SIN CONTROL. #2 || Liam Dunbar (Teen Wolf)

Capítulo 15 - Dolor.

Tras la extraña conversación con Liam, poco sé de él en estos días. Parece que me esquiva y por si fuera poco, lo consigue. No quiero comportarme como una loca obsesionada por él, porque no creo que lo esté, pero estoy cansada de este juego absurdo de chocar contra la pared sin ninguna dirección.

Hay una cosa que tengo clara. O quizás dos.

La primera de ella es que me gusta Liam. Sí, me gusta lo suficiente como para no dejarlo escapar ni dejar que una infantil pelea entre ambos arruine algo que comenzó a crecer hace algunos meses.

Y la segunda está relacionada con la primera. El no dejarlo escapar implica que no voy a aceptar ser su amiga y ya. Ambos nos sentaremos a hablar y si él quiere, aceptará ser mi novio. ¿Por qué no? No siempre debe ser el chico quien le pida salir a la chica. Vivimos en un país libre. Además, estoy muy cansada de que él aún no me lo haya pedido. Es decir, hay química, besos, algunas noches hemos dormido juntos... Si eso no es que le gusto, entonces no lo sé.

Así que este es mi panorama de hoy. Espero sentada en los bancos del campo de Lacrosse del instituto, mientras espero a que él salga del vestuario. No debe tardar mucho, y si lo hace, tendré que esperar. Pero no voy a retrasar más esta conversación.

Un rayo de esperanza viene a mis ojos cuando veo algunos jugadores salir, pero no es él. Vuelvo a sentarme y apoyo mi cabeza sobre mis manos. Miro el reloj y me digo a mí misma que ya falta poco. Nadie dijo que fuese fácil.

Al poco tiempo sale una melena rubia que bien conozco. Liam. Me apresuro a bajar las escaleras mientras espero no tropezar y caerme, eso sería tan patético incluso para mí. Liam parece verme desde lejos. Sonrío, me siento muy nerviosa por lo que estoy a punto de hacer y mi corazón late a mil. Pero ya no hay vuelta atrás. No lo habrá. Es ahora o nunca. Y estoy cien por cien dispuesta a hacerlo. Voy a decirle a Liam todo lo que me gusta y que incluso creo estar enamorada de él.

Avanzo a medida que bajo las escaleras, y cuando toco el césped, ando más deprisa para poder alcanzarlo antes. Él ha parado de caminar cuando me ha visto. Pese a que en su rostro no se dibuja precisamente una sonrisa, intento no borrar la mía y seguir hacia la meta que me había propuesto en un principio. Cuando estoy cerca, abro mis brazos para atraerlo hacia a mí y besarlo.

Sí, sutileza y discreción ante todo.

¡Pero es que estoy deseando hacerlo! Así que avanzo hasta que él me para con su mano, impidiendo que consiga llegar hacia él.

― ¿Querías algo? ―El tono de su voz no invita precisamente a mantener una charla, y su rostro tenso y arisco... No es como lo había pensado, pero debo intentarlo.

―Liam...―Intento que no suene muy patético. Me da una vergüenza terrible pero no hay marcha atrás. Ya no más. ―Liam, ¿podemos hablar?

No puedo remediarlo, sonrío como una idiota y sé que estoy como un completo tomate. Sin embargo él se mantiene tenso, frío y con pocas ganas de estar ahí conmigo.

―Que sea rápido, tengo mil cosas que hacer.

La garganta me ha empezado a arder hace rato, fruto del nerviosismo y el haberme quedado sin palabras. No sé cómo responderle exactamente sin que ello conlleve un giro inesperado de mis planes.

―Quiero hablar sobre el otro día... Ya sabes, sobre nuestra amistad y...―Mis manos se mueven solas, están tratando de encontrar las palabras exactas y adecuadas, pero eso no existe. ―Ya sabes...

―Mira. ―Me interrumpe. ―No tengo tiempo para estupideces. Si quieres a un amigo busca a Stiles. ―Suspira y vuelve a mirarme. ―Sé que te dije que podías contarme todo y toda esa mierda, pero ahora mismo no me importa nada. Y siento ser borde, pero es cierto, no me interesa.