Capítulo 9

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- Hola, me dijeron que por acá tenían a mi pequeño – Ella entra a la habitación de Pati.

- Jane si acá tenemos a esta creatura hermosa - Patricia con Samuel en brazos

- ¿Me lo podrías prestar? El abuelito lo quiere conocer

- ¿Ya hablaste con él?

- Sí, me comento que lo quería conocer entonces vine por él

- Por supuesto, toma... Saludas a Emilio de mi parte

- Claro yo te lo saludo – Toma al niño

- ¿Jane nos vamos a ver luego hoy?

- No creo, porque Travies ya estaba casi dormido ahorita que salí, entonces yo creo que nos veremos mañana en la mañana

- Te entiendo, ese viaje no es fácil, y me imagino que tus últimos días tampoco han sido muy buenos

- Bueno, entonces nos vemos mañana... Que descanses – Deja un beso en la frente a Patricia y sale

- Mimilio, te presento a Samuel – Ella entra a la habitación de él y posa al bebé en sus brazos

- ¡Ay! Este muchacho está hermoso - Emocionado - Tenerlo en mis brazos me acuerda al día que nació Ash... Es igual a ella – Samuel bosteza y se restriega los ojos - Tiene sueño

- Debe estar cansado... No ha dormido nada

- ¿Tu también estas cansada no? Si quieres ya te puedes ir, ya conocí a este muchacho y me imagino que la abuelita también, yo creo que por hoy ya es suficiente - Le el bebe a Jane - Anda vete, mañana nos vemos princesa – Le deja un beso en la frente

- Pati te mandó saludes... Hasta mañana, que descanse Mimilio – Le devuelve el beso.

- Amor – Le besa la mejilla – Amor... Travies, vámonos

- ¿Ya?

- ¿Qué? ¿Quieres seguir durmiendo aquí?

- Perdón amor estoy medio dormido

- No te preocupes yo también estoy cansada y Samu igual - Empieza a caminar, él toma el equipaje y la sigue.

- Por cierto, tu mamá me dio estas llaves – Hace una maniobra para mostrarlas

- ¿Te dio las llaves de ese apartamento?

- ¿Qué pasa? - Llega el taxi

- ¿Para dónde señorita?

- Vamos para la 152 con Boyacá, yo lo guio cuando estemos cerca – Contesta ella

- ¿Qué pasa con ese apartamento? – Tras un rato sin hablar, él no resiste la curiosidad de saber la razón detrás de la reacción de ella.

- Ese apartamento es de toda mi familia materna, es uno que está dispuesto para las visitas

- ¿Eso qué significa?

- Significa que mi mamá cree que venimos tan solo por unos días

- ¿Por qué te molesta eso?... Venimos por unos días, mientras se soluciona lo de los papás de Ashley, después nos vamos

- Yo no creo que pueda volver

- ¿Por qué lo dices?

- Yo no sé si todo vaya a seguir como antes, además ahora esta Samu y será más difícil

- Jane... Sí, es claro que ahora tienes a Samu, pero también me tienes a mí y créeme... Yo te voy a apoyar en todo

- En el semáforo hace el retorno y entra por la siguiente – Ella interrumpe su respuesta y se queda en silencio. Al llegar al apartamento se organizan y duermen.

El siguiente día Travies se despierta primero, Jane dormida con Samuel en brazos toma su teléfono y captura el momento. Va a la cocina y prepara el desayuno, está tan concentrado en eso que no se ve a ella observándolo.

- ¿Así que también cocinas? – Ella desde la puerta de la cocina lo mira con ternura.

- Hola preciosa no me di vi que estabas ahí – Le da un beso

- ¿Que estas cocinando? – Entra curiosa y revisa lo que está en la estufa.

- Estoy preparando unos huevos que había en la nevera

- ¿Dejaron mercado? – Ella sorprendida revisa la nevera

- Sí, había una nota que decía que eso era lo del desayuno

- Sera que – Murmura ella mientras salía de la cocina

- ¿Dime hermosa? - Ella entra nuevamente a la cocina, pero sigue derecho hacia el patio de ropas. Abre un cajón y toma algo de ahí dentro, cuando lo saca llorar - ¿Estás bien? - Se acerca a ella

- No puedo creer que esto siga acá – Ella muestra una especie de trapo de colores

- ¿Un trapo? ¿Qué tiene de especial?

- Esto lo hicimos Ash y yo, cuando teníamos como 3 años... Esto es la razón de que nos hiciéramos amigas – Ella con los ojos aguados y la voz quebrada, se escucha el llanto de Samuel. Va a atenderlo, le cambia el pañal y empieza a organizar las cosas del tetero.

- Ya está listo el desayuno, ¿necesitas ayuda o te sirvo?

- ¿Me ayudas con el tetero? – Él toma el tetero y va a prepararlo, luego de alimentarlo lo acuestan y se sientan en la mesa a desayunar.

- Debemos comprar una cuna y una carriola para Samuel – Dejan al niño sobre la cama y desayunan a su lado.

- Hablando de cunas, sigo intrigada... ¿Por qué tú tienes una en tu casa?

- Es una larga historia

- Esa no es una excusa para no contarme

- Antes de terminar la preparatoria mi mejor amiga quedó en embarazo yo no tenía nada que ver... Pero ella no sabía cómo decirles a sus padres, así que acordamos decir que era mi hijo. Sus papás la sacaron de la casa, y por obvias razones se fue a vivir a mi casa, en cuanto nos graduamos yo me fui al ejército. Al nacer Patrick me dieron derecho de ir a conocerlo, para todos yo era el padre, así que volví a mi casa por unos días.

Ella me comentó que quería dejar de ser un encarte para mí, y que se había reconciliado con sus papás y volvería con ellos, además que les había contado la verdad y que por lo que yo había hecho me adoraban.

Ella se fue, pero pues seguía siendo mi mejor amiga y para muchos yo sigo siendo el padre del niño, entonces tengo derecho a tenerlo en vacaciones, por eso tengo algunas cosas en mi casa, entre ellas la cuna que tu viste. Aunque es más para aparentar, porque ya el loquito ese está muy grande y mi apellido lo lleva en segundo lugar por decisión mutua.

- Me quedan faltando unas preguntas

- Dime nena, lo que quieras

- ¿Cuál fue el percance que se te presentó? Por el que te tuviste que ir del ejército... ¿Hace cuánto paso?

- El percance fue que unos exámenes médicos mostraron resultados anormales y fue unos días antes de conocerte, de hecho, el día en que te conocí fue el día que volví a mi casa y estaba trotando en la playa porque eso me relaja.

¿Hasta donde puede llegar el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora