Capítulo 1

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Ella se encontraba sola, acongojada miraba fotos, con lágrimas y un nudo en la garganta trata de procesar todo lo que está pasando en su vida. Hace tan solo unos días era la persona más feliz, celebró su cumpleaños número 20 con la persona más importante en su vida, su mejor amiga. Una de las fotos la lleva al inicio de todo.

- Sonríe - Una voz en el fondo seguida de un flash que dejó estampado ese momento

- Ya Mike déjame en paz - Ella le quitó la cámara

– ¡Ay! Jane esta es la última foto antes de que te vayas y nos dejes

- Es hora de decir adiós - Jane abrazó a su familia, mientras unas lágrimas brotaban del rostro de su madre. Ella se iba a la universidad en otro país, con una beca y su mejor amiga, su compañera y más fiel confidente, Ashley - Calma mamá tan solo será un corto tiempo verás que estaré aquí muy pronto – Abrazó a la mujer que le dio la vida y secó sus lágrimas. En el fondo se escuchó el ultimo llamado a su vuelo.

- Ash creo que es nuestro vuelo – Esta asintió con la cabeza, se terminaron de despedir, entraron a la sala y luego de unas horas abordaron el vuelo. Una vez dentro del avión, previo al despegue se tomaron las manos generando que un dije, medio corazón con unas letras cada mitad tenía el nombre de la otra y en la parte de atrás decía en inglés y con números y letras "mejores amigas por siempre" (BF4EVER), se uniera.

– Empieza la aventura – Al mismo tiempo, sonrieron.

El llanto desesperado de un bebe acaba con su melancolía. Después de muchos intentos no logra consolarlo y da la impresión de que cada vez se desespera más, ella decide no aplazar más lo que ha estado evitando, y escribe a su familia.

El pequeño por fin se calmó y ella logró que se durmiera, le dejó con una de sus vecinas. Caminó hacia la bahía, se retiró los zapatos y caminó por la arena. Al sentirse cansada se sentó llevando sus rodillas contra su pecho y fijó su vista en el horizonte.

La invadió la nostalgia de no poder ya contar con alguien que le ayudara a pensar y a tomar la mejor decisión, lágrimas empezaron a correr por sus mejillas. Respiró profundo al ocultarse completamente el sol. Caminó rumbo a su casa cantando a todo pulmón su canción favorita y el "símbolo" más característico de la amistad de Ashley y ella. Estaba tan concentrada en la canción que no se fijó en que venía trotando alguien y tropezó.

- Lo siento – dijeron los dos al mismo tiempo

– No, tranquila fue mi culpa - Un hombre

- No, en lo absoluto fue la mía venia un poco distraída – Giró su cabeza, se topó con un hombre rubio y musculoso que la miraba con una dulce sonrisa.

– Sí, noté que venías distraída, pero yo también venía distraído con tu melodiosa voz

- No te burles – le dio un pequeño empujón a quien estaba a su lado

- No me burlo, es enserio cantas muy bien – le tendió una mano

- Siendo así pues gracias

- Mucho gusto me llamo Travies

- Mucho gusto Travies me llamo Jane – Estando de pie a su lado, pudo notar lo alto que era.

- Así que Jane... Eres cantante ¿cierto? – Ella vio la hora

- ¡Ay! no ya es muy tarde, me tengo que ir

- ¿Nos volveremos a ver?

- No lo sé, si trotas aquí todos los días, tal vez - Ella dio la vuelta y empezó a correr rumbo a su casa

Fue una noche tranquila. Al despertar atendió las necesidades del bebe y las de ella, no supo qué hacer con él y sin tener ningún otro recurso lo llevó. Le dejó en la guardería al llegar, su jornada estuvo bastante agitada. Al volver a su casa el bebe se quedó dormido, pero se habían acabado los pañales así que ella lo dejó nuevamente con su vecina y salió a comprarlos

Antes de ir por él recordó el hombre del día anterior y fue nuevamente a la bahía. Pero no había nadie. Sin embargo, se sentó con las rodillas contra el pecho y las rodeo con sus brazos, mirando nuevamente como se ocultaba el sol.

– Tenía miedo de que no vinieras

- Creí que tú eras el que no iba a venir

- ¿Para dónde vas? - Preguntó al verla ponerse los zapatos

- Anda... Caminemos un poco... No tenemos mucho tiempo

- ¿A que te refieres con que no tenemos mucho tiempo?

- ¿A que crees? – Le tomó la mano y empezaron a caminar

- Creí que hoy podría invitarte a cenar, o a una bebida

- Tengo algo para hacer, tal vez otro día y un poco más temprano

- ¿No eres de acá cierto?

- No, soy de otro país estoy estudiando, ¿y tú?

- No, bueno no de esta ciudad, pero he vivido aquí desde que era muy pequeño, y ¿en dónde estudias?

- En Princeton, la verdad tengo una beca, y tú, ¿a qué te dedicas?

- Pues soy un... Bueno era un Marín – Agachó la cabeza

- ¡Ah sí!... ¿por qué era?

- Pues es que tuve un percance y me retiraron antes de ir a Irak

- Y ¿ahora que haces?

- Pues ahora estoy ocupando me de ese percance

- Creo que ya me tengo que ir – Ella miró el reloj, que había en la acera

- ¿Qué? Ya, ¿por lo menos te puedo acompañar?

- No, no, preferiría que no

- ¿Te parece si continuamos esta charla mañana? - Él antes de que ella se terminara de alejar

- Está bien, pero encontrémonos una hora antes de que se ponga el sol

En cuanto llego a su vivienda el bebe aún dormía, así que se dedicó a realizar algunos quehaceres, tareas y trabajos de la universidad. Él bebé se despertó ella lo alimentó y luego cenó, terminó de hacer algunos trabajos y se fue a dormir. A diferencia de la noche anterior esa noche fue muy inquieta, sin embargo, al otro día no tenía clase así.

¿Hasta donde puede llegar el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora