Luz y Rossi se la pasaron caminando todo el día y ya se iba a oscurecer.
Ellas encontraron un pequeño pueblo y pensaron en pasar la noche allí. Entraron y recorrieron el lugar. Luz vio un pequeño hotel y se dirigieron hacia ese sitio. Alquilaron una había ración para las dos. Allí dentro, Rossi sintió una presencia fuerte, pero no maligna.
-siento una presencia fuerte, no te alejes mucho- murmuró Rossi al oído de Luz.
-disculpen...- dijo una voz y tocó el hombro de Rossi.
Ellas gritaron por el susto y se quedaron observando al chico.
-oye, no alteres a las personas de esa forma- dijo Rossi casi gritando.
-lo sinto- dijo el muchacho.
-ah...- Rossi liberó un poco de aire- te perdono... ya que te ves tan lindo... ¿cómo te llamas?- lo dijo sin vergüenza.
-em...- se sonrojó un poco, pero se recuperó pronto- me llamo Seto, ¿y ustedes?- preguntó, luego de que dijera su nombre.
-soy Rossi y ella se llama Luz- respondió.
Luz no dijo nada, solo sonrió.
-¿quieres acompañarnos en nuestro viaje?- preguntó Rossi a Seto.
-sí, claro- afirmó el chico.
Rossi se alegró, se despidió del joven y se marchó a su habitación, jalando a su amiga.