre llega antes que yo, que le habrá pasado?
Estaba en la entrada del instituto, vestía unos jeans negros, un gorro de gato del mismo color, una camisa de cuadros azul al igual que mis converse.
De repente, escucho pasos apresurados, y como cualquier persona normal voltee a ver, era una Frida agitada, sudada y desaliñada.

-Hola Diana! –agito la mano al verme. Más tarde me contó su mañana de locos que tuvo.

[...]

Estamos en clase de matemáticas, pero no le ponía atención, lo que explicaba el maestro ya lo sabia al derecho y al revés.
Intentaba pensar en otra cosa, cualquier cosa, pero esos ojos miel no me permitían hacerlo.

Rin rin

La campana, lo que marcaba el inicio del receso, con calma guarde mis cosas, al terminar, junto a mi estaba Frida que me miraba paciente.

-Nos vamos? –yo solo asentí, y nos encaminamos hacia la cafetería.

Ya estábamos a medio camino, hablando sobre lo que vimos la ultima vez en la TV.

-Hay veces que no se porque sigo viendo Disney Chanel–dije mientras sonreía, mi amiga castaña ponía una mano en mi hombro y se reía.

-Es porque te siguen gustando las caricaturas–exclamó ella y ambas nos hecharon a reír, de repente.

No supe ni como, pero lo siguiente que sentí fue el frío y sucio piso, además de unas risas de puta.

«Julia...»

Pensé, Julia era la zorra más popular del instituto, su padre era el dueño de la cadena más grande de hoteles en todo el mundo, y su madre, la reina de belleza del año pasado. Realmente la odio, ella me ha hecho la vida imposible desde que tengo memoria.

-Pero que torpe eres demonio, te dolió? –sip, también en el instituto me dicen así, pero al igual que en mi casa, ya no me importa, sin decir nada intente pararme, pero me puso su pie y mi pecho volvió a chocar con el piso, escuche las carcajadas de todos en el pasillo, burlándose de mi, riéndose de mi dolor, de mi sufrimiento, de ni humillación.

En este punto se deben pregunta dos cosas, ¿Porque nadie hace nada? ¿Porque Frida no te ayuda? Pues lo primero es obvio, o se reían de mi, o no querían terminar como yo, y lo segundo es porque le pedí que no lo hiciera, ya que Frida también se podría meter en este lío, y prefiero que me lastimen a mi y no a ella.

-Contesta! Que los demonios no hablan? –dijo dándome otro pisotón y más fuerte, me duele todo el cuerpo y siento que el  desayuno esta a punto de salir de mi boca.

–Si.. –solté débil, en este punto hace un par de años estaría llorando, pero, me he quedado sin lágrimas.

-¿Quieres que te deje?- yo asentí ya con el sabor nauseabundo en mi boca.

Yo asentí y me dio otra patada en mis costillas, y luego volvió a escucharse el resonar de sus risas, y al instante fugazmente sentí una punsada en mi ser, como si algo muy delgado se rompiera.

Mi extraño sentir y sus burlas fueron interrumpidos por la campana, ya se había acabado el receso, y yo ni siquiera he comido!!! Escuche el resonar de los tacones de Julia, como pude me fui levantando cuando deje de escucharlos Frida me ayudo.

-Porque no me dejas ayudarte? No me importa si también me golpean–dijo mientras me sostenía el brazo.

-No, así deben de ser las cosas, no quiero más problemas–dije intentando calmarla sonriendo falsamente.

«En esta vida la mejor mentira es una sonrisa...»

Pensé, esa es la mentira que más nos daña, pero nos salva en toda situación.

-Además, tu puedes defenderte sola, de eso seguro!! - exclamó con el ceño fruncido, baje la cabeza apenada, ella me conoce bien.

-Quizá, pero, eso solo traía molestias, no quiero ser problemática- me levante

El diario de una creepypastaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora