Yo estaba durmiendo, y a la vez estaba consciente de eso.
Me encontraba desorientado, perdido, flotando en la nada misma. Sin entender, ¿Dónde estaba? sólo sabía que me había ido a dormir.
Empecé a mirar para todos lados, observando este sitio tan raro. A unos 30 metros, había un círculo flotando, me dio curiosidad saber ¿qué era eso?. No sé que hacer, me da miedo ir. Prefiero sólo recorrer este sitio sin acercarme mucho a ese círculo flotando.
Pensé, si estoy durmiendo, no tengo que tener miedo. Es mi sueño, puedo crear lo que yo quiera. Cree un prado lleno de pasto verde (a mi me encantan los prados), un cielo lleno de nubes que parecían algodones de azúcar. Ya no estaba flotando en la nada, este sitio estaba tomando forma y me gusta esta sensación de que todo lo que quiera aparece.
Cree una playa como las que a mi me gustan, inspirada en la de Río de Janeíro, siempre quise ir ahí con mis padres, nunca fuimos tan lejos.
Escuche un ruido proveniente del círculo flotante, me había olvidado completamente de que estaba ahí. Miré y de allí salió una chica pelirroja con rulos, era de mi misma altura, tez blanca. Me acerqué a ella, tenía pecas, era muy linda. La miré y me sonrió, empezamos a hablar muy tranquilamente, tanto que perdí la noción del tiempo. Lo sorprendente es que no le había preguntado su nombre, era Elizabeth.