Capítulo 4 - Míster borde.

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Mis manos, temblorosas, sujetan la carta. Línea tras línea, y letra tras letra. La leo de nuevo y no puedo creerme que realmente sea de Isaac. Siempre he deseado que esto ocurriese, he incluso he pensado miles de veces cómo sería y qué sentiría cuando supiese de él, pero jamás decidí que debía hacer después de que eso ocurriese.

Y ahora, no sé hacia qué camino dirigirme, o qué decisión tomar. Pero él lo ha señalado de manera tajante, no puedo contestarle.

Solo consigo volver a leerla, una y otra vez, e inundar mi mente de preguntas que quizás puedan, o quizás jamás, tengan contestación.

¿Quién es Tiff?

¿Tiff es una compañera de Isaac? ¿Es una amiga, o quizás algo más?

¿Es cierto que ella puede ver todo lo que hago? ¿También lo que pienso?

¿Isaac se sintió de verdad decepcionado conmigo?

¿De verdad ha visto lo que ha estado pasando con... Liam? Dios...

¿Lo volveré a ver alguna vez...?

Mis ojos se cierran, como si estuviesen intentando concentrarse y buscar alguna de las respuestas a esas preguntas. O quizás lo que mi subconsciente está intentando averiguar es si de alguna manera me pueda conectar con él o con... alguien de su manada, Tiff.

—Por favor. —Un susurro casi inexistente sale de mis labios. —Por favor. ¿Estás ahí? —Pregunto aún con los ojos cerrados. — ¿Puedes... escucharme? Por favor...

Escucho algo extraño que me hace cerrar aún más los ojos. Me concentro todo lo que puedo y aprieto los dedos contra mi cabeza. Lo estoy alcanzando, cada vez se escucha más. Quizás sí que pueda comunicarme con él, y pedirle que venga. Decirle que le necesito cada día. El lejano ruido se hace cada vez más profundo hasta que...

—Ya está bien, April. —Dice mi madre por el pasillo. Abro rápidamente los ojos y me tapo la cara con mi mano.

Por supuesto, el sonido eran los pasos de mi madre.

Después de la estupidez que acabo de hacer, guardo rápido la carta antes de que mi madre termine de llegar y abrir la puerta de mi habitación. Casi me pilla guardando la carta, así que ella me mira sorprendida.

— ¿Qué estás haciendo, cielo? Tienes que irte ya a clases o llegarás tarde. —Dice cruzándose de brazos.

— ¿Qué... qué hora es? —Pregunto confundida. No sé cuánto tiempo pasé intentando esta tontería.

—Tarde, ya te lo digo yo. Date prisa en marcharte. ¿Y podrías recoger a Sophia del veterinario a la vuelta? Estaré en la oficina y no sé si me dará tiempo.

—Eh, claro. —Digo mientras me coloco el bolso en el hombro. —Hasta luego, mamá. —Beso su mejilla y me apresuro para salir.

Lo cierto es que tuve que haber salido de casa hace aproximadamente como quince minutos, y contando que normalmente salgo con el tiempo justo... no tengo mucho margen para llegar. Lo más probable es que cuando llegue ya hayan empezado las clases.

Me monto en el coche y doy marcha atrás para sacarlo de la plaza de garaje. A lo lejos de la calle se ve el autobús escolar. Y a la derecha, sale Liam un poco agobiado de su casa. Cuando me termino de incorporar en la carretera, puedo verlo mejor. Él está mirando hacia el final de la calle y se da cuenta de que ha perdido el autobús. Entonces gira su cuello y su mirada se conecta con la mía, pero él rápidamente la aparta y se pone a caminar.

SIN CONTROL. #2 || Liam Dunbar (Teen Wolf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora