Adiós. Adiós simio que actúa de psicólogo. Adiós.
Felicidad extrema. Ese es mi estado cuando piso la calle que da a la puerta por la que acabo de salir acompañada de mis dos grandes... amigos. Salto de un pie a otro, balanceándome y mostrando mi felicidad a los sonrientes rostros que tengo delante.
-¿Tan mal te caía? - pregunta Jin y dejo escapar un gruñido de felicidad.
-No sabes cuanto - Jimin se echa a reír puesto que siempre acababa ejerciendo él de psicólogo para desahogarme del verdadero psicólogo, no sé si me explico.
-Bueno, lo importante es que te ha ayudado a estar... bien, como estas ahora - un silencio sumerge la conversación y a mi parecer, incluso la calle. Dedico una mirada a Jimin, no sabría calificar de qué tipo, pero le miro, sabiendo que en verdad debería agradecérselo todo a él. No todo el mundo cambia a mal al parecer, y ese pensamiento me hace sonreír aún mirando a Jimin, quien cruza la mirada conmigo, devolviéndome la sonrisa llena de complicidad. Desvío la mirada a Jin, quien nos observa con destemplado rostro, ¿lo sabe? Aparta la mirada de la mía, y eso supone un incentivo para mi pregunta, claro que lo sabe, se nota demasiado, ¿verdad? Jimin mira la hora en su reloj, como hace cada cinco minutos, últimamente está extraño, no para de mirar la hora y salir y entrar en casa.
-Bueno, yo tengo que irme - se despide a mitad de camino. Me doy el lujo de hacer un puchero únicamente dedicado a él, me devuelve la acción y luego me sonríe ampliamente, revolviéndome el pelo -. Prometo estar temprano en casa.
-Más te vale, los chicos van a venir y no pienso guardarte comida, ni un sitio en el que dormir, y ya sabes cómo son - afirma Jin. El más bajo asiente y se despide nuevamente, esta vez alzando la mano, para luego dejar el lugar.
-¿A dónde se supone que va? - me atrevo a preguntar tras otro momento caminando. Jin me mira, sorprendido por la pregunta, pero a diferencia de las veces anteriores, no rectifico. Jin se encoge de hombros y me sonríe -. ¿Por qué sonríes? - pregunto contagiada por su sonrisa.
-Porque antes rectificabas tus dudas y ahora las dices decidida - su brazo recae por mis hombros y me estruja a él.
-Eres idiota - me río, sin saber qué añadir.
-No sé a dónde va Jimin últimamente - retoma el tema -, no me cuenta lo que está haciendo - un suspiro pesado escapa de sus gruesos labios, pareciendo que intenta resistir el decir algún comentario.
-Dime lo que tengas que decir - digo algo más seria.
-Bueno..., verás Liss..., Jimin no era un chico muy... sociable cuando lo conocí, y bueno, el tema de amistad fue cambiando pero... - suspira, incapaz de finalizar el tema a relucir -. Sé cómo estáis últimamente - me mira de reojo, inseguro por mi reacción -, deberías... - y lo sé, sé lo que está a punto de decir, y por ello lo interrumpo.
-Lo sé - digo seriamente, consiguiendo una disminución de pasos por parte del chico. Se queda observándome mientras continúo caminando, y luego emprende el camino en largas zancadas hasta alcanzarme. No pregunta, sin embargo, sé que quiere una respuesta -. Os he escuchado varias veces a Hoseok y a ti... - suspiro -. Cuando desperté en el hospital, ni si quiera querías que estuviésemos a solas - el chico junto a mí se sonroja, afirmando mi frase con su acto -. No pasa nada - sonrío, intentando convencerme a mí misma de que no pasa nada -. Al mes de estar viviendo con vosotros escuché como advertías a Jimin de que parase, después te escuché hablando con Namjoon de que no sabías que hacer y hace unas semanas te escuché hablando con Hoseok sobre... el pasado de Jimin, que después de todo no parece ser tan pasado como se pinta - la cálida mano de Jin toma la mía, intentando reconfortarme. Me encojo de hombros, intentando demostrar algo que no es cierto: que no me importa.
-Jimin es algo complicado en el tema del amor - dice en un suspiro, pareciendo liberar la tensión que acumulaba por guardarse los comentarios -. Quizás solo necesita un empujón, y quizás tú seas la persona adecuada para dárselo - ese comentario me hace mirarle y dedicarle una sincera sonrisa.
-Ojalá sea así Jin, ojalá que sí - observé su rostro, incapaz de pronunciar una sola palabra pero con la duda reflejada en el -. Pregunta - digo tras una breve risa.
-Si sabías cómo es Jimin desde el principio, ¿por qué... te involucraste tanto con él?, quiero decir, podrías haberte alejado en el momento en que te empezó a gustar o no sé - observo la duda en sus pupilas y el nerviosismo en su mano libre, que no para de arrugar el borde de su chaqueta. Me encojo de hombros, ni si quiera yo lo sé.
-Es algo que no he conseguido cambiar. Intento algo hasta el final, hasta que veo que ya no da a más, que ya no hay nada que se pueda hacer - es la única explicación que se me ocurre. Jin me suelta la mano y abre la puerta de casa, pero antes de dejarme entrar me abraza. Me aferro a él, a su reconfortante calidez -. ¿De verdad que no sabes lo que está haciendo Jimin? - se separa de mí y me mira a los ojos con una sonrisa.
-De verdad - alza su mano derecha hasta ponerla a la altura de su torso, estira el meñique y me muestra sus dientes en una sonrisa -. No más secretos. - Repito la frase con una sonrisa reflejada en mi rostro, alzando mi mano y entrelazando nuestros dedos -. Prometido, y ahora, entremos, tienes que ayudarme a preparar la cena, hoy vienen todos a dormir - advierte de nuevo, por si no era suficiente tras diecisiete veces en toda la tarde.
-Jin... - se gira a mí antes de entrar a la cocina -, gracias, gracias por todo.
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Run Away
Fanfiction-Déjame ayudarte - es lo último que dice, mi último recuerdo sobre la primera vez que lo vi. Las últimas palabras de mi primera bendición. ----------------- Aviso: contenido sensible.