Luz regresó a su cabaña. Los "padres" de ella (así se les podrían llamar, ya que la criaron en una cierta etapa de su vida) vieron una cara nueva y preguntaron:
-¿ocurrió algo?- dijo la mujer.
-no, nada. ¿Por qué?- dirigió la chica.
-te vemos diferente- respondió el hombre.
La joven se quedó callada por un momento y preguntó:
-¿ustedes saben de mi verdadera identidad?- miró con una cara de tristeza.
-nosotros...- empezó a hablar la señora -no quisimos que supieras que eres distinta a los demás del pueblo, hicimos una promesa a tus compañeros de tu reino- explicó.
-no eres una persona cualquiera- siguió el señor - posees poderes sobrenaturales de la fuerza del fénix en llamas- terminó de decir.
Luz se fue corriendo, dejando caer algunas lágrimas, y se dirigió al jardín.