Stockholm Syndrome. Camren & Larry.

Capítulo 18.

CAMILA POV.

   —Por favor, no me lastimes...— hablé como pude, tenía la garganta muy seca luego de tantas horas sin poder beber agua.— Yo n-no te he hecho nada malo.

Siguió caminando a mi alrededor, siempre en la sombra, sin dejar ver su rostro. Solo podía notar su largo cabello y su... Hermosa figura.
Se detuvo justo detrás mío, de un momento a otro pude sentir su respiración junto a mi oído.

   —Es solo un trabajo, Camz.— esa voz. Esa era la voz de mi Lauren... No podía ser cierto.— Cuando el señor Styles pague el dinero suficiente para que te soltemos a ti y a tu hermano, podrán irse. Eso claro si decidimos dejarlos vivir.

Empezó a caminar de nuevo hasta detenerse enfrente mío, fue entonces cuando dejó que viera su precioso rostro, sus ojos verdes hipnotizantes. Lauren era perfecta.
Se agachó apoyando sus manos en mis piernas, que estaban atadas a la silla donde me encontraba sentada contra mi voluntad. Lentamente acercó una mano a mi rostro para acariciar mi mejilla con delicadeza, para luego pasar su dedo con cariño sobre mi labio inferior.

   —Eres tan hermosa, Camila, me traes loca desde la primera vez que te vi.— alejó su mano con brusquedad, llevándose un gruñido de mi parte.— Odio tener que hacerte esto, bebé, ojalá pudiera simplemente soltarte y escapar contigo, pero nos matarían más rápido de lo que crees.

   —Eso no importa, Lauren.— me costaba hablar, todo me daba vueltas, como si me hubieran drogado. Aclaré mi garganta antes de continuar.— Te a-amo, ¿si? Y no me importa si tenemos que vivir huyendo, yo quiero estar contigo.

Una gran, hermosa y sincera sonrisa apareció en su rostro. Sus ojos se llenaron de lágrimas al tiempo en que brillaban de emoción.
Tomó con cuidado mi rostro por mis mejillas, acercándome a ella hasta que nuestros labios se juntaron. Era increíble cómo encajábamos, estábamos hechas para estar juntas.

   —Prométeme algo, Camz.

   —Lo que sea, bebé... Lo que sea para estar contigo.— su rostro se llenó de preocupación.

   —Promete que cuando despiertes, no estarás enojada conmigo.

+

   —¡Camila! Camz... Bebé, despierta, por favor.— la voz de Lauren se escucha cada vez más fuerte, llena de preocupación.

Abro los ojos lentamente, para encontrarme con los de ella. Había miedo en ellos, pánico, llenos de lágrimas.

   —¿Lern...?

Me abraza con fuerza, no logro entender nada.

   —Al fin despiertas...— suspira, liberando toda la tensión de su cuerpo.— Estabas gritando, Camz, te movías mucho. Y-yo... No sabía qué hacer, no despertabas y pens...

   —Estoy bien, creo.— mi voz se oye muy ronca, tengo la garganta seca.— Solo fue una pesadilla muy rara, muy real.

   —Estaba muy preocupada...— noto cómo su mano se va acercando lentamente hacia mi rostro, la aparto bruscamente y me levanto de la cama con rapidez.— Camila, ¿segura que estás bien...?

Camino hacia el closet y saco de ahí un jean negro y una de las camisas de The 1975 de Lauren. Me cambio la ropa frente a ella, sin importarme ni un poco el hecho de que observa mi cuerpo detenidamente.