Capítulo 13.

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Jimin está ahí, mirándome a los ojos. Su entrecejo se arruga en una mueca que no sé identificar y el silencio se hace con el momento.

-¿De qué hablas? ¿huir? ¿eso es lo único que puedes pensar, que huyo? - ríe irónicamente y mi pecho se oprime.

-No hagas eso - no te rías así.

-¿Hacer el qué, exactamente?

-Reírte así - dijimos que nunca habría problemas de entendimiento entre nosotros, por eso sé que puedo ser clara con él, nada de lo que hemos pasado ha sido mentira. Vamos Jimin, reacciona, vuelve a mí -. Me haces daño cuando te ríes así - traga saliva bruscamente, dejándome saber que le duele hacerme daño. No contesta, por lo que decido tomar la palabra nuevamente -. ¿Por qué te has ido?, y no me mientas - exijo.

-¿Desde cuándo haces tantas preguntas? - no puedo evitar reír ante el comentario.

-Eres el único que me hizo así - desvía la mirada a sus pies, indeciso.

-Simplemente me cansé de jugar, deberías olvidar todo lo que me hemos vivido juntos también. Deberías olvidarme - si fuese tan fácil no estaría aquí. Suspiro y quedo pensativa. Realmente no sé qué contestar. Ante mi duda, él mismo me da una manera de acceder a él -. Todo fue mentira, ¡odiame! - dice prácticamente en un grito. Me adelanto un paso hacia él.

-¿Todo fue mentira? - Jimin me afirma con un breve "sí" - ¿Esto fue mentira? - coloco una mano en su mejilla, y su cuerpo se queda estático. Mis dedos se deslizan por su mejilla, acariciándola hasta llegar a sus gruesos labios - ¿los besos eran mentira? - mi mano libre sube y se agarra al borde de su camiseta - ¿los abrazos eran mentira? - jadea, con el rostro bajo para poder mirarme a los ojos. Alzo mi rostro para tener una amplia vista de su expresión. Sus labios están entreabiertos, aclamando a los míos. Acerco mi rostro al suyo -. ¿Todo fue mentira?

-No... - admite en un susurro. Su aliento cae sobre mis labios.

-Aquel día me dijiste que volviese a ti, que me necesitabas, que me querías - hago una breve pausa, mi garganta está seca -, ahora soy yo la que... - no puedo terminar la frase. Sus labios impactan sobre los míos en un asfixiante beso. Sus manos se mueven frenéticas sobre mi cuerpo mientras que yo simplemente dejo las mías sobre sus hombros. Finalmente, sus manos se detienen en mis caderas para alzarme y hacer que me agarre con las piernas a su cintura, a su vez, el beso se hace más intenso, su lengua acaricia mis labios, pidiendo un permiso para entrar que yo le doy al momento. Cierra la puerta y camina nervioso por la sala, chocando con una cosa y otra para luego acabar en el sofá, yo sentada sobre este y él arrodillado sobre el suelo, entre mis piernas. Sus labios resbalan por mi cuello y sus manos acarician mis caderas y espalda. ¿Y si luego de esto me deja? - Jimin... - no contesta, se mantiene concentrado en mi cuello. Rodeo sus hombros con mis brazos, abrazándole -, te quiero - no contesta - te quiero - repito para no obtener respuesta alguna de nuevo - necesito que me digas que lo sabes - susurro. Vamos Jimin, reacciona. Y reacciona. Hunde el rostro en ni cuello y noto cómo un par de lágrimas caen sobre mi piel. Mis manos viajan y mis dedos acaban hundiéndose en su cabello, tiro de este, alzando su rostro y dándole un leve beso -. Te quiero, te lo repetiré las veces que sean necesarias.

-¿Por qué eres tan complicada?

-Porque te quiero.

-¿Por qué haces todo esto?

-Porque te quiero - gruñe ante la misma respuesta.

-No juegues Liss.

-No estoy jugando - sonrío y limpio sus lágrimas -. ¿Por qué pudiste reclamarme que volviera a ti y yo no puedo reclamarte para que vuelvas a mí?, ¿por qué no puedes volver conmigo?, ¿por qué me abandonas?, ¿por qué querías que volviese si ibas a dejarme?, ¿por qué no me dejas ser egoísta? - y ahí están, todas las preguntas, lágrimas y nervios reprimidos, salen en un momento, en un tornado de emociones - ¡Yo no quería ayuda y me la diste, ¿por qué ahora no te haces cargo de lo que has engendrado?! - grito al borde de la histeria - ¿por qué niegas que me quieres cuando me lo has dicho tantas veces?, ¿por qué me niegas que quieres estar conmigo cuando ambos sabemos que es mentira?, ¿por qué no puedes simplemente quedarte a mi lado cuando es algo que ambos deseamos? - mi voz se rompe más y más a cada palabra que pronuncio -, ¿por qué en un momento hemos estado bien y al siguiente... mal? - me observa, inaudito. Seco mis lágrimas y sonrío. Jimin no va a volver, no va a dar marcha atrás, todo se ha acabado. ¿Es hora de rendirse, no? Tomo su rostro entre mis manos mientras mantengo mi sonrisa - te amo - acaricio su mejilla, una última vez, y me levanto del sillón - no volveré a molestarte, olvidaré dónde vives, así que no te preocupes por tener a una llorona diariamente en tu puerta.

Sujétame Jimin, para mis pasos y dime que me quieres, dime que lo sientes, dime que te quedarás conmigo, dime que todo estará bien, y dime que no me romperé en mil pedazos justo como lo estoy haciendo, porque de seguir así, no creo encontrar un camino de vuelta.

Run AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora