Luz, Rossi y Seto estaban en una zona montañosa.
El muchacho caminaba incómodo por el lugar y captó la presencia de una persona conocida.
-¿qué pasa?- preguntó Rossi.
-no, nada- respondió el chico, intentando de que su voz suene normal, pero no lo logró.
-no parece que no tengas nada- intervino Luz.
-pues...- comenzó a decir el joven.
-¡decídnoslo!- interrumpieron las chicas.
-de acuerdo- aceptó- para empezar yo... yo soy del reino del dragón de los relámpagos.
-¡¿qué?!- expresó Rossi.
-no soy lo que ustedes piensan...- dijo Seto.
-¿eras un infiltrado?- preguntó Luz.
-no, déjenme contarles. El día en que nos conocimos...- empezó a relatar el muchacho- había captado una presencia poderosa y me dirigí a ella... así las encontré. Yo debía cumplir una misión aquel día... pero ustedes me pidieron un favor y acepté en acompañarlas, nunca he rechazado ningún pedido de unas personas inocentes- terminó de explicar.
-por eso... ¡lo lamentamos!- dijo Luz.
-no, yo debo disculpar- dijo Seto.
-¿solo eso? Yo presiento un gran poder aquí- interfirió Rossi.
-em... esto...- dudó el chico.
Un gruñido de Dragón hizo un eco y salieron relámpagos del cielo tormentoso.
-¡cuidado!- gritó Luz, al ver que un rayo se dirigía a sus amigos.
La chica fénix trató de que esa luz no lastimara a sus compañeros, sacrificando a ella misma, y fue herida.
-¡corran!- dijo Luz y corrió con sus amigos sin importar su herida.
-¿estás bien?- preguntó Rossi preocupada.
-¡si! estoy bien- mintió Luz, ya que sentía mareos.
La heredera se detuvo un instante y dirigió su mirada hacia los chillidos del dragón. Ella se quedó paralizada al ver ese animal blanco con dos alas enorme. Al parecer, el dragón se dio cuenta de ella y voló hacia su dirección. Luz aún no reaccionaba. El animal se convirtió en humano y estaba en frente de la chica.
-tú...- empezó a decir Luz- tú eres... un... dragón...- terminó entrecortando la oración.
Rossi y Seto llegaron a donde se quedó paralizada su amiga y vieron que estaba en frente de un chico desconocido para la joven y conocido para el otro. Luz volteó a ver a sus compañeros y se desmayó por la cantidad de sangre que perdió.
