Capítulo 23.

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Estaba enojado. Muy enojado.
La ira se apoderaba del cuerpo de Shawn a cada segundo que pasaba. Él creía que su plan funcionaría, que lograría separar a Camila y a Lauren, dejándole a él un camino libre directo a su objetivo.

La pareja de chicas estaba más que bien. Su relación se había llenado de confianza y mucho amor, haciéndolas inseparables.
Por otro lado, la pareja de chicos se desvanecía, con lentitud, pero lo hacía.

Desde que Harry se quedó escuchando la conversación de su hermana y su novia, no había hecho más que tratar mal al joven Tomlinson. Sus días habían pasado de estar llenos de felicidad, a estar llenos de angustia, desconfianza y enojo.

-Hazz, bebé... Tenemos que ir a desayunar, habíamos quedado en comprar algunas cosas hoy y se nos hará tarde si no vamos. - le habló suavemente el ojiazul, eligiendo con cuidado sus palabras. - ¿Estás listo?

-Puedes ir tú solo, Louis. - respondió a secas. - Y ya te he dicho que dejes de usar esos apodos tan ridículos.

Una vez más, el corazón de Louis se rompió. Él no entendía qué ocurría, pero tampoco se atrevía a preguntar pues no quería que su novio se enojara todavía más con él.

El ojiazul se levantó en silencio, se vistió recordando cómo el rizado lo había follado con extremada dureza la noche anterior y fue a buscarle un rico desayuno. Así quizás se alegraría un poco.

Se equivocó.

Harry, como los días anteriores, le tiró el desayuno encima al pobre chico, ensuciando su ropa y haciendo que se quemara con el café. Louis limpió todo, se cambió y salió en silencio a hacer las compras.

El pobre Tomlinson no entendía. ¿Había hecho algo mal? ¿Por qué si hace nada estaban tan felices, todo se había vuelto un infierno?
Fue entonces que una sensación fría recorrió toda su espalda, haciéndolo palidecer. Corrió hasta la habitación donde Camila y Lauren estaban durmiendo tranquilamente, o eso pensaba Louis hasta que se acercó la puerta y escuchó gemidos saliendo del lugar.

Golpeó la puerta insistentemente hasta que, por fin, Lauren abrió la puerta.

-¿Qué coño pasa, Louis? - la ojiverde se encontraba utilizando únicamente la típica bata de hotel, el chico comenzaba a sentirse algo culpable por haberla interrumpido. Lauren lo miró con preocupación y algo de ternura al notar que no estaba bien.- Pasa, enano.

Lauren se hizo a un lado para que el chico pasara y cerró la puerta después. Un pequeño chillido se escuchó en la habitación pues Camila seguía desnuda en la cama y había salido corriendo al baño a refugiarse, claro que Louis no se había dado cuenta de eso porque no despegaba la mirada del suelo.

Se acercó a la cama de las chicas y se sentó en una esquina de ésta, quedando totalmente inmóvil después.
Lauren lo estudió por un momento; el cabello desarreglado, el hoodie enorme que usaba para ocultar su cuerpo, las grandes bolsas bajo sus ojos, su palidez, entre otras cosas preocupantes.

-Empieza a hablar.- la ojiverde se sentó al lado de Louis, tomando una de sus manos entre las suyas y mirándolo atentamente.

Varios minutos luego de que Louis le contara a su amiga y compañera todo lo que había ocurrido, habían empezado los gritos de la ojiverde, expresando las terribles cosas que quería hacerle al rizado en forma de venganza.

Camila no defendió a su hermano, había escuchado con atención junto a Lauren todo lo que tenía que decir el chico. Ella también estaba furiosa con Harry.

+

Por otra parte, Harry se había decidido por salir a caminar. Al principio sin ningún motivo mas que para distraerse, eso hasta que a lo lejos, pudo divisar la inconfundible figura del nuevo amigo de Camila: Shawn.

Se acercó a él, saludándolo con una sonrisa tranquila y con voz suave. El canadiense le respondió de igual manera, aplaudiendo internamente pues podría hacer un cambio de planes para que todo estuviera a su favor.
Era increíble cómo de alguna manera, para algunos la vida había dado un giro totalmente catastrófico, aunque aún no lo supieran; mientras que para otros, como Shawn, todo parecía tomar el rumbo que él deseaba. Como si manejara las situaciones a través de grandes hilos, controlando todo, sin que nada se le escapara.

Harry y Shawn estaban tomando unas cervezas, hablando de todo y nada a la vez, disfrutando de cierta manera de la compañía del otro.
"¡Eso es!", pensaba Shawn, "sólo necesito ganarme la confianza de Harry y los tendré a todos en la palma de mi mano".

Él tenía razón.

-Y dime, Harry, ¿por qué estabas de tan mal humor cuando nos encontramos? Y ni se te ocurra intentar mentir, tus ojos no lo hacen.- dijo el canadiense con una sonrisa que podía verse tanto tierna como malvada, dependiendo de cómo lo viera Harry.

-No es...- empezó a mentir, pero se detuvo dejando ir un suspiro.- Es sólo Louis, ¿sí? Escuché a Camila y a Lauren hablando y... Joder, Shawn, ¡fueron ellos!- golpeó la botella contra la mesa, teniendo suerte de no romperla.- Ellos nos secuestraron.

Esa extraña sonrisa volvió a aparecer en el rostro de Shawn.

-Háblame más de eso, Styles.- sacó su placa falsa.- Soy detective del FBI, vine hasta acá precisamente por este caso. Necesito que me des todos los detalles, todo lo que recuerdes acerca del secuestro.

Harry empezó a relatar toda la historia, o al menos, lo que recordaba. Mientras lo hacía, no pudo evitar soltar algunas lágrimas y algún que otro sollozo.
La historia le rompía el corazón, se sentía traicionado, y es que era esta la primera vez que se enamoraba de alguien.

Llegada la noche, Harry y Shawn hacían su camino al hotel que estaba un poco lejos del bar donde estaban anteriormente.

-Sígueme, Styles. Conozco un atajo.

Tonto el rizado que no vio venir el golpe que lo noqueó.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2016 ⏰

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Stockholm Syndrome. Camren & Larry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora