Capítulo 29

7.5K 413 3
                                    

La casa de los padres de Travies es enorme para solo dos personas, de fachada blanca y dos plantas. Al entrar todo muy bien decorado, los matices perfectos y todo muy pulcro y limpio. El padre de Travies les espera en el jardín, al lado de una hermosa piscina con vista y salida a la playa, toda una casa de ensueño.

- Papá ella es Jane - Travies saluda a su padre

- Mucho gusto señor Renger – Jane le saluda cordialmente - Le trajimos esto – Extiende la botella a su suegro

- Un merlot del 2005... ¡Wow! es un muy buen vino, muchas gracias – Mira a Travies – Siempre creí que no me prestabas atención cuando hablabas de vino

- Yo no tuve nada que ver... Lo escogió ella

- Hermosa y sabe de vinos... Todo lo que un padre desea para su hijo, bienvenida a la familia - Ella se sonroja pero sonríe afectivamente - Iré a pedir que nos sirvan una copa – La madre de Travies cruza la puerta de cristal que separa la casa del jardín, su esposo la cruza al mismo tiempo rumbo a la cocina, feliz con su botella.

- Mamá, ya conoces a Jane – Travies le saluda afectivo

- La he visto, pero aún no la conozco - Contesta ella saludando cortés a Jane, ella le devuelve el saludo y se sientan en la mesa junto a la piscina. Un silencio incómodo se apodera del momento, el pequeño llegó dormido por lo que le han dejan bajo el cuidado de una de las mucamas.

- ¿Jane sabes a qué se debe que este merlot sea tan especial? – El padre de Travies llega con cuatro copas en la mano y el mayordomo detrás, se sienta y pide al mayordomo que sirviera un poco de vino en cada copa

- Sí, la razón es que las condiciones climáticas de ese año fueron extremas, lo que permitió a la uva concentrar los sabores... Porque la mayoría del tiempo se tuvo que regular la temperatura de los cultivos y se mantuvo a la temperatura optima, prácticamente fue el cultivo perfecto – Sus suegros la miran estupefactos la respuesta que acaba de dar.

- No solo sabes de vinos... ¿A qué te dedicas Jane? – Un sorprendido suegro pregunta interesado

- Estudio Biología en Princeton

- Tiene una beca papá – Agrega Travies orgulloso mientras Jane toma un poco de vino

- Inteligente... Una cualidad más – El padre de Travies murmura como si hiciera una lista.

- ¿Cómo se conocieron? – Una madre celosa

- Yo estaba en la bahía viendo el atardecer y cuando ya iba a salir estaba distraída... Me estrellé con Travies que venía trotando

- ¿Cuánto tiene tu hijo? – Con una mirada retadora mira a la novia de su hijo

- Acaba de cumplir un mes – Travies evita que ella conteste

- ¿Es tu hijo?

- Ahora lo es - Travies, la señora mira mal a Jane y se dispone a decirle algo – Es nuestro de corazón - Agrega él interrumpiendo a su madre

- ¿A qué te refieres? – Una confundida madre

- Es mi ahijado... Hijo de mi mejor amiga, ella murió el día que él nació y yo era la única persona que ella tenía acá, me pidió cuidarlo como si fuera mío, y prácticamente lo es, yo lo vi crecer dentro de ella, se movía cuando yo le hablaba, y me reconoció en cuanto nació... No me importa que no sea mi hijo biológico, lo amo y amaré como si lo fuese – Lágrimas se posaron en sus ojos

- Leal, y comprometida - El padre de Travies agregando dos cualidades más a su lista imaginaria y así romper el silencio incomodo que se había formado - Falta que digas que te gustan los deportes, y serás la mujer perfecta - Agrega sonriente

- De hecho, sabe mucho de fútbol soccer... Y le encanta – Un orgulloso novio la atrae a él y deja un beso en su frente.

- Entonces es un hecho... ¿Cuándo se casan? - El señor Renger divertido... Todos rieron, la madre de Travies no se había pronunciado y tenía una mirada extraña.

Tiempo después Samuel despierta y la mucama que lo tenía a su cargo se frustra al no poder calmarlo, acude a Jane por ayuda. Ella se pone en pie, toma al niño y se sienta con él en el sofá de la sala. Le canta una canción de cuna y este se calma hasta quedarse dormido.

- ¿Jane me perdonas? – La señora Renger se sienta a su lado mientras el pequeño se queda dormido

- Sinceramente no tengo nada para perdonarle señora

- Yo te juzgué mal... Me suele pasar que tiendo a pensar antes de actuar y no escucho lo que las personas me quieren o deben decir... Creí que tú eras una mujerzuela que busca la fortuna de Travies, aún no sé mucho de ti pero no te seguiré juzgando sin ninguna razón... ¿Me das la oportunidad de conocerte mejor?

- Claro que sí señora... Siempre y cuando usted no arremeta contra mí no hay ningún problema

- Ahora cuéntame ¿cómo se llama este caballerito?

- Se llama Samuel – Ella lo tiende hacia su suegra

- O no nena... Tengo las manos sucias

- Eso no es ningún problema, de hecho, entre más exposición tenga a agentes externos más fuertes van a ser sus defensas - Jane pone a Samuel en brazos de la señora Renger.

El resto de la tarde hablan y se conocen mutuamente. Jane y Travies les cuentan sobre el viaje a Colombia y muestran las fotos que habían tomado, ella queda como una mujer única y el señor y la señora Renger quedan fascinados con ella. Especialmente el señor Renger, a quien le parece especialmente particular que Jane sepa de licores y que le gusta catarlos y disfrutarlos, además que al ser tan joven le sorprende que disfrute de cosas tan minúsculas como el sabor de un buen vino francés y una tarde de charla agradable.

Ambos padres de Travies quedan muy sorprendidos con lo centrada que es Jane a pesar de su corta edad, tiene muy claro lo que quiere en la vida. Además, les parece increíble que a pesar de los improvistos que han surgido en su vida los últimos meses ha sabido adaptarse a todos estos cambios he incluirlos en su futuro.

Al caer la noche se van Jane, Travies y Samuel. Al llegar preparan a Samuel para dormir, tras dejarlo en su habitación ellos van se despiden para ir a sus respectivas habitaciones. Las cosas de Travies ya están en su habitación, sin embargo, él acompaña a su amada y perfecta Jane hasta la puerta de su habitación - Hasta mañana preciosa – Le da un beso en los labios y la apoya en el marco de la puerta.

- Hasta mañana amor, que duermas- Ella lo rodéa de la cintura con los brazos y lo lleva dentro de su habitación, el beso se profundiza y lo llevan más allá, finalmente se quedan dormidos.

La mañana siguiente Jane despierta al lado del hombre que ha aprendido a amar. Aquel que le ha enseñado a amar, se pone de pie y va a arreglarse para ir a su primer día del séptimo semestre, después de desayunar James la lleva a su universidad.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola!!!

Acá un nuevo capítulo, el próximo será el ultimo!!!!!, espero les haya gustado la historia, el final está ahora más cerca que nunca. Muchas gracias por leer, comenten y voten.

Recuerden que para ser feliz basta con sonreír.

Juanita S R

¿Hasta donde puede llegar el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora